Con más de 600.000 barras de pan y 20.000 kilos de bollería distribuidos, el Gremio de Panaderos y Pasteleros de Valencia pide ayuda para continuar su labor en las zonas más afectadas por las inundaciones.
Las consecuencias de la reciente DANA han sido devastadoras en muchas comunidades de la provincia de Valencia, dejando infraestructuras inutilizadas, negocios cerrados y a cientos de familias en situaciones de emergencia. En medio de esta adversidad, el Gremio de Panaderos y Pasteleros de Valencia ha emergido como un ejemplo de compromiso social al organizar una campaña solidaria sin precedentes. Hasta el momento, se han entregado más de 600.000 barras de pan y 20.000 kilos de bollería a las zonas afectadas. Sin embargo, el gremio alerta que este esfuerzo necesita apoyo urgente de las administraciones públicas para no detenerse.
Solidaridad pan a pan: la labor del gremio
Desde el inicio de la catástrofe, los panaderos valencianos, en colaboración con compañeros de otras comunidades autónomas, han trabajado incansablemente para cubrir las necesidades básicas de las poblaciones afectadas. La magnitud del esfuerzo es impresionante: más de 600.000 euros en productos donados y distribuidos, un coste asumido íntegramente por pequeños hornos artesanos.
“Nuestro compromiso es absoluto, pero no podemos mantener esta labor indefinidamente sin el apoyo necesario”, explica Juanjo Rausell, presidente del Gremio de Panaderos y Pasteleros de Valencia.
El esfuerzo ha sido particularmente desafiante para un sector compuesto mayoritariamente por pequeños empresarios y autónomos, quienes han puesto recursos propios para garantizar la continuidad de esta ayuda esencial.
La crisis de los hornos locales: entre el agua y la incertidumbre
El impacto de la DANA no solo ha afectado a las familias de las zonas inundadas, sino también a los hornos y pastelerías locales, muchos de los cuales han visto desaparecer sus instalaciones y equipos bajo el agua. Según el gremio, más de 80 establecimientos en la provincia han sufrido daños graves, enfrentándose ahora al reto de reconstruir sus negocios desde cero.
Ante esta situación, el gremio ha lanzado una campaña de donaciones para apoyar a estos establecimientos en su recuperación.
Cuenta para donaciones solidarias:
BBVA: ES18 0182 7710 48 0202582082
Los fondos se destinarán a la reparación de locales, adquisición de maquinaria y equipos esenciales, así como al apoyo económico para que los panaderos puedan reabrir sus puertas al público lo antes posible.
Reclamo a las administraciones públicas
A pesar de la generosidad del gremio y del sector, el presidente Juanjo Rausell subraya que este esfuerzo no puede sostenerse a largo plazo sin la implicación de las administraciones públicas. En una reunión reciente con la alcaldesa de Valencia, Mª José Catalá, el gremio planteó la necesidad de establecer un plan de apoyo logístico y económico para aliviar la presión financiera que enfrentan los hornos colaboradores.
“El Ayuntamiento ha mostrado disposición, pero necesitamos un esfuerzo conjunto con otras administraciones para garantizar que esta labor continúe”, señala Rausell.
El gremio también destaca que los costes asociados a la elaboración y distribución de pan —desde las materias primas hasta el transporte— están comenzando a superar las capacidades del sector, poniendo en riesgo la continuidad de esta ayuda humanitaria.
Más que pan: un esfuerzo colectivo
La labor del Gremio de Panaderos y Pasteleros de Valencia no solo ha asegurado el sustento básico de las comunidades afectadas, sino que también ha generado un sentido de unidad y solidaridad entre panaderos de toda España. Voluntarios, organizaciones y hornos de otras regiones se han unido al esfuerzo, demostrando que la colaboración es clave en momentos de crisis.
Además de proporcionar alimentos, el gremio ha asumido el rol de asesorar a los panaderos afectados en temas legales y administrativos, ayudándolos a gestionar subvenciones y explorar oportunidades para su recuperación.
Un gesto que necesita respaldo
El compromiso de los panaderos valencianos con su comunidad es incuestionable, pero este esfuerzo requiere de un respaldo institucional sólido para garantizar su sostenibilidad. Mientras tanto, la campaña de donaciones sigue abierta, y el gremio hace un llamado a empresas, particulares y organizaciones para unirse a esta causa.
¿Qué opinas de la iniciativa del gremio? ¿Cómo podemos garantizar que estos héroes anónimos sigan ayudando a quienes más lo necesitan?