Nada se sabe del Plan Estratégico de la Punta impulsado en 2018 por Fernando Giner y aprobado en el Pleno en noviembre de 2019, hasta mayo del 2022 estuvo en la alcaldía Joan Ribó (Compromís) con el apoyo del PSPV y desde julio del 2022 ocupa la alcaldía María José Catalá (PP) con el apoyo de Vox. Pero nada ha cambiado.
No hay ni rastro ni se conocen acciones concretas de esa estrategia de Choque para la Punta más allá de la aprobación del Plan para recover4tir los antiguos terrenos del Benimar que colindan entre La Punta y Nazaret en la nueva Ciudad Deportiva del Levante UD.
La Punta se convierte en un vertedero
La Punta, un barrio partido en dos núcleos y dividido por las vías del tren y la autovía del Saler, un barrio a caballo entre la huerta y la ciudad, marginado y abandonado por el Ajuntament de Valencia, con demasiados campos abandonados convertidos en solares donde la maleza y la basura ocupa el lugar donde debieran cultivarse frutas y verduras.
Se aprobó la ley de la Huerta, pero de nada sirvió porque en el entorno de la Huerta de Valencia existen ya un 50% de tierras de labranza abandonadas, especialmente en la zona sur, donde los constantes robos, y los problemas para regar han hecho a los propietarios por abandonar los campos, ahora solares donde se acumula basura.
En La Punta la situación lleva más de una década igual, solares donde se practica sexo improvisado fruto de la prostitución callejera o solares donde se tira casi de todo, desde electrodomésticos a escombros, restos de obras.
En Noviembre de 2019 por unanimidad los concejales votaron a favor del Plan de Choque Integral, allí estaban como concejales o asesores gran parte de los 33 concejales actuales, pero hoy 6 años después nada ha cambiado.
Un barrio que no es ciudad, aunque paga impuestos como tal, carece de los servicios de la ciudad y tampoco es campo. Sufre de robos en sus viviendas, de ocupaciones ilegales y de grandes problemas que no se solventa instalando en sus carreteras dos cámaras de seguridad que seguramente luego nadie mirará, como ocurre con las instaladas en los monumentos, donde se sigue orinando y pintando sin consecuencia alguna…
¿Qué hacer con este barrio?
Ni los de antes ni los de ahora, o sea ninguno ha hecho nada, todos dicen tener soluciones, pero ninguno las aplica más allá de acciones de marketing y mero maquillaje. La Punta está condenado a la indiferencia por parte de esos mismos políticos, los concejales, sus equipos y ejércitos de asesores y todos los que cobran del erario público, y la solución se llama voluntad política de la que parece carecen todos los grupos municipales…
La Punta existe, la Punta no sólo se utiliza de excusa, al igual que Nazaret, también viven personas y son barrios a cuidar aunque no aporten decenas de miles de votos a las cuentas de los partidos, quizá por ello no cuentan para los partidos, pero olvidan a las personas que allí viven, a las personas que pagan impuestos, a los que han abandonado.
La política municipal se debe a las personas, pero demasiadas veces oímos en el Hemiciclo Municipal debatir problemas sobre África, sobre el Sáhara o sobre Oriente Medio, cuando es la política más próxima al ciudadano, ya existen otros foros nacionales e internacionales para hablar de ello, es hora de trabajar por el ciudadano, algo que han olvidado los políticos del Ajuntament de Valencia, o la gran mayoría de ellos. Es hora de reivindicar la política municipal, la de los Ayuntamientos.