Sacar dinero del cajero automático es una acción cotidiana para millones de personas.
Sin embargo, esta experiencia cambiará de forma significativa a partir del 28 de junio de 2025, cuando entre en vigor la Ley 11/2023, una normativa que obligará a rediseñar los cajeros automáticos para hacerlos accesibles a todas las personas, especialmente aquellas con discapacidad o mayores con limitaciones de movilidad, visión o comprensión.
La nueva legislación responde a un objetivo claro: garantizar la accesibilidad universal en los servicios bancarios.
Aunque las personas con discapacidad son las principales beneficiarias, las mejoras supondrán también una experiencia más clara, intuitiva y cómoda para todos los usuarios, en especial para aquellos con menor familiaridad con la tecnología.
¿Qué cambiará en los cajeros automáticos?
Con la entrada en vigor de la normativa, todos los nuevos cajeros deberán incorporar una serie de adaptaciones para asegurar su uso por parte de cualquier persona, independientemente de sus capacidades.
Los principales cambios que se verán incluyen:
- Letras más grandes en las pantallas, facilitando la lectura.
- Audioguías e instrucciones por voz, accesibles mediante auriculares para personas con discapacidad visual.
- Interfaz más intuitiva, con menús simplificados y claros, pensados para quienes no están familiarizados con lo digital.
- Botones físicos con relieve y mejor disposición, para facilitar el uso a personas con dificultades motrices o visuales.
- Pantallas con mejor brillo e iconografía más clara, mejorando la visibilidad incluso a plena luz del día.
Además, las entidades deberán informar claramente a los usuarios sobre qué cajeros ya están adaptados y cuáles aún no cumplen los nuevos estándares.
Una adaptación progresiva hasta 2030
Aunque la ley comienza a aplicarse en junio de 2025, no significa que todos los cajeros estarán listos ese mismo día.
Los cajeros instalados antes de esa fecha podrán seguir operando hasta un máximo de 10 años más, es decir, hasta junio de 2030, siempre que sigan siendo económicamente viables.
En la actualidad, España cuenta con más de 47.000 cajeros automáticos, y se estima que el coste medio por adaptar cada uno de ellos oscila entre 1.500 y 3.000 euros, una inversión significativa pero necesaria para asegurar una inclusión financiera real y efectiva.
Más allá de los cajeros: una transformación general
La Ley 11/2023 no se limita al sector bancario. También impone nuevas obligaciones de accesibilidad a empresas de transporte, aseguradoras, agencias de viajes, servicios de luz, agua y gas, así como al comercio electrónico.
Además, las entidades financieras deberán formar a su personal con el objetivo de ofrecer un trato más justo, humano y accesible desde las oficinas hasta el último rincón digital.
Con estas medidas, España da un paso firme hacia una sociedad más equitativa e inclusiva, donde la tecnología financiera sea accesible para todos, sin importar sus capacidades.