«Yo no me quería morir, yo lo que quería era dejar de sufrir, descansar la mente». Lourdes Tamurejo, representante del Comité Pro Salud Mental en Primera Persona de la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA y de la Red Regional de Mujeres en Salud Mental de FEAFES Salud Mental Extremadura, explica con estas palabras cómo, tras años de sufrimiento, llegó a intentar quitarse la vida en diversas ocasiones.
El suicidio es una epidemia silenciosa
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que 1 de cada 100 muertes en el mundo son debidas a esta causa
A la que es necesario hacer frente entendiendo la complejidad de sus motivos. Por ello, este 10 de septiembre, Día Mundial para la Prevención del Suicidio, desde SALUD MENTAL ESPAÑA se pone el foco en los determinantes sociales: esas condiciones de vida que pueden llevar a las personas a un malestar tan profundo que incluso hacen cuestionarse si merece la pena seguir adelante.
La campaña de sensibilización de la Confederación, financiada por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, está compuesta por cinco vídeos que abordan cinco áreas clave: violencia, discursos de odio y discriminación, pobreza, cultura del éxito y expectativas, y soledad no deseada. En ellos, se exponen diversas situaciones (como, por ejemplo, bullying o desahucios) a las que un gran número de personas tienen que hacer frente y que suponen un grave sufrimiento, planteando una reivindicación a cada una de ellas. Con el hashtag #ParaDejarDeSufrir, el objetivo de esta iniciativa es promover una transformación social para que «la vida sea un lugar donde vivir», tal y como reclama el manifiesto elaborado por el Comité Pro Salud Mental en Primera Persona y la Red Estatal de Mujeres. La Confederación impulsa esta campaña siguiendo la línea de trabajo sobre salud mental y determinantes sociales del Ministerio de Sanidad.
En 2024, el suicidio fue en España la segunda causa de muerte no natural. A lo largo del año, 3.846 personas fallecieron por esta razón.
Aunque esta cifra representa un 6,6% menos que en el año anterior, sigue siendo una urgencia que requiere medidas firmes. Para hacerle frente, el Ministerio de Sanidad ha puesto en marcha el Plan de Acción para la Prevención del Suicidio 2025-2027, donde SALUD MENTAL ESPAÑA ha participado en la elaboración como miembro del grupo motor. El propósito de este plan es reducir y prevenir las conductas suicidas, prestando especial atención a las personas en situación de vulnerabilidad. Tal y como reconoce el propio Ministerio, la prevención pasa por entender que la salud mental no es únicamente una cuestión individual, sino que está profundamente condicionada por las circunstancias en las que vivimos.
Para Lourdes, la violencia vicaria que sufrió durante años la sumió en un pozo del que tardó mucho tiempo en salir. Con un trastorno límite de la personalidad (TLP), la extremeña cuenta que estuvo dos años sin poder ver a su hija, ya que su expareja —con quien estaba en proceso de divorcio— «se dedicaba a decirle que su madre estaba loca«. Esta situación la llevó a tener tres o cuatro tentativas de suicidio, ya que el dolor sufrido la «perjudicó mucho» a la hora de poder ir recuperándose día a día. En estos momentos, señala que se encuentra «estable» y que su experiencia la ha llevado a crear hábitos para no caer en un estado de tristeza. Por eso insiste en que «cuesta mucho trabajo, pero se sale de esto».
La Violencia como determinante de la conducta suicida
La violencia es uno de los determinantes sociales que puede explicar la conducta suicida, pero hay muchos más como, entre otros, los problemas de vivienda, la sobrecarga de cuidados, la discriminación o las dificultades económicas. Esta última circunstancia fue quebrando, poco a poco, la salud mental de Esperanza Iglesias, pero no fue el único motivo. Tras haber sufrido abusos en la infancia, esta representante de la Red Estatal de Mujeres de SALUD MENTAL ESPAÑA y del Comité de Personas con Experiencia Propia de Salud Mental Andalucía, vivió su primer intento de suicidio siendo muy joven. No obstante, ella misma sostiene que el verdadero punto de inflexión llegó al cumplir los 40, cuando se vio atrapada en una serie de circunstancias familiares, laborales, de pareja y de vivienda que se volvieron «insoportables».
La propia OMS reconoce que «el suicidio es un fenómeno complejo y multicausal«. Esperanza, desbordada por las circunstancias que atravesaba, relata cómo todo ello «va minando la salud física y mental de una persona, hasta dejarla hecha un guiñapo que no quiere vivir. ¿Quién desea vivir un día más así?». La andaluza, que finalmente debutó con una depresión, tuvo hasta seis tentativas de suicidio. «Mi reacción no era la de una enferma —explica—, sino la de alguien que siente que solo tiene una salida«. En su último intento, Esperanza logró dar un paso decisivo: superar el prejuicio que la arrastraba —pensaba que pedir ayuda era cosa «de débiles»— y, al hacerlo, descubrió que la ayuda llegaba de inmediato.
Brindar mecanismos de apoyo es fundamental para avanzar en la erradicación del suicidio, pero no resulta suficiente. Nel González Zapico, presidente de SALUD MENTAL ESPAÑA, sostiene que «es imprescindible un abordaje transversal del suicidio para mitigar sus efectos: prevención, detección, diagnóstico, tratamiento y continuidad de cuidados de los problemas de salud mental«. Para lograrlo, se apoya la elaboración de políticas de prevención en materia de salud pública que incluyan planes de prevención eficaces, dotados de los recursos económicos, materiales y humanos necesarios. Por ejemplo, el teléfono de atención a la conducta suicida (024) — un recurso público, gratuito y accesible, disponible las 24 horas del día— fue una de las reivindicaciones históricas de la Confederación hasta su puesta en marcha.
La Estrategia de Salud Mental 2022-2026 del Ministerio de Sanidad contempla, dentro de su línea estratégica número 3, acciones enfocadas en la prevención, detección precoz y atención a la conducta suicida. SALUD MENTAL ESPAÑA, como miembro del Comité Técnico de la Estrategia, participó activamente en la elaboración de este documento. Asimismo, la Confederación participó, en abril, en la primera Jornada de Comunicación Preventiva del Suicidio, organizada por el Comisionado de Salud Mental del Ministerio de Sanidad. Años atrás, ya se había publicado ‘Las palabras sí importan’, una guía de estilo sobre salud mental para medios de comunicación, que sentó las bases para promover una información más digna y responsable sobre salud mental.
Este año, la Confederación participará también en la ‘Jornada Prevención del Suicidio’ organizada por el Ministerio de Sanidad por el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, con la obra teatral ‘Sacudida’, de la mano de la compañía La Rueda Teatro Social. Una representación que visibiliza y reclama las necesidades para la prevención de este problema social. Asimismo, las acciones de sensibilización y las distintas campañas son también fundamentales para que la sociedad tome conciencia de la grave problemática que representa el suicidio.
Todas estas acciones siguen avanzando hacia una transformación social que permita dejar de sufrir a millones de personas. Y es que, tal y como sostiene el presidente González Zapico, «en general, la conducta suicida se puede predecir, y por tanto también prevenir«. Esperanza cuenta que, tras pedir ayuda, ha podido experimentar los años «más plenos de su vida». Tal y como ella misma afirma: «La vida es un recorrido que merece la pena hasta el final, porque, si te vas antes, puedes perderte algo importante. Y, después de haberlo pasado tan mal, ¿y si lo bueno llega al final y tú te vas antes?».