El encuentro entre el Valencia y el Oviedo, programado inicialmente para este lunes, ha sido pospuesto y, aunque falta la confirmación oficial, se espera que se dispute el martes a las 21:00 horas en Mestalla. La decisión, tomada por el juez de competiciones profesionales de la Real Federación Española de Fútbol, responde a la alerta roja emitida el domingo y refleja la postura del Valencia, que desde el inicio abogó por la suspensión.
La resolución se ha demorado más de lo previsto, tras intensas negociaciones entre los clubes, LaLiga y la Federación, siendo esta última la que tuvo la última palabra. Incluso la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, intervino, contactando al secretario general de la Federación —dado que Louzán se encuentra en Chile— para destacar la gravedad de la situación y la recomendación de las autoridades de minimizar los desplazamientos.
El Valencia cuenta con una gran cantidad de aficionados que se trasladan desde zonas que podrían verse gravemente afectadas por las lluvias, previstas para intensificarse con el paso de las horas. Resulta contradictorio que, mientras se suspenden las clases en los colegios y se promueve el teletrabajo para evitar desplazamientos, se mantuviera la convocatoria de hasta 40.000 personas para asistir a un partido de fútbol.