La$ Dieta$ y Lo$ lobo$ . La Hora Opinante de MJ Balaguer

La$ Dieta$ y Lo$ lobo$ . La Hora Opinante de MJ Balaguer

La$ Dieta$ y Lo$ lobo$ 

Cuando el bañador del año pasado te viene bastante apretadito

 

Las vacaciones de verano las tenemos a la vuelta de la esquina, hace no mucho has hecho el cambio de armario, guardando lo de invierno y sacando lo de verano y compruebas desalentado que debes adelgazar un poco para entrar en el mismo bañador del año pasado, (obviando que el año anterior te pasó exactamente lo mismo y tuviste que comprarte uno nuevo).

Misma historia de cada año, corriendo a realizar dietas extremas porque como durante el año no lo has hecho pues ahora llegas tarde … preguntas entre amigos qué dieta han usado, no te convence porque ves que no han logrado su objetivo, así que buscas en San Google recomendaciones, indagas en webs, blogs, YouTube, Tiktok y en un maremágnum de información de la cual salen un sinfín de dietas que quizá te puedan servir.

Un mar de Dieta$

 

Vas viendo las dietas detox, depurativas, Keto, melón, Ornish, paleo, militar, Dukan, piña, alcachofa… y decenas y decenas, que conforme vas leyendo parece que te va gustando más una que la anterior y así vas descartando.

Es curioso, situaciones de esas en las que hablas de algo y ese algo ya aparece en todas partes, ¿te suenan, ¿verdad?, ¡qué casualidades oye! parece que todo el mundo habla de ello, desde que empezaste a plantearte el tema de la dieta rápida para quitarte esos kilillos de más.

Va y resulta que bajas a la calle a comprar y te encuentras con una amiga de la infancia, a la cual ves estupendísima de la muerte, y tu ansia de querer estar como ella, con un peso ideal, te lanza a hacerle la pregunta del millón: «¿Qué dieta sigues?».

Ella te responde, «…pues es que voy a un nutricionista y dietista privado, te doy sus datos por si te interesa. Dile que vas de mi parte que te hará un hueco en su agenda, normalmente tarda meses en atender a la gente».

Y tú…como quien encuentra oro, en cuanto vuelves a casa llamas a la consulta y gracias a decir el nombre de tu amiga, esa agenda que en inicio iba a estar cerrada con llave durante meses, se abre al mencionar su nombre porque ya es clienta.

De pronto te conviertes en un cliente Vip pueden darte una cita para esa misma tarde, ¡increíble!

 VIP Desplumado con las Dieta$

 

Acudes a la ansiada cita, no se te han olvidado esos 150 euritos que tu amiga te dijo que te va a costar la primera visita, piensas que son una inversión más que justificada porque es tu salud.

Llegas a la clínica dónde la recepcionista te extiende un test y un cuestionario eternos, dónde te preguntan de todo, hábitos alimenticios, estilo de vida, si duermes bien… y así, decenas de preguntas que esbozan muy precisamente tu día a día.

Luego pasas a una consulta dónde te miden, pesan y toman la tensión cuyos datos pasan a otra ficha.

Con toda esa documentación, que meten en una carpetita con el logo de la clínica, el nutricionista te dice, «Tienes que saber que somos lo que comemos, de modo que debes llevar una dieta equilibrada y saludable, así como hacer ejercicio», oyendo eso se te activa un click en la cabeza porque lo has oído y leído miles de veces en TV, en las revistas, blogs … por lo visto es un mantra entre nutricionistas y dietistas, que además los médicos recomiendan también.

Continúa la consulta, en la que te aseguran perder cierto peso en cierto tiempo, te extienden un mogollón de recetas a mano y te hacen pasar por recepción de nuevo para que te den el presupuesto.

Sales abrumado con tanta información, y te diriges a la recepción, piensas que debes plantearte las cosas y no tomar una decisión impetuosa, te dices para ti mismo que le dirás a la recepcionista, que lo meditarás en casa antes de firmar ese contrato.

La recepcionista te empieza a explicar, que previo pago de unos cientos de euros para tener una dieta saludable, unas recomendaciones de ejercicios, unas visitas mínimas de revisión a la consulta y comprar el KIT inicial con los productos de su marca, se suman otros cientos para tomar todos los potingues que ellos te dicen, en los cuales te gastas un buen pico.

Resulta que debes tomar aparte, pastillas, brebajes, sobrecitos, infusiones y un largo etc., todo lo tendrías que ir a buscar a la farmacia porque algunas son medicaciones, otros productos naturales, otras a herbolarios porque son homeopáticas y el resto te lo fabricas en casa.

