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Una revisión de la carta histórica de Cristóbal Colón realizada en el siglo XIX revela errores y omisiones significativas, destacando el interés valenciano en la preservación y análisis de documentos históricos.
La famosa “Carta de Colón”, enviada por el almirante Cristóbal Colón a los Reyes Católicos en marzo de 1493, constituye el primer informe que Europa recibe sobre el “Nuevo Mundo”. Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX que este documento fue objeto de una exhaustiva revisión, en una edición firmada bajo el seudónimo “de Valencia”. Esta crítica edición buscaba aclarar los detalles confusos, errores tipográficos y discrepancias geográficas presentes en las copias y versiones impresas que circularon desde su primera publicación. Aquí exploraremos tanto el contenido fundamental de la carta original como los aportes y la importancia histórica de la edición crítica de “de Valencia”, la cual se centra en validar y precisar el testimonio del descubrimiento de América.
Contexto Histórico y Significado de la Carta
La carta, enviada inicialmente desde Lisboa y dirigida a los Reyes Católicos, tuvo como objetivo informar y cautivar sobre las riquezas y posibilidades de las tierras recién encontradas por Colón. Esencialmente, este documento combina una descripción de las islas y sus recursos naturales con una primera impresión de los habitantes indígenas, ofreciendo un panorama de las riquezas potenciales para la expansión de la corona española. Colón presenta el descubrimiento como una oportunidad única, describiendo un paraíso lleno de tierras fértiles y, según sus observaciones, posibles yacimientos de oro, animales exóticos, plantas y la posibilidad de obtener beneficios comerciales y religiosos a través de la evangelización de los pueblos indígenas.
Principales Elementos de la Carta Original de Colón
La estructura de la carta de Colón destaca puntos clave que reflejan la percepción inicial de estas nuevas tierras y la manera en la que buscó interesar a la monarquía en futuras exploraciones. A continuación, se detallan los principales aspectos abordados:
- Descubrimiento de Nuevas Islas
Colón describe las islas con un enfoque geográfico y topográfico, resaltando lugares como San Salvador (actualmente identificada como parte de las Bahamas), Juana (Cuba) y Española (Haití y República Dominicana). En cada caso, destaca la fertilidad de la tierra, la abundancia de recursos naturales y el atractivo que estas características podrían tener para la corona española. - Riquezas Naturales
Uno de los mayores incentivos que Colón plantea en su carta es la riqueza natural de estas islas: bosques extensos, ríos abundantes, una biodiversidad nunca antes vista, incluyendo plantas, árboles frutales y especies desconocidas. Estas observaciones, cargadas de admiración, muestran una tierra exótica y rica, ideal para la explotación agrícola y comercial, según Colón. - Descripción de los Habitantes Indígenas
Colón ofrece un retrato de los pueblos indígenas que encontró en las islas. Los describe como amables y hospitalarios, personas de costumbres aparentemente sencillas y sin armas de hierro, quienes compartieron sus pertenencias generosamente. Esta descripción refleja tanto la curiosidad europea como una interpretación de los habitantes americanos como inocentes y potencialmente receptivos al cristianismo. - Posibilidades Económicas
En varios apartados de su carta, Colón recalca la potencial rentabilidad de la inversión en futuras exploraciones. Sugiere que las tierras recién descubiertas pueden generar importantes ingresos a través de la extracción de oro, la producción de algodón y especias, además de abrir un nuevo mercado de esclavos. - Fundación de la Villa de Navidad
Otro aspecto relevante es la mención a la creación de un asentamiento, Villa de Navidad, donde Colón dejó a algunos de sus hombres. Esta decisión fue tomada con la esperanza de que este puesto militar y administrativo facilitara las futuras exploraciones y permitiera establecer el control español en el Caribe. - Petición a los Reyes para Futuras Expediciones
La carta finaliza con una solicitud a los Reyes Católicos para seguir apoyando sus exploraciones, asegurándoles que el retorno en riquezas justificaría la inversión, además de promover la evangelización en las nuevas tierras.
La Edición Crítica del Siglo XIX y el Seudónimo “de Valencia”
En el siglo XIX, un editor que firmó bajo el seudónimo “de Valencia” se dedicó a estudiar y revisar exhaustivamente las diversas versiones de la carta de Colón, enfrentándose a problemas de autenticidad, errores tipográficos y diferencias en la traducción latina. Esta edición fue publicada en Viena en 1869 y es conocida por su detallado análisis de cada aspecto textual, buscando una representación lo más fiel posible al mensaje original. La identidad de este editor sigue siendo un misterio, aunque su decisión de firmar como “de Valencia” muestra la influencia de la ciudad en los estudios históricos de la época.
