Los vecinos de la Malvarrosa están hartos, entre la delincuencia asociada a la venta de drogas y el centro de menores migrantes no acompañados que se ha ubicado en el Hospital Valencia al Mar no ganan para disgustos.
«No existe la noche en el que decenas de vehículos no amanezcan con alguna luna rota para intentar hurtar en su interior».
«La droga no ha desaparecido, de hecho Ribó y Sandra Gómez poco hicieron, la actual alcaldesa sólo reformó la plaza central y la asfaltó, pero la droga y la delincuencia continúa»
Muchos se preguntan qué le han hecho a las autoridades para tratarles de esa manera.
El antiguo Hospital de San Juan de Dios /Valencia al Mar …de centro de mayores a convertirse en centro de menores
El Hospital Valencia al Mar o también conocido como San Juan de Dios en la malvarrosa es un edificio espectacular que durante años albergó consultas externas y servicios hospitalarios privados, su último propietario fue el grupo privado Vithas que tras cerrarlo la Generalitat Valenciana decidió comprarlo por 9 millones de euros.
La compra se cerró tras una fuerte presión social al entonces gobierno autonómico de Chimo Puig y Mónica Oltra que no lo tenían entre sus planes. Los vecinos y muchos colectivos resaltaron que esta zona de Valencia densamente poblada necesitaba más servicios sanitarios y sociales y que sería una excelente oportunidad para ampliar servicios de la zona de salud del Hospital Clínic-Malvarrosa, ya que el Hospital de la Malvarrosa no se podía ampliar y estaba a escasa distancia.
Finalmente tras su compra a finales de 2021 por parte de la Generalitat Valenciana, la misma anunció que el centro se destinaría a ser centro para personas con daño cerebral, aunque este proyecto no se concretó en toda la legislatura que duró hasta mayo de 2023.
La guerra de Ucrania
Vino la Guerra de Ucrania y entonces se decidió por parte de la Generalitat Valenciana utilizar el edificio para ser centro de acogimiento de refugiados, de familias procedentes de la Guerra de Ucrania. Para ello se hizo una reforma exprés del edificio de lavado de cara interior y adecuación del edificio para ellos. Así, en marzo de 2022 cientos de personas fueron derivadas a este centro durante al menos 6 meses.
Tras comprobar que la invasión rusa y la guerra sería de larga duración, las familias ucranianas fueron derivándose a otros lugares más permanentes y abandonaron el edificio, con tan mala suerte que la Generalitat Valenciana olvidó poner seguridad en el edificio y parte del mismo fue desvalijado en varias ocasiones.
El centro estuvo más de un año cerrado ya bajo el auspicio del nuevo Gobierno de la Generalitat Valenciana, pero la crisis de migrantes y la saturación de otros centros obligó en verano de 2024 a la Generalitat a plantearse utilizarlo de nuevo, por lo que una nueva reforma mejoró y adaptó de nuevo las instalaciones y reparó los años por los robos cuando estuvo más de 6 meses sin ninguna vigilancia.
Los menores no acompañados
En verano de 2024 la Generalitat Valenciana abrió de nuevo el centro, pero no para lo que fue adquirido, sino nuevamente para un tema «excepcional». Así cerca de medio centenar de migrantes menores no acompañados fueron alojados en el mismo y el centro fue cedido en gestión a dedo a una ONG que trabaja con ellos.
Este 2025 ya eran más de un centenar los migrante alojados en el centro y los vecino recelan ya que consideran que el «estar todo el día bambando» por las calles de la zona ha traído numerosos problemas y conflictos.
De hecho, tras el desayuno, tienen algunos talleres optativos, pero es en época estival cuando no tienen nada que hacer y van en pandillas por el barrio y la playa, y no hace falta decir que menores en pandilla es una ecuación difícil a ciertas edades, porque lo que no piensa uno lo piensa otro y se suelen hacer el «gallito». Esto no va de nacionalidades, va de la «edad del pavo».
Los problemas han surgido de inmediato, ya que en su mayoría son de edad comprendida entre 15-18 años, -aunque los vecinos sugieren que muchos son mayores de edad-, y no tener otra ocupación durante el día es estar aburridos y al final son problemas…
Los problemas del centro
El centro es gestionado por una ONG que tiene un convenio con la Generalitat Valenciana, actualmente acoge a un centenar de personas en él, sin parece licencia de actividad.
Según ha podido comprobar este diario, el centro no tendría licencia de actividad, así, se estaría utilizando sin ésta como residencia temporal, y no habría pasado inspecciones a sus instalaciones tal y como marca la ley.
Preguntada por esto la alcaldesa de Valencia directamente por Noticias Ciudadanas afirmó esta misma semana lo siguiente María José Catalá:
«Ya sé que no tiene licencia de actividad alguna, pero ningún Hospital en Valencia la tiene, así se hacían las cosas… qué te voy a contar»
También afirmó que no le consta licencia alguna de obras en el centro y lo considera como centro sanitario.
Catala reconoce que hay refugiados allí desde el año pasado y asegura que «tal y como hablé yo con Susana Camarero en esta nueva crisis de menores no acompañados me aseguró que no acabarían allí».
Peleas en el centro
Los vecinos y fuentes de la ONG reconocen que las peleas en el centro son constantes y los problemas de seguridad, así, fuentes del centro reconocen que ayer mismo surgió una «discrepancia» (pelea) con la comida.
Desde la Generalitat Valenciana reconocen el problema, pero asumen que por ley están obligados a cogerlos y piden no estigmatizar a los menores, pero aseguran que las plazas asignadas no se pueden superar.
Problema de seguridad
Lo que sí es verdad es que en el barrio entre las Casitas Rosas, como foco de venta de drogas y delincuencia, los problemas cuando salen a la calle en pandilla estos menores y los problemas que han repuntado en algunas zonas del Cabanyal, los vecinos se sienten inseguros.
«Peleas, jeringuillas, robos y problemas de seguridad es nuestro día a día»
Los vecinos exigen al Ayuntamiento más patrullas de policía local, pero la seguridad ciudadana es competencia de la Policía Nacional.
Desde el partido político Més Avant, sus dirigentes exigen a la Delegada del Gobierno, Pilar Bernabé a la par secretaria general de los socialistas de la Ciudad de Valencia, más patrullas de policía nacional y más seguridad para el barrio.
«Somos un barrio de primera, con impuestos de primera pero con problemas de seguridad graves que se han solucionar ya»
Los vecinos piden a Delegación del Gobierno seguridad y los hacen responsables de tener que ubicar allí el centro de menores sobre un proyecto tan necesario como el Centro de Día de mayores y el de problemas mentales, algo para lo que fue adquirido el edificio y que nunca se ha llevado a cabo.
«Al menos que nos pongan seguridad, con más patrullas, al menos habrá un trabajo disuasorio«. Pero exigen medidas contundentes en las Casitas Rosas y también que se haga el centro de mayores y de problemas mentales prometido en el Hospital San Juan de Dios /Valencia al Mar.