Un estudio de la Universidad de Valéncia y la Universidad de Barcelona destaca el papel fundamental de las escuelas en la recuperación de las comunidades tras desastres naturales.
A partir del ejemplo de la DANA de Valéncia en octubre de 2024, el trabajo, publicado en la revista Sustainability, propone directrices para mejorar las intervenciones educativas en contextos de crisis, resaltando la importancia de la resiliencia.
El equipo de investigación analizó acciones desarrolladas en 18 centros de enseñanza infantil, primaria y educación especial de las zonas más afectadas.
Desde el primer momento, se promovieron actuaciones preventivas para fortalecer la solidaridad, reducir la violencia y evitar la desvinculación educativa.
«Actuamos rápidamente para evitar consecuencias como el aumento del racismo o la pérdida de sentido entre las personas afectadas», explica Esther Roca, profesora de la Universidad de Valéncia y primera firmante del estudio.
Acciones para la recuperación educativa
En ocho de los centros afectados, se llevó a cabo un mapeo de la comunidad educativa para localizar y conocer las necesidades del alumnado y sus familias.
Además, un centro creó la iniciativa:
«Construimos una red solidaria, juntos, nadie está solo«, dirigida a quienes habían perdido sus hogares o necesitaban apoyo emocional.
El estudio destaca la reconexión del alumnado como una prioridad.
Se habilitaron escuelas anfitrionas y espacios alternativos para continuar con las clases, incluso de manera virtual.
Se puso especial atención en estudiantes con necesidades especiales y en la creación de bibliotecas como espacios de encuentro y aprendizaje.
Espacios seguros y apoyo emocional
- Se promovieron espacios de diálogo donde alumnos y docentes pudieron expresar miedos y sentimientos relacionados con la DANA.
- Se organizaron redes de solidaridad para apoyar emocionalmente a las familias y limpiar espacios afectados.
El estudio resalta que el apoyo colectivo ayudó a una profesora a superar el impacto emocional del liderazgo tras la catástrofe.
- se trabajó en la creación de entornos libres de violencia, particularmente en las escuelas de acogida.
Esto permitió mitigar la vulnerabilidad, prevenir problemas de salud mental y fomentar lazos de amistad.
Se prestó especial atención a grupos vulnerables como personas con diversidad funcional, minorías étnicas y familias en situación de pobreza.
Metodología de la investigación
El estudio se basó en una metodología de investigación comunicativa, involucrando a 34 personas entre investigadoras, docentes y miembros de las comunidades educativas.
Se realizaron seis grupos dirigidos, una tertulia científica y se utilizó WhatsApp como herramienta de comunicación y análisis.
Los resultados muestran que la colaboración entre escuelas y comunidades es clave para la recuperación tras desastres naturales.
El estudio concluye que la educación no solo debe continuar en momentos de crisis, sino que también puede ser una herramienta de transformación social y resiliencia.