En un giro alarmante para los derechos de los consumidores, el Consejo de la Unión Europea ha aprobado una modificación del Reglamento CE 261, que permite a las aerolíneas retrasar vuelos hasta 4 o incluso 6 horas sin compensación económica entre otras medidas.
La iniciativa ahora deberá negociarse en el Parlamento Europeo y, de ser aprobada, supondrá un gran retroceso en los derechos existentes.
Esta decisión, adoptada por el Consejo de la UE mediante un procedimiento legislativo acelerado y excepcional, marca un retroceso sin precedentes en la protección de los pasajeros aéreos en Europa.
Según estimaciones, hasta un 60% menos de viajeros afectados por retrasos serán ahora elegibles para compensación, una cifra que podría llegar al 85% si se aplican los umbrales más altos.
Este cambio, lejos de fortalecer el derecho del consumidor, desequilibra aún más la balanza a favor de las aerolíneas.
Una protección debilitada en favor de las aerolíneas
La única justificación esgrimida para esta modificación es que así se evitarán cancelaciones
Sin embargo, expertos consideran esta excusa infundada, ya que las aerolíneas deben seguir compensando las cancelaciones e incurren en costes adicionales derivados de la atención a los pasajeros y la logística de reubicación de vuelos y tripulaciones.
Además, el nuevo reglamento reduce significativamente las compensaciones económicas: los importes máximos ahora son de 500€ para vuelos de larga distancia y 300€ para trayectos de menos de 3.500 km, cuando anteriormente se otorgaban hasta 600€ en algunos casos.
Esta reducción no solo ignora la inflación acumulada desde 2004, sino que rebaja los estándares de protección por debajo de otras regiones cercanas a Europa.
El Consejo también abre la puerta a que las aerolíneas puedan cobrar por el equipaje de mano, incluso sin ser facturado, enmendando así la sentencia del TJUE que estableció que el equipaje de mano es un elemento indispensable del transporte.
España entre los países que se opusieron
España, Portugal, Alemania y Eslovenia votaron en contra de esta modificación, conscientes del impacto negativo que tendrá sobre millones de pasajeros.
A pesar de esta oposición, la nueva regulación ha salido adelante, generando inseguridad jurídica y menor transparencia sobre los derechos de los viajeros.
Desde AirHelp, organización de defensa de los derechos del pasajero, se ha mostrado una profunda preocupación por esta medida.
En palabras de sus representantes, «este podría ser el mayor retroceso en la historia de la protección del consumidor en la UE».
Con más retrasos y menos compensaciones, los viajeros europeos quedan más expuestos que nunca ante las decisiones de las aerolíneas, mientras la responsabilidad de estas se diluye.
La reforma del CE 261, lejos de modernizar la legislación, mina la confianza en un sistema que durante años fue ejemplo global de protección al consumidor.