Marruecos y sus frutas y verduras en el punto de mira, un análisis de lo que encontramos de ese país en los supermercados españoles da la voz de alarma
Cada día entran en barcos por el Estrecho centenares de camiones cargados con frutas y verduras de Marruecos, una estadística que no se suma a los miles de kilogramos de estos productos agroalimentarios que llegan en contenedores en barcos a los puertos europeos.
Naranjas de Sudáfrica y Egipto que se descargan en el Puerto de Castellón y Valencia, frutas de Sudamérica que llegan por el Puerto de Algeciras y miles de kilogramos que entran principalmente por el Puerto de Rotterdam. Si bien los controles han aumentado ante la avalancha de detecciones, las autoridades reconocen que sólo se pueden “controlar y analizar” un 10% de los productos agroalimentarios que entran por los puertos europeos de terceros países.
La principal labor de los inspectores es ver si la documentación sanitaria es correcta y sólo una pequeña parte se analiza en los puertos, en esa pequeña parte se ha detectado en el último año la presencia de plagas que no se encuentran en la Unión Europeas y que su entrada es dañina para los frutales europeos. La Falsa polilla por ejemplo, o incluso se han detectado la presencia de productos fitotécnicos prohibidos en la UE por su toxicidad y que dejan rastro en los alimentos, más allá del permitido por seguridad agroalimentaria por perjudicial para nuestra salud como consumidores finales.
¿Pero qué pasa con Marruecos?
En Marruecos las tierras de cultivo han aumentado en los últimos años, de hecho, los más de 100 millones aportados por España el pasado año han servido para hacer grandes plantaciones de olivos que competirán directamente con el olivar español. Las condiciones de trabajo digamos no son las idóneas, con unas empresas estatales próximas al rey que aportan grandes beneficios y donde nos e respetan derechos humanos ni laborales, con explotación infantil y jornadas maratonianas por un sueldo muy bajo.
La principal característica de la mayoría de explotaciones Marroquíes es la extensa utilización de pesticidas y compuestos químicos que lejos del férreo control de Europa nadie parece controlar.
Cientos de camiones pasan abordo de barcos de Marruecos a España cada día cargados de frutas y verduras y acaban en los lineales de los supermercados españoles y europeos, es una producto más barato y ahora se ha conseguido saber que “escapan a controles sanitarios”.
Frutas y verduras con pesticidas prohibidos y perjudiciales para la salud
Un laboratorio andaluz ha analizado varios de estos productos, algunos envasados y otros a granell y ha descubierto la presencia de cientos de sustancias, algunas de ellas en niveles fuera de lo común y perjudiciales para la salud.
Un análisis profesional y exhaustivo ha detectado además que los registros sanitarios algunos están caducados o simplemente no existen, un análisis de este mismo mes de febrero de 2024, con lo que han “escapado” de los controles oficiales.
Noticias Ciudadanas tiene toda la documentación de los laboratorios que han analizado diversos productos, que iban a supermercados europeos. Todos los productos analizados tienen su origen en Marruecos e iban destinados a una determinada cadena de supermercados a nivel europeo.
¿Qué narices estamos comiendo?
Esto nos lleva a pensar en qué estamos comiendo o al menos qué se nos está ofreciendo en los lineales de supermercados y fruterías a los consumidores, con productos en este caso de Marruecos con presencia de sustancias elevadas y que con un consumo alto de estos productos podrían dañar nuestra salud.
- En Fresas se han encontrado hasta 9 sustancias cuyo residuo en el producto es muy superior al permitido y algunos incluso de manera escandalosa.
- En cebolla a granell aparecen dos sustancias por encima de los parámetros normales.
- En tomates ciruela pequeños empaquetados existen tres sustancias que igualmente se salen de los parámetros normales.
