Dos semanas después de aceptar el encargo del rey para intentar formar gobierno y por tanto de ser el nuevo candidato ala investidura Pedro Sánchez se desconoce el calendario de esa supuesta investidura. El propio Sánchez ha encabezado la ronda de contactos donde se ha reunido con el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián y con la portavoz de Bildu, entre otros.
La presidenta del Congreso sigue sin fijar una fecha para la investidura que deberá ser necesariamente antes de que se acaben los dos meses naturales que fija la ley y que se cumplen el 27 de noviembre. Desde los socialistas se asegura que será esa investidura en noviembre y ma´s cerca de mediados de mes. Apurando los plazos el PSOE intenta recabar apoyos para la investidura de Sánchez de nuevo como presidente del Gobierno.
Los problemas de Sánchez que no cesan
SUMAR
Es el socio preferente del gobierno pero ya ha advertido que no votará sí a no ser que se le garanticen una serie de exigencias. Entre ellas quieren que la huella de los activistas de SUMAR sea notable en el Gobierno. La última exigencia ha sido que en el pacto del acuerdo que firmarían ambas formaciones, PSOE y SUMAR se recoja el reconocimiento por parte del Estado español de Palestina como un Estado. Además ve el encaje constitucional de la amnistía, a pesar que la mayoría de juristas afirman que sería anticonstitucional.
El propio PSOE
Dentro del propio partido socialista las aguas andas cada vez más revueltas, y es que cualquier consulta a la hemeroteca de antes de la s elecciones generales de julio el propio secretario general del PSOE aseguraba que la amnistía no era posible y era anticonsticucional. Hoy ya hay un borrador de la ley de amnistía y las voces en el PSOE son cada vez mayores que dudan de esta medida.
El propio Felipe Gonzalez ha asegurado que la ley de amnistía tantas veces negada por el propio gobierno, responde a un «interés personal del propio Pedro Sánchez de colocarse de nuevo en la Moncloa». Ya han habido expulsiones como la del histórico Leguina por estar en desacuerdo total y expresar libremente y públicamente su desacuerdo, y el partido se divide cada vez más.
Los nacionalistas catalanes
Mientras ERC ahora se muestra más flexible, eso sí, su condición indispensable es la amnistía que reconocerá «que no hubo delito» en la consulta ilegal y el gasto de millones de dinero público en ella. Desde los independentistas de izquierda se busca un calendario pactado de referéndum futuro pactado entre España y Cataluña.
Desde Junts x Cat, un partido independentista de derechas, se exige no sólo la ley de amnistía y su tramitación antes de la investidura, algo que hoy ya se muestra casi imposible, por las fechas y los tiempos que se manejan, sino que se sigue defendiendo la vía unilateral de referéndum y los actos del 1 de octubre de 2017. Junts aseguran que podrían volver a producirse, un deyavú continuo al que daría cobertura legal la ley de amnistía que preparan independentistas y gobierno como un traje a medida.
PNV y Bildu
Bildu ya ha asegurado que votará a favor de la investidura de Pedro Sánchez, (habrá que ver el precio a pagar del que no conocemos de momento su coste). Por su parte el PNV asegura que aún hay que negociar muchas condiciones ventajosas para el empresariado vasco antes de un voto afirmativo.
Los apoyos de Sánchez bajo mínimos
Visto lo visto de momento Pedro Sánchez sólo tiene asegurados los votos de los diputados del PSOE y de Bildu y tendrá que seguir trabajando para cumplir las exigencias de SUMAR. Aún así está muy lejos de la mayoría absoluta requerida, y deberá convencer al PNV y a los independentistas catalanes. Lo que sí sabemos que en una segunda votación los noes serían los del PP, Vox y UPN, con lo que es necesario al menos que el PNV o alguno de los independentistas vote a favor y el resto se abstenga para poder in extremis conseguir de nuevo la Moncloa.
Cada vez se le pone más difícil a Pedro Sánchez seguir en la Moncloa y cada vez está más cerca una repetición electoral en Enero de 2024. Ahora mismo, Pedro Sánchez estaría por debajo de los apoyos que consiguió Núñes Feijóo en su investidura fallida.