Más de 250 quejas ciudadanas en menos de un mes por retrasos, cancelaciones y autobuses abarrotados empujan al Ayuntamiento a exigir cambios inmediatos.
La movilidad, al límite en Sagunt
Desde la implantación del nuevo servicio de transporte interurbano, los problemas en las líneas de autobús entre Sagunt y Valencia se han multiplicado. Los vecinos denuncian esperas interminables, autobuses que no llegan, trayectos con pasajeros de pie e incluso cancelaciones de última hora sin previo aviso.
“Mi hija ha llegado tarde tres veces al instituto esta semana. El autobús que pasa a las 7:15 simplemente no vino el martes”, cuenta Raquel, vecina de Sagunt. Como ella, decenas de personas se enfrentan cada día a una movilidad impredecible que condiciona su vida laboral, educativa y personal.
Reacción del Ayuntamiento
El propio alcalde, Darío Moreno, ha señalado que la situación “es insostenible” y ha exigido “una respuesta clara y eficaz por parte de la administración competente”. Según el consistorio, se han registrado más de 250 incidencias formales desde mediados de mayo, lo que demuestra el alcance del problema.
El concejal de Movilidad, Javier Raro, ha detallado que el Ayuntamiento ya ha mantenido varias reuniones técnicas con responsables del transporte para trasladar todas las quejas vecinales y exigir soluciones inmediatas. Entre las principales reclamaciones: refuerzo de frecuencias, transparencia en los horarios y una mejor gestión de incidencias.
Problemas detectados por los usuarios
Los problemas más habituales que denuncian los vecinos incluyen:
- Autobuses que pasan con exceso de ocupación y no recogen pasajeros en paradas intermedias.
- Supresión de servicios en horarios clave, como las primeras horas del día y el regreso vespertino.
- Ausencia de información en tiempo real, con paradas sin señalización electrónica ni avisos actualizados.
- Incidencias sin atención al cliente efectiva ni protocolos de compensación.
“Es frustrante. Vamos a trabajar sin saber si llegaremos a tiempo. Y no hay alternativa porque no todos podemos coger el coche cada día”, se queja Marcos, trabajador del área metropolitana de Valencia.
¿Qué medidas se han propuesto?
Desde el Ayuntamiento se ha planteado una serie de medidas urgentes que incluye:
- Incorporación inmediata de nuevos vehículos a la flota.
- Revisión de los horarios actuales y aumento de frecuencias en franjas de alta demanda.
- Implementación de una app oficial con información en tiempo real sobre el estado del servicio.
- Instalación de paneles informativos en las paradas más concurridas.
Además, el consistorio insiste en que debe existir una supervisión más estricta del cumplimiento de las condiciones del contrato de transporte, dado que la calidad actual “no se corresponde con lo que se prometió”.
El transporte público, clave para una ciudad moderna
La crisis del autobús en Sagunt no es solo un problema puntual. Pone en evidencia las carencias de planificación y respuesta en materia de movilidad metropolitana. Con miles de desplazamientos diarios entre Sagunt y Valencia, el transporte público debería ser una solución fiable, no una fuente de estrés constante.
“Si queremos reducir el uso del vehículo privado y apostar por la sostenibilidad, el servicio de autobuses debe estar a la altura. No puede seguir siendo una lotería diaria”, apunta un portavoz vecinal.
Una reflexión abierta
¿Debe el transporte público ser un derecho con garantías mínimas de calidad? ¿Qué responsabilidad tienen las administraciones cuando se privatizan estos servicios?
En plena transformación hacia una movilidad más sostenible y eficiente, lo ocurrido en Sagunt deja una lección clara: sin inversión, seguimiento y escucha activa a los ciudadanos, no hay progreso real.