El Centro de Integración de Datos publica un informe con detalles sobre los perfiles y ubicaciones de las 221 víctimas confirmadas, destacando a Paiporta, Catarroja y Benetússer como los municipios más afectados.
El Centro de Integración de Datos (CID), creado específicamente para analizar las consecuencias de la DANA y las devastadoras inundaciones del pasado 29 de octubre, ha presentado una actualización detallada sobre las víctimas mortales identificadas hasta el momento. Con 221 personas fallecidas registradas y una víctima más aún pendiente de análisis, el informe revela las dimensiones de la tragedia y proporciona datos clave sobre las circunstancias y perfiles de quienes perdieron la vida.
Este organismo, dependiente del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, integra expertos forenses y cuerpos de seguridad para recopilar datos precisos y fiables sobre la catástrofe, convirtiéndose en la principal fuente de información oficial sobre las víctimas.
Un perfil marcado por la vulnerabilidad
De las 221 víctimas identificadas, 132 son hombres y 89 son mujeres. El informe subraya la vulnerabilidad de los grupos de mayor edad: 106 de las víctimas tenían 70 años o más. Por edades, el grupo más afectado es el de personas entre 80 y 89 años, con 52 fallecidos, seguido de la franja de 70 a 79 años, con 41. También se registraron 13 víctimas mayores de 90 años.
En el otro extremo de la escala, el informe recoge la muerte de 9 menores de edad: 7 de ellos tenían entre 0 y 9 años, y 2 estaban en la franja de 10 a 19 años. Estas cifras reflejan cómo la catástrofe golpeó especialmente a los sectores más vulnerables de la población.
Respecto a la nacionalidad, 26 de las víctimas eran extranjeras, pertenecientes a 11 nacionalidades distintas, una cifra que se ha mantenido estable desde informes anteriores.
Lugares de hallazgo: viviendas, garajes y espacios abiertos

El análisis del CID revela que casi la mitad de las víctimas se encontraron en espacios interiores: 66 en viviendas, 30 en garajes y 11 en residencias. En Paiporta, más de la mitad de los fallecidos fueron localizados en viviendas, mientras que ningún cuerpo se recuperó en garajes, algo que contrasta con Catarroja y Benetússer, donde casi la mitad de las víctimas halladas en garajes se concentraron en estas localidades.
Además, 27 personas fueron encontradas en calles, 24 en campos y 15 en carreteras, reflejando cómo las inundaciones afectaron tanto a zonas urbanas como rurales. En entornos acuáticos, se registraron víctimas en lugares como la Albufera (2), acequias (2), ríos (1) y playas (2).
Municipios más afectados
Paiporta es el municipio más golpeado por la tragedia, con 45 víctimas mortales, seguido de Catarroja (25), Valencia (17), Alfafar (15), Massanassa (12) y Torrent (11). También destacan Picanya (10) y Sedaví (11) entre las localidades más afectadas.
Municipios como Quart de Poblet, Cheste y Riba-roja de Túria registraron 7 víctimas cada uno, mientras que Utiel y Aldaia sumaron 6 cada uno. En localidades más pequeñas, como Godelleta (4), Pedralba, Algemesí y Albal (3 cada una), o Sueca, Silla, Alzira y Loriguilla (1 cada una), las cifras son menores pero igualmente trágicas.
Un desastre con múltiples escenarios
La diversidad de lugares donde se encontraron las víctimas evidencia el alcance y la gravedad de la DANA. En las áreas urbanas, las lluvias torrenciales inundaron viviendas y garajes en cuestión de minutos, atrapando a muchas personas sin posibilidad de escapar. En zonas rurales, los campos y carreteras se convirtieron en trampas mortales para quienes intentaban desplazarse durante el temporal.
El papel clave del Centro de Integración de Datos
El CID, compuesto por especialistas forenses y agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional, ha sido fundamental para coordinar los esfuerzos de identificación de las víctimas y garantizar que los datos sean precisos y coherentes. Su misión incluye supervisar los informes de las instituciones implicadas y proporcionar cifras oficiales a los medios de comunicación.
Esta centralización de datos no solo permite una visión más clara del impacto de la DANA, sino que también es clave para orientar futuras medidas de prevención y respuesta ante emergencias de gran magnitud.
Reflexión
La DANA 2024 ha dejado un devastador rastro de muerte y destrucción, subrayando la vulnerabilidad de las infraestructuras y la necesidad de reforzar la prevención ante fenómenos meteorológicos extremos. ¿Cómo pueden las autoridades garantizar una mejor protección para los colectivos más vulnerables? ¿Qué lecciones podemos extraer de esta tragedia para evitar que vuelva a repetirse? Estas son preguntas que quedan en el aire mientras la Comunidad Valenciana intenta recuperarse de uno de los episodios más trágicos de su historia reciente.