Pedro Sánchez planta cara a los jefes de Estado en La Haya con una oferta de defensa “low cost” y se va sin selfies, sin aliados… y con Trump afilando los aranceles.
Cuando Pedro dijo “yo invito”, pero solo al pan
En la cumbre de la OTAN celebrada en La Haya, Pedro Sánchez ha vuelto a demostrar que si no es protagonista, no va. Lo que no sabíamos es que iba a terminar como el tipo que llega a una barbacoa con medio paquete de salchichas y dice que ya ha cumplido.
Mientras todos los países miembros se comprometían a aumentar el gasto militar hasta el 5% del PIB (que no es moco de pavo, ni de dron), España ha dicho:
“Con un 2,1% yo me apaño. Y me sobra para invitar a unos bocatas de calamares”.
La frase no ha sido literal, pero sí el espíritu de lo que ha defendido nuestro presidente: menos gasto, mismos resultados, y que la OTAN se lo crea. El problema es que no se lo ha creído ni la recepcionista del hotel.
España militariza… pero a su manera
Pedro Sánchez, en plena rueda de prensa post-cumbre, ha dejado clara su postura:
España sí aumentará su gasto militar, pero no como los demás, que se han vuelto locos con el 5%. Nosotros, más comedidos, más racionales, más “somos más de invertir en pensiones que en misiles”.
Y claro, esto en una reunión de la OTAN es como presentarte a una carrera de Fórmula 1 en bicicleta. Puedes decir que contaminas menos, que es más barato y que haces cardio… pero los demás te van a adelantar a 300 por hora mientras tú te ajustas el casco.
La cara de algunos líderes era un poema:
- Macron miraba su reloj como si se hubiera olvidado el horno encendido.
- Scholz asentía pero con ese gesto de “¿está hablando en serio?”
- Y Biden… bueno, Biden seguía saludando a una planta.
El milagro de los panes, los peces… y los tanques de oferta
El periodista Vicente Vallés, con su habitual tono de voz entre sarcástico y “esto es una columna pero podría ser un parte de guerra”, lo resumió así:
“Pedro Sánchez se compromete ante la OTAN a multiplicar los panes y los peces.”
Y razón no le falta. Porque decir que vas a cumplir con las mismas exigencias que países que invierten más del doble, solo puede deberse a fe ciega, cálculo político o a que alguien en Moncloa ha encontrado un proveedor de armamento en AliExpress.
Ya nos imaginamos al equipo de Defensa buscando ofertas tipo:
- “Compra dos misiles y llévate un dron de regalo”.
- “Pack de cascos Kevlar + linternas LED: ideal para guerras en casa rural”.
- “Tanques reacondicionados. Garantía de seis meses o hasta que llegue Putin”.
Trump entra en modo “cobrador del fra(c)co”
Y como todo en política internacional es acción-reacción, Donald Trump no ha tardado ni 12 horas en lanzarse al cuello.
Desde su tribuna preferida (o sea, cualquier red social o campo de golf con wifi), el ex y probablemente futuro presidente de Estados Unidos ha avisado:
“España pagará el doble comercialmente si no cumple con la OTAN. Nadie se escaquea gratis”.
Vamos, que si no pones dinero en armas, te lo sacará a golpe de aduana, sanción o subida de precios al aceite de oliva. Ya lo conocemos: Trump es ese tío que si no pagas tu parte de la cena, luego te cobra los cubiertos en intereses.
Y mientras en Europa aún se preguntan si lo decía en serio, la embajada española ya ha cancelado el pedido de jamones ibéricos a Nueva York, por si acaso.
Sánchez, más solo que un dron sin batería
Que Pedro no saludara a Trump, pase. Que Trump no saludara a Pedro, también pase. Pero que el resto de los 30 países se hagan fotos entre ellos y te dejen fuera como si fueras el nuevo en el colegio, ya pica.
Sánchez se fue de La Haya sin codearse con los líderes, sin palmadas en la espalda, y sin foto de familia donde poner cara de “aquí estamos por la paz”.
Lo único que se llevó fue la ovación espontánea de una fan que le gritó “¡No te rindas, te queremos!”, aunque eso fue en la sala de prensa, y no estaba Stoltenberg para oírlo.
¿Ha quedado como un héroe del ahorro o como el pringado del grupo? Depende de a quién le preguntes. En España, algunos lo ven como un titán del pragmatismo.
En la OTAN, lo ven como el tipo que trae vino barato a una cata de Ribera del Duero.
¿Y ahora qué? ¿Tanques de cartón piedra?
La duda que nos queda es: ¿cómo piensa España cumplir con los compromisos OTAN sin gastar lo que toca?
Las opciones están claras:
- Tirar de creatividad: drones construidos en talleres de FP.
- Sacar a la Legión con trajes reciclados de Moros y Cristianos.
- O directamente usar los discursos de Pedro como arma psicológica para desmoralizar al enemigo.
Porque si alguien puede convencer a la OTAN de que 2,1 vale por 5, ese es el mismo presidente que sobrevivió a una moción de censura, a cinco elecciones, a Yolanda Díaz y a Pablo Iglesias en el mismo Consejo de Ministros.
Conclusión: Sánchez sale ileso, pero nos va a tocar pagar el pato
La cumbre ha dejado muchas incógnitas. ¿Habrá castigo de la OTAN? ¿Nos subirá Trump el precio de los aguacates? ¿Podemos pagar tanques a plazos sin que lo note Bruselas?
Sánchez, eso sí, sigue con su plan: gastar poco, convencer mucho y sonreír siempre. Lo de multiplicar los panes y los peces lo dejamos para el próximo milagro, cuando toque explicar por qué no hemos comprado ni un helicóptero y aún así cumplimos.
¿Y tú qué crees? ¿Pedro Sánchez está reinventando la estrategia militar con economía creativa o simplemente ha llevado el “mejor no gasto, que está todo muy caro” a nivel internacional?