Durante el siglo XIX, Valencia vivió un renacimiento cultural, y la elección del seudónimo refleja el compromiso de la región con la preservación del patrimonio histórico y su afán de contribuir al conocimiento de la historia de España. Esta edición se suma a los estudios valencianos del siglo XIX, los cuales buscaban verificar y corregir documentos clave para la historia nacional y europea.
Errores y Discrepancias en las Versiones de la Carta
La edición de “de Valencia” reveló importantes errores y diferencias en el contenido de las distintas versiones de la carta, las cuales afectan directamente la interpretación de este histórico documento. Los errores más destacados incluyen:
- Fecha Incorrecta
En algunas versiones, la fecha de la carta aparece como 14 de marzo de 1493, cuando en realidad Colón la escribió el 4 de marzo. Esta discrepancia de diez días es significativa, ya que altera la cronología del viaje de Colón y su llegada a Lisboa. - Nombres de Islas
Existen variaciones en los nombres de las islas descubiertas, como el caso de “Guanahani”, identificada como San Salvador, que aparece en algunos manuscritos como “Guanahanin”. Estos errores reflejan una falta de precisión en las primeras copias, complicando la identificación geográfica. - Destinatario de la Carta
Aunque la carta fue enviada a los Reyes, algunas versiones mencionan como destinatario a Gabriel Sánchez o Luis de Santángel, funcionarios de la corte. Esta confusión ha generado debates sobre el destinatario real de la carta. - Diferencias Estilísticas en la Traducción Latina
La versión latina de la carta, impresa en Roma, presenta diferencias de estilo, lo cual podría alterar la percepción del mensaje de Colón, ya que el tono original, más coloquial, se volvió formal en latín. - Erratas Tipográficas en Versiones Tempranas
Las primeras ediciones impresas contienen erratas que dificultan la interpretación, como errores de puntuación y palabras incompletas, los cuales fueron analizados y corregidos en la edición de “de Valencia”. - Omisión de la Posdata en Algunas Copias
En ciertas versiones falta la posdata, en la que Colón expresa su deseo urgente de informar sobre su llegada a Lisboa. Su omisión afecta la percepción de inmediatez y la importancia de su mensaje. - Descripciones Geográficas Incorrectas
Los errores en las descripciones de las distancias y orientaciones geográficas también fueron revisados. El editor “de Valencia” detectó que algunas versiones contenían datos geográficos que distorsionaban la ubicación de ciertas islas.

Importancia de la Edición de “de Valencia” para la Historiografía
La edición crítica de “de Valencia” es un esfuerzo notable por preservar y aclarar uno de los documentos históricos más importantes de la exploración europea. Su análisis detallado y corrección de errores permite a los historiadores modernos acercarse a la interpretación original del testimonio de Colón, eliminando errores acumulados a lo largo de los siglos. Gracias a esta edición, es posible leer la carta con mayor precisión, entendiendo tanto la intención de Colón como el contexto en el que se escribió, consolidando su valor histórico y cultural.
Aquí tienes una transcripción de la Carta de Cristóbal Colón enviada desde Lisboa en marzo de 1493:
Señor:
Porque sé que habréis placer de la gran victoria que Nuestro Señor me ha dado en mi viaje, os escribo esta, por la cual sabréis cómo en treinta y tres días pasé a las Indias con la armada que los muy ilustres Rey y Reina, nuestros Señores, me dieron; donde yo hallé muchas islas pobladas con gente sin número, y de todas he tomado posesión por Sus Altezas, con pregón y bandera real extendida, y no me fue contradicho.
A la primera que yo hallé, puse nombre San Salvador, a conmemoración de Su Alta Majestad, el cual maravillosamente todo esto ha dado: los indios la llaman Guanahaní. A la segunda puse nombre la isla de Santa María de la Concepción; a la tercera, la Fernandina; a la cuarta, la Isabela; a la quinta, la isla Juana; y así a cada una nombre nuevo.
Cuando llegué a la isla Juana seguí su costa al poniente, y la hallé tan grande que pensé que sería tierra firme, la provincia de Catayo; y como no hallé allí villas ni lugares en la costa de la mar, salvo pequeñas poblaciones con la gente de las cuales no pude tener habla, porque huían todos, seguí adelante por el dicho camino, pensando no errar en grandes ciudades o villas. Al cabo de muchas leguas, viendo que no había innovación y que la costa me llevaba al setentrión, adonde era mi voluntad contraria porque el invierno estaba ya entrado y tenía propósitos de hacerme al austro, y también el viento me dio adelante, determiné de no esperar otro tiempo, y volví atrás hasta un puerto señalado, de donde envié dos hombres por la tierra para saber si había rey o grandes ciudades.
