Cada jornada de este verano se ha repetido la misma fotografía en el centro de Valencia, las zonas con más turismo y que por cierto son zonas de especial protección BIC están con sus papeleras llenas de basura.
Los alrededores del Mercado central, en la plaza de Ciudad de Brujas, la misma plaza del Mercado Central, o la puerta de la Lonja tienen sus papeleras llenas. Cada mediodía es imposible poder tirar nada, con las papeleras a rebosar, lo que evidencia la falta de planificación.
Debería conocerse por parte del Ayuntamiento las zonas más concurridas y realizar una batida por parte de los servicios de limpieza municipales, reforzando la limpieza. Tan simple como pasar a media mañana a vaciar las papeleras, y así que no dieran esa imagen de dejadez a mediodía.
Unos problemas que se repiten a diario, ya que los turistas compran en el Mercado Central y en bares o establecimientos cercanos comida para llevar y la comen en los bancos de la zona, incluso en los escalones de La Lonja, de Les Covetes o en las jardineras asiento de la Plaza de Brujas.
Soluciones…lo primero es tener voluntad de solucionar los problemas
La imagen de suciedad después invade las papeleras a rebosar. Una opción sería aumentar con una persona el vaciado, u otra tener a una policía turística que como en Roma apuntara a los turistas que allí nos e puede comer, implementando zonas para ello y aumentando la limpieza en las mismas.
Soluciones haberlas existen, otra cosa es la voluntad política de implementarlas. Es mucho más sencillo irse de vacaciones y hacer oídos sordos al problema, que es una realidad casi a diario. Un ejemplo más de falta de gestión municipal en controlar los flujos de turistas.
Las nuevas papeleras inteligentes que compactan la basura no son la solución, puede ayudar en algún caso, pero hay que realizar toda una estrategia para detectar los flujos de turismo y los problemas que acarrean, para corregirlos.
La alcaldesa ya ha iniciado una cruzada, nunca mejor dicho, contra los grandes cruceros en la Ciudad. Pero parece más una excusa que una solución, una excusa para justificar que se hace algo, más que una solución.
Un debate sobre el modelo turístico de la Ciudad no estaría mal, antes de que nos convirtamos en la nueva Magaluf de la costa valenciana. Pero para ello hay que tener valentía e implicar a todos los actores, no sólo a unos u a otros. Eso se llama gestión eficiente, y lo demás son excusas baratas para justificar nos e sabe bien qué.