París 2024: España logra el Bronce para el equipo de natación artística y el Oro para los históricos relevos mixtos
Equipo de natación artística
Nadaba España sobre Eminem, el nombre del ejercicio ‘One shot, one opportunity’ (‘Un tiro, una oportunidad’)
Solo tenían una oportunidad… y no la dejaron pasar. España ha ganado la medalla de bronce en el evento de equipos en los Juegos Olímpicos.
Mientras sus entrenadoras aplaudían y se escuchaba “¡Olé!” en las gradas, España realizó la rutina acrobática sin basemarks – algo necesario para mantenerse en el podio desde el cambio en el sistema de puntuación. Era la misma rutina que en el Mundial 2024, pero con cinco puntos más de dificultad.
El equipo campeón está formado por:
- Txell Ferré
- Marina García
- Lilou Lluís
- Meritxell Mas
- Alisa Ozhogina
- Paula Ramírez
- Iris Tió
- Blanca Toledano
Y esto se premió: primero lo celebraron abrazadas al salir de la piscina.
España llegaba al equipo acrobático en la zona de medallas. A pesar de haber visto una base-mark en la rutina libre, llegó como tercer equipo mejor clasificado a la definitiva rutina acrobática gracias a ser el segundo mejor equipo en la técnica, solo por detrás de la República Popular de China, quien a la postre se llevó el oro después de haber liderado en cada una de las tres rutinas.
Todo con sello español
Estados Unidos, equipo dirigido por la española Andrea Fuentes, presentó la cuarta tarjeta de dificultad más baja del evento acrobático (26.600 puntos de dificultad declarada, solo más que Australia, Egipto e Italia). Pero a pesar de ello, el conjunto estadounidense volvió a destacar en esta rutina y logró una histórica medalla de plata.
El final para las españolas resultó paradójico. La misma Ona Carbonell, junto a Gemma Mengual y Andrea Fuentes habían sido los pilares de la época dorada de la natación artística de España, ya siendo ex nadadoras y convirtiéndose actualmente en entrenadoras…¡y vaya entrenadoras!.
El premio a esa herencia en el compromiso, el sacrificio y el talento llegó 12 años después y en un nuevo podio olímpico: la nueva natación artística de España ya es una realidad… y es medallista de bronce olímpica.
Hito histórico en relevos mixtos
Nunca una atleta española había completado la triple corona –campeón olímpico, del mundo y de Europa
Nunca un atleta español había ganado dos medallas en la misma edición de los Juegos Olímpicos
Ya lo habían dicho, querían disputar esta prueba para pasar juntos a la historia.
María Pérez ha dicho:
“Era la última medalla que nos faltaba y es un ciclo que se cierra. Un ciclo de abrazos que empezó en Berlín [Europeo de 2018], siguió en Budapest [Mundial de 2023] y solo nos faltaba el oro olímpico”
“Ha sido increíble. No me he relajado, que él me decía, ‘¡Disfruta!’. Mentira. Solo quería llegar y verlo”
Eran los grandes favoritos, bicampeones del mundo en 2023 y medallistas en la prueba individual, y así compitieron.
Primero, aguantando en cabeza con el grupo de aspirantes al podio; y en la tercera posta, aguantando el órdago del campeón olímpico de París 2024, Daniel Pintado, el primero en hacer un movimiento claro por las medallas.
El extremeño se pegó a su rueda y juntos armaron un colchón suficiente para pensar que el oro y la plata estaría entre ellos.
Martín ha explicado:
“Yo he intentado marchar lo mejor posible. A lo mejor tenía algo más de fuerza que Pintado en el segundo segmento, pero no quería arriesgar y veía que él estaba arriesgando. Así que he intentado pelear con cabeza porque nuestra idea era que, cuando le diese el último testigo a María, que no tuviese ninguna tarjeta para que ella pudiese apretar”
Y tanto quiso forzar Pintado que recibió dos amonestaciones en poco tiempo, y dejó el relevo ecuatoriano condicionado para el resto de la prueba.
Ese fue el momento que aprovechó Álvaro Martín para lanzarse al ataque. El extremeño se vació en la recta final de su posta y dejó a María Pérez con una pequeña renta de tres segundos sobre Glenda Morejón que la granadina fue alimentando paso a paso hasta darle forma de oro.
La sonrisa del triunfo
A falta de dos vueltas, a María Pérez ya se le escapaba una sonrisa cuando recibía el avituallamiento.
En recta de meta ya empezó a saludar a amigos y aficionados, aunque esta vez no cogió ninguna bandera, quizá para evitar la confusión del Mundial de Budapest o solo para darse un momento, tomar aire y soltarlo todo en el grito que despertó a París.
Después el abrazo con Álvaro Martín y, ya juntos, descorchar la botella de champán que guardaban desde hace más de una semana para este momento.
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