Anduvieron tres jornadas y hallaron infinitas pequeñas poblaciones y gente sin número, pero sin régimen alguno, por lo cual se volvieron. Yo entendía de otros indios que ya había tomado que continuamente esta tierra era isla, y así seguí la costa de ella al oriente ciento siete leguas hasta donde hacía fin; del cual cabo vi otra isla al oriente, distante de ella dieciocho leguas, a la cual puse luego nombre la Española.
En ella hay muchos puertos en la costa de la mar, sin comparación de otros que yo sepa en cristianos, y muchos y buenos y grandes ríos; las tierras de ellas son altas y en ellas hay muchas sierras y montañas altísimas, sin comparación de la isla de Tenerife. Son todas fermosísimas, de mil hechuras y todas andables, llenas de árboles de mil maneras y altos, y parecen que llegan al cielo. He dicho que jamás pierden la hoja, y he visto que están tan verdes y hermosos como son en mayo en España. Unos estaban floridos, otros con fruto, y otros en otro término, según la calidad.
En el mes de noviembre, donde yo andaba, cantaba el ruiseñor y otros pajarillos de mil maneras. Hay palmas de seis u ocho maneras, que es admiración verlas por la desemejanza fermosa de ellas, como de los otros árboles y frutos y hierbas. Hay pinares y campiñas grandes. Hay miel y muchas maneras de aves y frutas muy diversas. En las tierras hay muchas minas de metales y hay gente inestimable número.
La Española es maravilla: las sierras y montañas, las vegas y campiñas, y tierras para sembrar y plantar, para criar ganados de todas maneras, para edificar villas y lugares. Los puertos de mar, los ríos, las aguas son grandes y buenas. La mayor parte de los cuales traen oro. En los árboles y frutos y yerbas hay grandes diferencias de las de Juana. En esta hay muchas especias y grandes minas de oro y de otros metales.
La gente de esta isla y de todas las otras que he hallado y tenido noticia andan todos desnudos, hombres y mujeres, como sus madres los paren, aunque las mujeres usan una hoja de yerba o una cosa de algodón que para esto preparan.
No tienen fierro ni acero ni armas, ni son para ello. No porque no sean gente de buen tamaño y de fermosa estatura, salvo que son muy temerosos a maravilla. No tienen otras armas salvo arcos y flechas, y estas son de cañas, a las cuales ponen en el cabo un palillo agudo. No usan de estas armas muchas veces, pues me ha acontecido enviar dos o tres hombres a alguna villa para hablar, y la gente salía sin número; y cuando nos veían llegar, huían sin aguardar a padre o madre.
Es verdad que, después que se aseguran, pierden este miedo y son tan ingenuos y liberales con lo que tienen, que no se lo creerían sino quien lo ve. Ellos de cosa que tengan, pidiéndosela, jamás dicen que no; antes, convidan a la persona con ello, y muestran tanto amor que darían los corazones. Sea cosa de valor o de poco precio, luego por cualquiera cosa de cualquier manera que se le dé por ello están contentos.
Yo prohibí que no se les diesen cosas tan viles como pedazos de escudillas rotas y pedazos de vidrio roto, y cabos de agujetas, aunque cuando ellos lograron poder llenar de estas cosas, parecían tener la mejor joya del mundo.
En todas estas islas no he hallado monstruos como muchos pensaban, sino toda gente de muy buen acatamiento, salvo que todos creen que las fuerzas y el bien están en el cielo, y ellos piensan que yo y estos navíos venimos del cielo. Ellos eran los primeros en proclamarlo adonde yo llegaba, y los otros iban corriendo de casa en casa y a las villas cercanas, con voces altas: “Venid, venid a ver la gente del cielo”. Así todos, hombres como mujeres, tras perder el miedo venían, que no quedaba grande ni pequeño.
En conclusión, así porque este viaje fue hecho de manera breve, pueden ver Sus Altezas que les traeré oro cuanto hayan menester, con muy poco ayuda que me den; ahora especias y algodón cuanto manden cargar, y almáciga cuanto manden cargar; y esclavos, cuantos manden cargar, de los idólatras.
Dada en la carabela, sobre las Islas Canarias, el 15 de febrero de 1493.
Cristóbal Colón
Esta transcripción busca conservar el estilo de la época mientras se hace accesible para su lectura moderna. La carta de Colón representa su primer reporte sobre lo que creía que eran las Indias, pero en realidad era el continente americano, cambiando así el curso de la historia mundial.
Conclusión
La edición crítica de la carta de Colón publicada bajo el seudónimo “de Valencia” subraya el papel de la región en la historiografía y su compromiso con la precisión académica. A través de su minucioso trabajo de comparación y corrección, este editor contribuyó a un entendimiento más profundo de la narrativa de descubrimiento y la relación de Colón con la monarquía española. ¿Qué nuevos hallazgos históricos podrían revelarse si aplicáramos un análisis similar a otros documentos del pasado?