El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anuncia su intención de adelantar el aumento del gasto en Defensa, en plena presión internacional y con la guerra en Ucrania como telón de fondo. La medida abre un nuevo debate en el Congreso sobre la financiación y el papel de España en la OTAN.
Un giro en la estrategia de Defensa
El Gobierno español ha dado un paso adelante en su compromiso con la OTAN al anunciar que acelerará el incremento del gasto en Defensa hasta alcanzar el 2% del PIB antes de 2029, un objetivo que inicialmente estaba previsto para ese año. Así lo ha confirmado Pedro Sánchez tras la cumbre extraordinaria de líderes europeos en Bruselas, donde se han discutido las medidas de seguridad en el continente.
Según el presidente, España debe hacer un «esfuerzo anticipado» en inversión militar para adaptarse a la nueva realidad geopolítica. Aunque no ha especificado una fecha exacta, el mensaje es claro: el país debe reforzar su capacidad defensiva más rápido de lo planeado.
Negociaciones políticas y el papel del PP
Para llevar a cabo este aumento presupuestario, Sánchez ha anunciado que mantendrá conversaciones con los principales grupos parlamentarios, con la notable exclusión de VOX. El próximo jueves se reunirá con el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, y con otras formaciones para buscar apoyos que permitan aprobar esta medida.
El Ejecutivo espera una respuesta «positiva» de la oposición, aunque anticipa que el PP pueda introducir condiciones o matices en el acuerdo. La postura de Feijóo será clave en el futuro del plan, ya que el respaldo del principal partido de la oposición podría facilitar su implementación y reducir el desgaste político del Gobierno en este asunto.
¿Cómo se financiará el aumento del gasto en Defensa?
Uno de los puntos más delicados es cómo se sufragará este incremento del gasto sin afectar a otras partidas presupuestarias. Sánchez ha señalado que España utilizará la «cláusula de escape» propuesta por la Comisión Europea, que permitiría flexibilizar las reglas fiscales para que los Estados puedan destinar más recursos a la defensa sin incumplir los objetivos de déficit.
Sin embargo, el presidente ha rechazado rotundamente la propuesta de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de desviar fondos de Cohesión —destinados al desarrollo territorial y social— para financiar proyectos militares.
Otra opción sobre la mesa es el plan europeo para movilizar 150.000 millones de euros en préstamos para reforzar la industria de defensa. Sánchez ha respaldado esta iniciativa, aunque ha matizado que sería necesario incluir transferencias directas y no solo financiación reembolsable, similar a lo que se hizo con los fondos europeos durante la pandemia.
La importancia del contexto internacional
Este anuncio no se produce en el vacío. La guerra en Ucrania ha obligado a los países europeos a replantearse su política de defensa y a reforzar sus inversiones militares. España, que históricamente ha mantenido un gasto en defensa inferior al de otras potencias europeas, ha estado bajo la presión de sus aliados para acelerar este proceso.
Desde la OTAN, se ha insistido en que todos los miembros deben cumplir con el compromiso del 2% del PIB para garantizar la seguridad del continente. Con este anuncio, Sánchez busca reforzar la posición de España en el ámbito internacional y demostrar su compromiso con la seguridad colectiva.
Un debate abierto en España
El aumento del gasto en Defensa genera debate en la política nacional. Mientras que el Gobierno lo plantea como una necesidad estratégica, sectores de la izquierda han expresado su preocupación por el impacto que pueda tener en otras partidas, como sanidad o educación.
Por otro lado, desde la derecha se ha insistido en que España debe cumplir con sus compromisos internacionales, aunque algunos sectores cuestionan la falta de detalles sobre la financiación de este incremento.
A medida que avance la negociación con los grupos parlamentarios, el Gobierno deberá aclarar cómo se distribuirán los nuevos recursos, qué programas específicos se beneficiarán del aumento presupuestario y cómo se garantizará la sostenibilidad financiera de esta medida.
El debate está abierto y, en los próximos meses, el futuro del gasto en Defensa en España dependerá del consenso político y de las decisiones que se adopten en el seno de la Unión Europea.