La Ciudad de Valencia se salvó en gran parte, salvo sus pedanías de La Torre, Castellar-Oliveral, Forn d’Alcedo y en menor medida Pinedo y El Palmar. Se salvó de las inundaciones gracias a esa gran obra que pagaron nuestros mayores con sellos durante 25 años, porque nadie nos regaló nada. El Plan Sur de desvío del Cauce del Turia salvó Valencia, pero ahora se resiente su economía.
Una Ciudad dedicada al turismo en gran parte, que en los últimos años se ha volcado con este sector, y del que depende gran parte de la economía de la Ciudad. Han aparecido decenas de hoteles nuevos, miles de apartamentos turísticos, y empresas variopintas enfocadas al turismo, desde alquileres de bicicletas o patinetes a miles de bares y restaurantes. Ahora todos se resienten
La ocupación hotelera está en un 40% y los ingresos en el sector de hostelería han caído un 70%
Sólo cabe mirar las terrazas y el interior de bares y restaurantes, mucho más vacíos que de costumbre. Llevamos tres semanas de cajas vacías, donde los ingresos han caído un 70%. Eso resiente toda la cadena, hay menos trabajo, se consume menos, por tanto hay menos reparto y menor actividad en las empresa que suministran a la hostelería.
En cuanto a la ocupación hotelera, es suplida en parte por personas que han venido a ayudar, que ocupan habitaciones vacías de hoteles, pero que muchos de ellos ya tienen fecha de retorno a finales de este mes, con lo que en diciembre el problema será aún mayor.
estos días del maratón los hoteles volverán a su efervescencia, pero al realidad es que será un espejismo, porque en pocos días volverán a vaciarse.
Los restaurantes del Palmar
Para muestra un botón: El Palmar, un barrio de Valencia dedicado exclusivamente al turismo, y que ahora no tiene clientes. Entre que está prohibida la navegación por l’Albufera y el estado de la misma, pocos acuden a este paraje antes paradisíaco y ahora casi de película apocalíptica, y aunque dentro del pueblo todo sigue igual, los turistas no van a comer.
La Asociación de Restaurantes ya ha pedido ayudas similares a las del Covid al Ajuntament de Valencia y a las instituciones, porque han pasado un mes casi en blanco y necesitan ayuda.
Esto muestra que el problema de la #DANA afectará no sólo a los 800.000 valencianos que se vieron involucrados directamente, sino a millones de valencianos que dependen de sectores productivos ahora inexistentes. La tragedia humana nos e puede reemplazar, pero sí estamos a tiempo de solventar la tragedia económica que seguirá al tsunami de la #DANA y cuyas consecuencias serán irreversibles si no se actúa pronto.
La hostelería está K.O. y pide un S.O.S., y todo el sector relacionado con el turismo y la hostelería, que de seguir así, muchos se plantean echar el cierre o comenzar a reducir drásticamente gastos, incluso plantillas. Urge una actuación directa para evitar que la tragedia de la DANA se siga destrozando a las personas y a sus vidas, siga destrozando negocios y comercios, y una vez más, las Pymes y los autónomos son los más afectados por ello.