El culebrón político en el que se ha convertido el problema del paso a nivel de Alfafar-Sedaví sigue escribiendo titulares, así a una pregunta en sede parlamentaria del Congreso de los Diputados sobre el tema, el Ministro de Transportes Óscar Puente trasladó su vena graciosa de redes sociales al hemiciclo con una respuesta digna de cualquier programa de humor, pero vergonzosa para un Ministerio.
«La solución de Adif propuesta de subterráneo peatonal para el paso a nivel de Alfafar es la mejor, ya que la obra al menos tradaría 15 años en ejecutarse y hay que cortar los accidentes y salvar vidas»
Una auténtica barbaridad pero que tras ella hay toda una declaración de intenciones. Así desgrana que no sólo no tienen intención de ejecutar lo que piden los vecinos que es el soterramiento, sino que ni siquiera estaría en agenda a largo plazo. Este hecho desmonta a algunos de los alcaldes de la zona que para justificarse aseguraban que primero se efectuaría este corte del paso a nivel ye sta obra provisional, para empezar a pensar en el soterramiento, pero ahora sabemos que ni siquiera está sobre la mesa este posible soterramiento, lo que desmonta a los alcaldes de Sedaví y Benetússer.
Ya la Delegada del Gobierno, Pilar Bernabé hace semanas había dado en el clavo con sus declaraciones asegurando que «ahora lo que importa es salvar vidas y el corte del paso a nivel lo hará de inmediato para que no se produzcan más accidentes«. Así, se vuelve a desgranar que el problema es mediático, que Adif, el Ministerio y los alcaldes socialistas de la zona tienen un problema sobre la mesa, una llamada patata caliente y la solución es cortar el paso a nivel más peligroso de España, que lleva casi 80 vidas sesgadas en 40 años por accidentes, pero no soluciona los problemas de los vecinos, pero sí de los políticos.
La Plataforma por el soterramiento de vías ya ha calificado de bochornosas las declaraciones y ha asegurado no va a permitir ninguna solución que no pase por este soterramiento de vías que exigen. Recuerdan desde la plataforma que no sólo ha sesgado la vida de 80 personas por accidentes, muchos han perecido en ese punto por suicidios, que se seguirán produciendo en esta zona, y añaden que la solución dará problemas, porque recuerdan lo que sucede en época de lluvias con pasos similares por toda l’Horta y exigen que tras décadas de cicatrizar los barrios y los municipios se ejecute el soterramiento.
¿Por qué sí en Barcelona y su área metropolitana y no en Valencia?
Una buena pregunta, que por desgracia es difícil de explicar y comprender pero que a su vez si vemos el contexto político podemos despejar la ecuación fácilmente. En Barcelona, el gobierno necesita para seguir gobernando los votos de partidos independentistas, de ERC y Junts, pero también de Comuns, que ejercen su presión en Madrid.
Por contra, en Valencia, Compromís, diluido en Sumar acepta cualquier solución a cambio de puestos donde colocar a los suyos, pero no de inversiones, una y otra vez el gobierno ha ninguneado a Compromís, con falsas promesas que luego no ha ejecutado, un ejemplo, las Cercanías en Valencia. Además, los diputados valencianos cuando acuden a Madrid parece les ataca un virus que les borra la memoria de donde han sido elegidos, en resumen, ni poder valenciano, ni agenda valenciana, sumisión y olvido es la realidad.
Si el Ministro aseguraba que tardaría la propuesta de soterrar 1,4 kilómetros de vías 15 años, aún teniendo el estudio previo pagado por la Generalitat Valenciana, no nos queremos preguntar cuánto tardará la solución ferroviaria de valencia con ese túnel por debajo del centro de Valencia hasta Albuixech, haciendo una comparación serían al menos 50 años, de un proyecto que ya lleva un retraso de 40 años.
A este ritmo, Valencia no verá ejecutado su parque Central al completo hasta el año 2.100 ó 2.200, quizá nuestros nietos, o biznietos puedan llegar a ver las obras en su vejez, un auténtico disparate que da cuenta del poco cariño y amor que tiene el Gobierno central a Valencia, a los valencianos, que siempre, sea el color que sea, somos utilizados como moneda de cambio, y nos hemos de conformar con las migajas que sobran a los demás. No queremos ser españoles de tercera, señores en Madrid. Así no señores políticos, no en nombre de los valencianos.