Los fideos instantáneos se han convertido en una solución rápida y económica para quienes buscan una comida sencilla.
Sin embargo, un reciente análisis de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) revela que la mayoría de estos productos no cumplen con los estándares de calidad nutricional y contienen una alta cantidad de aditivos y sal.
Bajo valor nutricional y exceso de sal
El análisis de OCU evaluó 45 preparados de fideos instantáneos, de los cuales solo 12 lograron aprobar con una calificación aceptable.
Uno de los principales problemas detectados es su escasa calidad nutricional.
En promedio, estos productos aportan:
- 119 kcal por cada 100 gramos
- 16% de hidratos de carbono
- 5% de grasa, en la mayoría de los casos saturada por el uso de aceite o manteca de palma
- Apenas un 2,7% de proteínas, incluso en variedades con pollo, carne o pescado
- Altos niveles de sal, superando el 1,25% en varios productos
Debido a este desequilibrio nutricional, OCU recomienda que estos fideos no sean considerados una comida completa, sino que se acompañen con verduras y proteínas adicionales para mejorar su valor alimenticio.
Exceso de aditivos y presencia de sustancias a evitar
Otro problema detectado es la gran cantidad de aditivos en estos productos.
Algunos contienen hasta 10 aditivos diferentes, incluyendo conservantes, potenciadores del sabor y colorantes.
En 34 de los 45 productos analizados, los expertos encontraron aditivos utilizados para enmascarar la falta de ingredientes naturales.
Uno de los hallazgos más preocupantes es la presencia del colorante E150c (caramelo amónico) en cinco productos.
Este aditivo puede contener THI (sustancia inmunotóxica) y 4-MI, compuesto sospechoso de ser cancerígeno.
OCU recomienda evitar el consumo frecuente de productos con este tipo de colorantes.
Degustación decepcionante y problemas en el etiquetado
Según los expertos, la mayoría de los fideos instantáneos ofrecen una mala experiencia sensorial.
En general, se describen como blandos y sin textura, con un sabor artificial que recuerda a «polvos» o a «concentrado de carne».
Además, hay productos picantes que no lo indican en el envase y otros etiquetados como picantes que en realidad son dulces o agridulces.
Sin embargo, hubo tres excepciones que destacaron por su sabor:
- Yakisoba Soja de Hacendado (1,20 euros, 80 g)
- Soba Classic de Nissin (2,32 euros, 90 g)
- Curry Indian Style de Maggi Fusian (2,19 euros, 118 g) → Mejor valorado del análisis
Por otro lado, OCU denuncia que el etiquetado de estos productos es poco claro y difícil de leer.
La información nutricional y la lista de ingredientes solo ocupan el 30% del envase, mientras que el 70% restante se destina a publicidad y diseños llamativos.
La organización pide que se aumente el tamaño de la letra en el etiquetado de 1,2 mm a 3,0 mm para facilitar la lectura a los consumidores.
Recomendaciones
OCU recomienda un consumo ocasional de fideos instantáneos y aconseja a los consumidores:
- Revisar las etiquetas y evitar productos con altos niveles de sal y aditivos nocivos.
- Complementar estos fideos con verduras y proteínas para mejorar su valor nutricional.
- Usar herramientas como la app OCU Market, que permite comparar precios y valores nutricionales de distintos productos.
Si bien los fideos instantáneos son una opción rápida y asequible, es importante ser conscientes de su bajo aporte nutricional y de la presencia de aditivos cuestionables.
Una elección informada puede marcar la diferencia en la calidad de nuestra alimentación.