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El Caso que Sacude la Conciencia Nacional: ¿Qué Falló en la Residencia DomusVI de Alcoy?
Cinco años después de que el mundo se viera sacudido por la pandemia de COVID-19, una tragedia oculta en la residencia DomusVI de Alcoy (Alicante) sigue clamando justicia. En este centro geriátrico, 74 ancianos perdieron la vida durante los meses más críticos de la crisis sanitaria, dejando a sus familias devastadas y buscando respuestas que nunca llegaron.
Ahora, tras una sentencia judicial desfavorable, los familiares de 15 de esos fallecidos han decidido no recurrir debido a los elevados costos económicos y las trabas institucionales enfrentadas durante casi cinco años de litigio. Sin embargo, su lucha continúa fuera de los tribunales, exigiendo transparencia, dignidad y cambios estructurales para evitar que tragedias como esta vuelvan a ocurrir.
La Sentencia que No Cierra Heridas
En enero de 2025, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número tres de Alcoy desestimó la demanda presentada contra Quavitae Servicios Asistenciales SAU, la empresa gestora de la residencia, argumentando que no se había demostrado negligencia en la gestión del brote de coronavirus. Según el tribunal, en aquel momento no existían protocolos claros que obligaran a la empresa a adoptar medidas preventivas adicionales.
Sin embargo, para los familiares de las víctimas, esta decisión no solo es «dolorosa y decepcionante», sino también un reflejo de las desigualdades en el acceso a la justicia. «El hecho de que no se haya probado judicialmente la negligencia no significa que no existiera», declararon en un comunicado.
Además, denuncian que la sentencia ignora evidencias clave, como informes erróneos o contradictorios presentados por la empresa, y minimiza el impacto de decisiones como la reorganización de la residencia en febrero de 2020, que concentró a los residentes más dependientes en una misma planta, facilitando la propagación del virus.
Un Sistema que Falló a los Más Vulnerables
Los familiares destacan que lo ocurrido en DomusVI no fue un caso aislado, sino el resultado de un sistema que falló a los más vulnerables:
- Falta de supervisión: Personal insuficiente y desbordado, incapaz de atender adecuadamente a los residentes.
- Opacidad institucional: Las autoridades negaron a las familias acceso a informes clave que podrían haber arrojado luz sobre lo ocurrido.
- Ausencia de comisiones de investigación: A pesar de las promesas políticas, nunca se constituyó una comisión que analizara las causas de esta tragedia.
Mónica Oltra, entonces vicepresidenta y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, llegó a afirmar públicamente que existían informes que advertían posibles negligencias graves en el centro. Sin embargo, estas investigaciones nunca fueron compartidas con los familiares ni utilizadas para rendir cuentas.
«No Somos Políticamente Rentables»: La Lucha Continúa
Aunque los familiares no recurrirán la sentencia, subrayan que su lucha no termina aquí. «El dolor que sentimos no se borra con una sentencia desfavorable, ni el recuerdo de quienes perdimos se apaga con el paso del tiempo», afirman.
Su objetivo ahora es garantizar que:
- Se reconozca la dignidad de los fallecidos: Exigen que las personas mayores reciban el trato humano y seguro que merecen.
- Se reformen las políticas de atención geriátrica: Denuncian que las normativas vigentes son obsoletas y deben actualizarse para proteger a los residentes.
- Se impulse una memoria colectiva: Buscan que tragedias como esta no queden sepultadas en el olvido.
«Seguiremos trabajando para que ninguna familia tenga que vivir una situación similar en el futuro. Es nuestro compromiso y no pararemos hasta lograrlo»
¿Qué Podemos Aprender de Esta Tragedia?
El caso de la residencia DomusVI de Alcoy es un recordatorio de las lecciones que aún no hemos aprendido tras la pandemia. Mientras las cifras globales del COVID-19 superan los 7 millones de muertes en 234 países, según datos de la OMS, historias como esta nos recuerdan que detrás de cada estadística hay vidas truncadas y familias destrozadas.
Es urgente que las autoridades tomen medidas para garantizar que las residencias geriátricas sean espacios seguros, transparentes y humanizados. Solo así podremos honrar la memoria de las 74 vidas silenciadas en Alcoy y evitar que otras tragedias similares ocurran en el futuro.