La tormenta política tras el circo montado por los Mossos esta semana pasada y como principal actor Puigdemont lejos de acabar parece que va de camino de lograr un diluvio universal en Moncloa
El Juez Pablo Llarena firma una providencia desde la Sala Segunda del tribunal Supremo, el más alto Tribunal de España para tratar de identificar a los Mossos tras la nueva fuga de Carles Puigdemont.
Identificación de responsables, ¿previa a más imputaciones de delitos?
En la providencia exige se le aclaren los cargos de los Mossos que diseñaron el operativo para detener a Puigdemont, pero también los que lo validaron y hasta los agentes que participaron en el mismo, que la propia providencia afirma fue “un fracaso desde el aspecto técnico judicial”.
El juez trata de saber quién diseñó el operativo, quien lo validó y quien participó, como paso previo a posiblemente a todos ellos imputarles un delito de desobediencia judicial y de no perseguir el delito. Pudiendo acarrear multas e incluso la inhabilitación para ejercer cargo público, ya que como agentes de policía están en la obligación de hacerlo.
Carles y su discurso y la pasividad de los Mossos
El juez tras conocer que Puigdemont había anunciado su vuelta a España decidió interrumpir sus vacaciones y mandó un requerimiento a las autoridades policiales recordando que sobre el prófugo de la justicia recae una orden de captura para ser puesto ante la autoridad judicial.
Lo extraño es que el partido de Puigdemont había solicitado para el acto permiso a la Delegación del Gobierno y al Ajuntament de Barcelona. Incluso se había anunciado con un día de antelación la presencia del prófugo de la justicia Carles Puigdemont, hasta tal punto que TVE, la televisión pública de España dió al señal en directo con un gran despliegue.
La explicación de Los mossos fue que esperaban llegara con la comitiva de otros dirigentes de Junts al recinto del Parlament de Cataluña para ser detenido, pero Puigdemont nunca llegó se volvió a fugar.
Agentes custodiaron la llegada de Puigdemont al acto organizado y habían en las inmediaciones agentes de los Mossos que no procedieron a su detención, incluso dirigentes de la Policía de Cataluña llegaron a afirmar que no lo detuvieron por evitar un escándalo público por una cuestión de orden.
Finalmente sabemos que Puigdemont utilizó un coche particular de una Mosso, que recorrió varias calles en contra dirección y a gran velocidad y que los Mossos no tenían nada preparado ante esta fuga.
¿Y el gobierno de Pedro Sánchez?
Pues sigue desaparecido después del espectáculo circense y bochornosos que hemos dado a nivel internacional. Parece que Sánchez y sus “muñecos” esperan a que amaine una tormenta que tiene visos de acabar en el diluvio universal.
Se comenta desde sindicatos policiales que se pidió la intervención de la Guardia Civil y de la Policía Nacional para detener a Puigdemont y parece que desde el propio Ministerio del Interior se dejó toda responsabilidad en un cuerpo que ha demostrado en numerosas ocasiones no ser imparcial y ayudar al independentismo y a la comisión de presuntos delitos, que si son tipificados como tal, luego vendrá Sánchez y los amnistiará o si no los indultará