Estos productos visto que se han detectado parámetros por encima de lo normal por un laboratorio independiente se ha buscado su documentación sanitaria de éstos y otros analizados y se ha detectado que algunos ni siquiera tienen el registro de esas materias o lo tienen caducado, con lo que en teoría debería ser imposible su comercialización en España y en Europa
Los registros sanitarios de algunos productos analizados
Judias
- Aparece el Emamectin Benzoate B1A que no posee registro sanitario en estas judias, con lo que en teoría no han sido tratadas con él.
- Cyromazin, cuyo registro sanitario está caducado en 2020.
- Fluopyram, sin registro sanitario en estas judias analizadas.
- Boscali, con registro sanitario pero cuya presencia es muy elevada.
Tomates
- Mandipropami, con registro pero presencia muy elevada.
- Difenoconazol, igualmente con registro pero presencia elevada.
- Fluopyram, sin registro sanitario en tomates analizados.
Cebolla a granell
- Difenoconazol, sin registro sanitario.
- Boscalid, sin registro sanitario.
Los etiquetados
Otro de los problemas en los supermercados y en fruterías es que los consumidores somos incapaces de seguir la trazabilidad del producto, ya que en muchos lugares aparecen como producto de España o incluso de Valencia y en los supermercados que todavía hay etiquetas en las cajas en productos a granell se ve en pequeño la realidad: Marruecos u otros lugares que nada tienen que ver con el lugar anunciado.
En otros casos, la etiqueta del producto precintado se ve en muy pequeño un origen que tampoco tienen que ver con el anunciado, lo que podría considerarse por muchos consumidores como un engaño, y cuando las fruterías o incluso los supermercados o grandes centros comerciales se les pregunta siempre aluden a un “error”.
Pero la pregunta es que ¿qué están ofreciendo a los consumidores?. ¿Son seguros para nuestra salud estos productos?. La respuesta es que NO.
Las autoridades no pueden garantizar la seguridad alimentaria ya que los productos analizados superan los restos de productos químicos considerados como valores normales, muchos de esos productos utilizados fueron prohibidos en Europa por su daño al Medio Ambiente y otros por dejar restos en el producto que pueden ser dañinos a nuestra salud.
Sobran las razones para protestar los agricultores
Los agricultores españoles tienen razones de sobra para manifestarse y cabrearse con las autoridades, las que ya han aplicado más de 9.000 multas a los agricultores por defender su modus vivendi e intentar no ir a la ruina.
Ahora, con estos análisis exhaustivos conocemos la realidad que nos rodea de productos que llegan a nuestra mesa y que no pasarían controles de seguridad alimentario, en este caso productos de Marruecos.
El consejo es comprar producto español, certificado y con garantías, y pedir en nuestra tienda o supermercado que como es obligatorio pongan la trazabilidad del producto que nos ofrecen, con una ley que obliga a un registro sanitario, y poner claramente dónde se ha producido el producto.
Ojo, porque muchos de los productos es diferente donde se produce que el etiquetado, por ejemplo una naranja de Sudáfrica la puede importar y etiquetar una empresa española, pero en el etiquetado ha de poner dónde se ha producido. Todo está en contra de los consumidores y los intermediarios buscan su propio beneficio e importar frutas y verduras de terceros países cuyo coste es inferior que el coste en España.
Un kilogramo de naranjas en Valencia cuestan 0,25€ mientras que las procedentes de Sudáfrica y Egipto el coste es inferior a 0,15€, diez céntimos menos por kilogramo a pesar de haber cruzado en barco medio mundo hasta llegar a nuestros lineales del supermercado. Para los que buscan la ecología, no puede ser ecológico un producto producido a más de 5.000 kilómetros y que ha tardado 15 días en cruzar varios mares y océanos en las bodegas de un barco, que no van precisamente a vela. Si a esto sumamos en que los productos venidos de esos países llevan muchas veces plagas y productos perjudiciales para la salud, el cóctel de factores es explosivo.
Las autoridades españolas y europeas han estado mirando hacia otro lado demasiado tiempo, y la Europa de los lobbies o intereses parece que ha decidido que les compensa las ganancias de algunos a pesar de perjudicar a nuestra salud.