Una vez termina, te ofrece financiar todo o si lo deseas pagar con tarjeta o metálico, te sientes entonces bastante acorralado, prefieres decirle que lo pensarás y que mañana le llamarás para darle una respuesta, (pues el precio inicial sin saber aún cuantas más citas futuras necesitarás, te resulta alarmantemente alto).

Pagas la consulta de hoy y te endiña el KIT inicial, un total de 250€, sales ya hiperventilando ante tal dispendio.

De vuelta a casa, mientras vas en el bus, vas pensando contrariado.

Te pones a buscar todo lo que te ha dicho que compres y echando una cuenta rápida, la dieta así por encima te cuesta unos 1.000€, sus citas, sus brebajes los brebajes que tienes que comprar por otro lado….

¡Menos mal que has dicho que te lo ibas a pensar!

Te vas a casa a reflexionar en el día tan ajetreado que te ha provocado el empezar a pensar que no entras en el bikini del año pasado.

Te dispones a ver la tele y de pronto aparece ese programa de Mi vida con 300kg, dónde personas con problemas reales de obesidad mórbida, luchan para tener un cambio de vida y con duro sacrificio pasan de un peso enfermizo a un peso adecuado y lo más importante, a una vida saludable y de ejercicio constante supervisados y ayudados por un equipo médico.

Te vas a la cama cavilando todo lo acontecido en el día.

Cuando tu cabeza hace Click

 

Al día siguiente y tras consultar con la almohada, decides no hacer ninguna dieta específica sino llevar una dieta general equilibrada, saludable y haciendo ejercicio de manera habitual como base de un nuevo estilo de vida a partir de hoy mismo.

Eso sabes que puedes conseguirlo, porque lo tuyo por suerte no es una enfermedad tan grave como la que anoche viste en la tele, llegas a la conclusión de que tu única enfermedad es la vaguería y que eso sólo puedes solucionarlo tú, que es cuestión de constancia.

Tú sabes qué es lo que necesitas y desde luego no pasa por pagar 1.000€ para que alguien te diga lo que ya sabes, pero te da pereza hacer…ahí está el asunto, la pereza.

El reto es comer bien y no hay más misterio, no picar entre horas, no comer comida basura…hay que cocinar más y mejor y eso, no te lo dan esos brebajes que sí, adelgazas rápido, pero más adelante tienes ese efecto rebote y luego te pones a comer lo que en meses no te han dejado, pasando a estar pesar más que cuando empezaste.

Por lo pronto, para este verano ya es tarde, hay que asumirlo.

Lo mejor será comprarte un bañador nuevo con la talla adecuada y a partir de ahí trabajar todo el año para poderte meter ese bikini del año pasado o en el del anterior en el que estabas en tu peso ideal.

Las dietas del futuro desaparecerán

 

El aprender a comer ya por suerte lo enseñan y muy bien en los colegios desde bien pequeños, también en la mayoría de hogares que procuran mantener una comida equilibrada y saludable, a pesar de la maldita inflación que cada vez nos lo pone más difícil.

Se sustituye una cosa más cara por otra más barata con el mismo aporte, pero sigue siendo saludable.

Fomentar las bebidas sin azúcar, ampliar el abanico de productos sanos son hoy en día ya una tendencia al alza.

La televisión, los anuncios, las redes te incitan a no fumar, hacer deporte y comer bien.

Seguro que esos niños de ahora, en el futuro, no se plantearán dudas respecto a este tema, porque saben cómo evitarlo desde pequeños.

La Seguridad Socail debería incluírlo para reducir enfermedades y costes generados

 

Tu yo del futuro no hubiera dudado ni creído en los milagros, entre otras cosas porque las cuestiones de salud entrarían en la Seguridad Social y sería tu propio médico quien te ayudaría, ya que ahora si no son casos extremos no lo consideran necesario.

Tu médico te asesoraría desde el primer minuto y seguro que en cuestiones de salud alimenticia muchos menos fracasos existirían y por ende, seríamos una sociedad más sana, reduciendo incluso otros problemas de salud derivados.

Como siempre los lobbies, más bien lobos diría yo, anteponen su beneficio económico a la salud de las personas.

Ojalá alguien con dos dedos de frente lo ponga sobre la mesa dónde todo se decide y más pronto que tarde pueda ser una realidad.

La Hora Opinante. Columna de María José Balaguer

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