Un conflicto que va mucho más allá de la simple pérdida de arena
La playa de Babilonia, en Guardamar del Segura (Alicante), está siendo escenario de uno de los conflictos urbanísticos, medioambientales y patrimoniales más complejos de los últimos años en el litoral valenciano. Lo que comenzó como un problema de regresión costera, provocado por la erosión y el avance imparable del mar, se ha transformado en una batalla legal que enfrenta a vecinos, administraciones y legisladores en torno al futuro de unas viviendas centenarias que muchos consideran parte del legado cultural e histórico de la zona.
Las primeras demoliciones: el comienzo de la cuenta atrás
A principios de este mes de junio de 2025, la maquinaria entró en acción en la playa de Babilonia. Por orden de la Dirección General de Costas, dos pequeños locales comerciales y un restaurante fueron derribados. Según denuncian los vecinos, la intervención fue repentina, casi sin previo aviso, y en algunos casos se desalojó a los clientes en pleno servicio. «Había gente comiendo, la policía entró y echó a todo el mundo, cortaron la luz y el agua prácticamente de un día para otro», relata David, uno de los afectados, que aún lucha desesperadamente por evitar que su vivienda sea la siguiente.
Casas centenarias con historia propia
Pero las edificaciones de Babilonia no son simples chiringuitos ni recientes construcciones de veraneo. Son viviendas construidas a principios del siglo XX, diseñadas por el ingeniero Mira, una figura emblemática en la historia de Guardamar. Estas casas fueron levantadas adaptándose al clima, a la morfología de la costa y a las peculiaridades del terreno dunar que caracteriza esta franja del litoral alicantino. Algunas superan ya el siglo de vida, conservando técnicas de construcción tradicionales y un valor etnográfico y arquitectónico que, según defienden los vecinos, las convierte en auténticos bienes patrimoniales.
Un choque de normativas: Costas vs. Comunidad Valenciana
El conflicto jurídico se ha agudizado por la colisión entre competencias estatales y autonómicas. Mientras la Ley estatal de Costas no contempla excepciones para mantener viviendas en dominio público marítimo-terrestre, salvo que estén específicamente declaradas patrimonio por el Estado, la Generalitat Valenciana aprobó recientemente la Ley de Ordenación y Protección del Litoral, que introduce un nuevo concepto: la protección de los “núcleos históricos”. Babilonia encajaría en este supuesto, permitiendo su conservación pese a su ubicación en primera línea de costa.
Sin embargo, la competencia sobre el dominio público marítimo-terrestre recae en el Estado, lo que ha generado un choque de legitimidades. «Pedimos que se aplique el mismo criterio que ya se ha reconocido en otras comunidades», argumenta el abogado de los vecinos, Manuel López, quien recuerda que existen precedentes de protección de núcleos históricos costeros en lugares como Galicia o Asturias.
La batalla parlamentaria: dos leyes estancadas
En paralelo, en el Congreso de los Diputados y en el Senado se han tramitado dos proposiciones de ley para modificar la actual legislación de Costas, flexibilizando las condiciones en casos como el de Babilonia. Ambas iniciativas han contado con un respaldo amplio de distintos partidos políticos, pero están bloqueadas en la Mesa del Congreso y no han avanzado hacia un debate en profundidad.
La parálisis legislativa agrava la incertidumbre de los vecinos. Mientras tanto, las órdenes de demolición siguen activas, el mar continúa ganando terreno y la playa pierde superficie de forma alarmante. Algunos propietarios han aceptado ya acuerdos para una futura demolición programada, mientras otros resisten con la esperanza de un cambio normativo que todavía no se materializa.
Un problema medioambiental de fondo: el retroceso de la costa
El origen de este conflicto hunde sus raíces en un fenómeno más amplio: la regresión de la costa mediterránea. La playa de Babilonia ha perdido buena parte de su superficie en las últimas décadas, debido a varios factores:
- Intervenciones humanas: como la canalización del río Segura o los espigones de defensa situados más al norte.
- Reducción de aportes sedimentarios: por el control de avenidas fluviales y la urbanización de las riberas.
- Aumento del nivel del mar: en el contexto global del cambio climático.
El mar avanza sobre las antiguas dunas y amenaza a viviendas que, cuando fueron construidas, se encontraban mucho más alejadas de la orilla.
Más que casas: identidad y memoria colectiva
Para muchos habitantes de Guardamar, Babilonia no es solo un núcleo de antiguas casas, sino un símbolo de la identidad local. Generaciones enteras han crecido en estas viviendas, muchas de las cuales siguen siendo propiedad de descendientes de los primeros colonos. «Aquí aprendimos a nadar, a pescar, a vivir. No es solo un inmueble, es nuestra historia», lamenta una vecina, mientras observa con resignación los primeros derribos.
Un conflicto sin solución inmediata
Por ahora, el futuro de Babilonia sigue en un limbo legal. Las máquinas pueden volver en cualquier momento, pero los vecinos confían en que los tribunales, las Cortes Generales o incluso una intervención política de última hora frenen la desaparición total del núcleo histórico. La batalla por la playa de Babilonia es, en el fondo, un espejo de los grandes debates que se ciernen sobre el litoral español: hasta dónde preservar lo construido, cómo proteger el medio ambiente y de qué forma gestionar el valioso —y cada vez más escaso— espacio costero.