Y finalmente se celebró. La entidad organizadora, la catalanista El Micalet consiguió que el sindicato Intersindical Valenciana, afín a Compromís solicitara una “manifestación para denunciar la censura del gobierno municipal” a las magas. Una manifestación festiva que volvió a contar con danzas iberoamericanas, y con la muixeranga.
La cabalgata republicana perdida y nunca recuperada
La razón de ser -al menos en teoría- de esta cabalgata es reproducir la que se produjo durante el gobierno de la Segunda República hace casi 100 años, que como republicanos querían acabar con la tradición de los reyes, y por tanto utilizaron esta cabalgata como arma política para sustituir una tradición cristiana por una apología política.
Hoy la cabalgata recuperada en pro de esa cita nada tiene que ver con danzas iberoamericanas, feministas y muixerangas con aquello que se quería recuperar, como pasa tantas veces, se utiliza una excusa para implantar algo nuevo al gusto del cliente que lo pide. En las ediciones anteriores tampoco podemos llamarlo infantil ni coherente, ya que la primera edición, las magas iban en una calesa tirado por un caballo, a pesar de declararse animalistas. En el año cuya excusa era la ecología las magas fueron en tres motos con sidecar contaminantes… Ha sobrado ideología con símbolos de cuatribarradas y discursos cargados de ideología política y ha faltado actividad infantil.
La realidad de hoy
Las magas han aprovechado un gobierno de Ribó y Sandra Gómez que les abría el Consistorio Municipal, les ponía vallas, seguridad, una ambulancia, protección civil y hasta megafonía, además de ceder el balcón municipal y además dar una cuantiosa subvención nominal a sus organizadores, a la par, una organización presidida por un dirigente de Compromís que a su vez era nombrado a dedo Jefe de Servicio de Jardinería, y lo ha seguido siendo hasta que se ha jubilado, a pesar de dirigir la concejalía primero el PP y luego Vox.
Esta edición era la primera que no tendrían una cuantiosa subvención y habían pedido ayudas a instituciones privadas, tampoco tenían permiso de ocupación de vía pública y hasta policía Local había hecho un informe advirtiendo de la afección al tráfico.
A pesar de ello, se han celebrado y ha tenido que modificar su itinerario porque en la Plaza de la Reina estaba el festival de Balls al Carrer organizado por Junta Central Fallera con casi un millar de personas viéndolo.
Al final lo que se ha visto en la calle eran curiosos que no sabían que veían, más allá de ver danzas precolombinas de centroamérica e iberoamérica, unos señores con carteles y un colectivo feminista…poco más…
Las calles del centro estaban llenas en el primer día de rebajas y la gente en las aceras mostraba su extrañeza por lo que veía. Finalmente a pesar de parece no tener permiso de ocupación, ya que se necesita una petición de más de un mes, unos altavoces eran instalados en la Plaza de la Reina y en la Plaza acudían cientos de personas y los que salían en la cabalgata a denunciar “la censura” a un acto ni infantil ni tradicional, olvidando los censuradores lo que ellos mismos censuraban y censuran, un sinsentido más y un guion más para una película de Berlanga.
Una edición que pasa sin pena ni gloria y que finalmente tiene la consideración que debió tener, un acto privado de una entidad y que pretendía que todos pagáramos, una exigencia e imposición, que hoy ha pasado sin pena ni gloria, entre los valencianos que no lo sienten como propio, más bien lo rechazan. Veremos si hay una nueva edición en 2025 y bajo qué condiciones berlanguianas.
Este domingo cualquier calle del centro, primer domingo de rebajas estaba a rebosar. En la plaza del Furs, cerca de 500 personas convocadas por Juristes Valencians para defender el Derecho Civil Valenciano, en la Plaza de la Reina casi mil personas viendo el Festival del Balls al Carrer, en la Plaza del Ayuntamiento otra concentración y en la ronda interior una carrera, así que cualquier calle estaba llena de gente.