El contraste entre las prioridades del Gobierno: 11 ministros en un homenaje a las víctimas del franquismo frente a solo 3 en el funeral de la DANA en Valencia.
La gestión de las tragedias y los homenajes por parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez ha vuelto a abrir una profunda brecha en el debate público. Mientras que el Gobierno movilizó a once ministros para conmemorar a las víctimas del franquismo en un evento solemne en Madrid, solo tres representantes acudieron al funeral en Valencia por las víctimas de la devastadora DANA que dejó más de 200 fallecidos.
El presidente, que no visitaba Valencia desde que fue increpado por vecinos en Paiporta tras la tragedia, también estuvo ausente en el funeral, generando críticas sobre sus prioridades y gestión.
Una conmemoración histórica, pero polémica
El acto en el Auditorio Nacional de Música de Madrid conmemoró el Día de recuerdo y homenaje a todas las víctimas del golpe militar, la Guerra Civil y la dictadura. Este evento, que se celebra por tercer año consecutivo, contó con una notable representación del Ejecutivo, incluidos nombres clave como Yolanda Díaz, Fernando Grande-Marlaska, y Diana Morant. Sánchez destacó los logros de la democracia española desde la muerte de Franco y anunció un ambicioso programa con más de cien actos para 2025 bajo el lema España en Libertad.
Sin embargo, su discurso inicial no esquivó la tragedia reciente de la DANA. «Mis primeras palabras son para recordar el dolor de las víctimas de la DANA», señaló. Aunque la declaración parecía buscar reconciliar posiciones, su ausencia en el funeral realizado un día antes en Valencia ensombreció cualquier intento de empatía.
El funeral en Valencia: una representación limitada
El contraste entre la fuerte presencia ministerial en Madrid y la reducida delegación enviada al funeral en Valencia no pasó desapercibido. A pesar de la asistencia de la vicepresidenta María Jesús Montero y otros dos ministros, el hecho de que Pedro Sánchez no acudiera, delegando sus responsabilidades en reuniones agendadas en Madrid, alimentó el malestar entre los familiares de las víctimas y sectores políticos de la Comunidad Valenciana.
El presidente del Gobierno tenía programada una reunión a las 16:00 con el consejero delegado de CATL, Robin Zeng Yuqun, y otro encuentro a las 17:00 con el presidente del Comité Paralímpico Internacional, Andrew Parsons. Si bien ambos compromisos fueron considerados relevantes, la percepción generalizada fue que el uso de aeronaves oficiales le habría permitido estar presente en ambos eventos.





























Memoria democrática y tensiones políticas
La celebración del homenaje a las víctimas del franquismo se enmarca dentro de la Ley de Memoria Democrática, una normativa que desde su aprobación en 2022 ha generado tanto apoyo como controversia. La ley, respaldada por partidos como Bildu, establece el 31 de octubre como fecha oficial para honrar a las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura. Sin embargo, la tragedia de la DANA retrasó este acto, poniendo en evidencia las dificultades para equilibrar prioridades en medio de emergencias nacionales.
La jornada fue utilizada por el Ejecutivo para destacar los avances en la lucha contra los vestigios del franquismo, como la disolución de la Fundación Francisco Franco. «No se trata solo de recordar el pasado, sino de celebrar el futuro de una España en libertad», subrayó Sánchez en su discurso.
Críticas y preguntas sin respuesta
La ausencia de Sánchez en el funeral en Valencia fue objeto de fuertes críticas. Representantes de diferentes partidos y asociaciones de víctimas señalaron lo que consideraron una falta de sensibilidad hacia una tragedia reciente y devastadora. Además, algunos han acusado al Ejecutivo de instrumentalizar actos históricos para desviar la atención de problemas actuales.
«No se entiende cómo el presidente puede encontrar tiempo para participar en actos conmemorativos en Madrid, pero no para estar al lado de las familias afectadas por la DANA», comentó un portavoz de la oposición.
Una agenda cargada para 2025
El anuncio de más de un centenar de eventos en 2025 para conmemorar los 50 años de la muerte de Franco añade una capa adicional de complejidad. Los actos se extenderán por toda España y buscarán, según el Ejecutivo, resaltar la transformación social y política de las últimas cinco décadas. No obstante, críticos advierten que esta agenda podría percibirse como una estrategia para desviar la atención de los desafíos inmediatos, como el cambio climático y la gestión de catástrofes naturales.
Reflexión final
El contraste entre la atención prestada a tragedias recientes y los eventos históricos plantea una pregunta fundamental: ¿cómo debería un gobierno equilibrar la memoria histórica con las demandas inmediatas de sus ciudadanos? ¿Es posible honrar el pasado sin descuidar las necesidades del presente?