Los resultados del informe PISA reflejan una caída significativa en competencias clave entre los estudiantes de comunidades con inmersión lingüística como Cataluña, desatando un debate sobre el modelo educativo y sus repercusiones en el rendimiento
La educación en España, y especialmente el sistema de inmersión lingüística en Cataluña, ha vuelto al centro del debate tras la publicación de los resultados del informe PISA 2022. La situación es preocupante: el rendimiento de los estudiantes catalanes ha caído notablemente en áreas clave como matemáticas y comprensión lectora, situándolos por debajo de sus compañeros de otras comunidades autónomas donde el castellano sigue siendo la lengua vehicular en la educación. Las cifras, analizadas en un reciente estudio encabezado por el catedrático Francisco López Rupérez, han levantado la voz de alarma, despertando un viejo dilema entre la preservación de la identidad lingüística y el compromiso con la excelencia académica.
¿Qué muestran los resultados? Rendimiento a la baja en matemáticas y lectura
El último informe PISA ofrece datos duros: los estudiantes en Cataluña y el País Vasco, comunidades donde la inmersión lingüística es prominente, han registrado una pérdida de 21 puntos en matemáticas y 38 en lectura en comparación con resultados previos. Este descenso en competencias académicas se da en paralelo a la promoción de políticas de inmersión que aseguran que el catalán y el euskera sean las lenguas predominantes en las aulas, un enfoque que busca reforzar la identidad lingüística y cultural de cada comunidad. Pero los datos reflejan que este modelo podría estar afectando el rendimiento académico en competencias fundamentales, especialmente cuando se contrasta con los resultados de comunidades como Madrid, donde el castellano domina el ámbito educativo y los estudiantes parecen mantener mejores puntuaciones.
El estudio dirigido por López Rupérez, publicado en la Revista Española de Pedagogía, utiliza modelos estadísticos avanzados para evidenciar lo que los autores definen como “un efecto negativo de la política de inmersión” sobre el rendimiento escolar. Según el análisis, los estudiantes en regiones de inmersión “estricta” parecen enfrentarse a barreras adicionales que frenan su desempeño académico y reducen su capacidad para competir en pie de igualdad con sus compañeros de otras partes de España.
Un sistema con repercusiones: ¿Perdedores de la inmersión?
El informe es contundente al afirmar que el sistema de inmersión lingüística está generando lo que López Rupérez y su equipo denominan “perdedores”, es decir, estudiantes que, al estar sumergidos en un sistema educativo exclusivamente en catalán, ven su rendimiento académico afectado de forma negativa. La inmersión lingüística, diseñada en principio para promover la equidad, parece estar alcanzando el resultado contrario. Este modelo educativo, si bien ha logrado impulsar una fuerte identidad catalana en el ámbito estudiantil, plantea un costo en términos de competencias académicas que no puede ignorarse.
Esta situación ha reabierto el debate en torno al papel de la lengua en la educación: ¿es la lengua un recurso enriquecedor, o está generando una brecha entre los estudiantes de Cataluña y los del resto de España? Los datos revelan que la política de inmersión no ha alcanzado los objetivos de equidad que se le atribuyen y que, lejos de nivelar las oportunidades, podría estar generando una desigualdad que marca a los estudiantes como perdedores dentro del sistema educativo español.
Variables socioeconómicas: el entorno familiar y la lengua en casa
A este análisis se suma un factor fundamental que el informe no pasa por alto: el entorno socioeconómico y cultural de los estudiantes. En Cataluña y Baleares, más del 50 % de los alumnos habla en casa un idioma distinto al que se utiliza en la escuela, lo que plantea un desafío adicional para la adquisición de competencias en matemáticas y comprensión lectora. Según el informe, esta realidad lingüística en el ámbito familiar podría ser otro factor determinante que afecta negativamente el rendimiento académico, particularmente cuando los estudiantes deben adaptarse a un sistema de inmersión que no coincide con el idioma predominante en su hogar. Este desfase entre la lengua en casa y en la escuela plantea interrogantes sobre si la inmersión completa es la mejor fórmula en contextos de diversidad lingüística, ya que puede añadir una capa de complejidad que afecta a los estudiantes en desventaja social o económica.
Identidad cultural versus rendimiento académico: el dilema de la inmersión
Uno de los objetivos fundamentales del modelo de inmersión es fomentar un sentido de pertenencia y reforzar la identidad cultural catalana. Y, según el estudio, este objetivo parece haberse cumplido: los estudiantes que han pasado más tiempo en un sistema de inmersión tienden a identificarse más con el sentimiento cultural catalán. No obstante, la pregunta sobre si esto justifica los efectos adversos en su rendimiento escolar sigue siendo motivo de debate.
El informe plantea el dilema de si este modelo educativo, que prioriza la identidad cultural, está limitando el desarrollo académico de los estudiantes en un mundo cada vez más globalizado y competitivo. Al perder puntos en matemáticas y comprensión lectora, los estudiantes en Cataluña podrían encontrarse en desventaja no solo frente a sus compañeros en España, sino también en un contexto europeo donde el rendimiento académico es clave para acceder a oportunidades educativas y profesionales.
Hacia una posible reforma: ¿bilingüismo como alternativa?
Algunos expertos en educación proponen una solución intermedia: un modelo bilingüe que combine el catalán y el castellano como lenguas vehiculares. Esta alternativa podría permitir a los estudiantes mantener su identidad cultural mientras se asegura un rendimiento académico acorde a los estándares nacionales. Un sistema bilingüe ofrecería una mayor flexibilidad y podría adaptarse mejor a las realidades de familias que no hablan catalán en casa, minimizando el desfase y potenciando la equidad en el acceso a una educación de calidad.
Sin embargo, esta posible reforma plantea desafíos logísticos y políticos. La implementación de un modelo bilingüe requeriría consenso y colaboración entre la Generalitat de Cataluña y el Gobierno central, y podría encontrarse con resistencia de aquellos sectores que ven en la inmersión un baluarte de la identidad catalana. Aun así, algunos expertos consideran que un cambio hacia el bilingüismo podría ser una solución pragmática que respondería tanto a las necesidades de rendimiento como a la preservación cultural.
Reflexiones finales: ¿una educación inclusiva o desigual?
La cuestión sobre el modelo educativo en Cataluña deja abierta una reflexión sobre la equidad en la educación pública y la importancia de las políticas lingüísticas. ¿Es posible promover una identidad cultural sin comprometer el rendimiento académico? Los resultados del PISA y el análisis de expertos sugieren que el modelo actual de inmersión, tal y como está diseñado, podría estar creando desigualdades entre los estudiantes de Cataluña y los del resto de España. Al final, el debate recae en el valor de una educación que no solo debe reflejar la diversidad cultural, sino también garantizar oportunidades de calidad para todos.
Con este informe sobre la mesa, Cataluña se enfrenta al desafío de reconsiderar un modelo que, aunque bien intencionado, podría estar limitando las posibilidades educativas de sus jóvenes. ¿Será posible un punto medio entre identidad y rendimiento que permita a los estudiantes catalanes competir en igualdad de condiciones?