En La Haya, mientras las delegaciones de la OTAN celebraban una “histórica” propuesta para llevar el gasto en Defensa del 2 % al 5 % del PIB para 2035 —porque claro, 2 % ya es poco y 5 % lo es todo—, Donald Trump decidió que el foro no era suficiente escenario para su monólogo económico. Así que, con esa mezcla de showman y empresario sin piedad, espetó algo así como: “España no se pone las pilas, pues toma aranceles”.
Cuando reclamas un café y te lanzan un misil económico
Trump soltó la amenaza con esa naturalidad con la que uno encarga un café: “Si España no paga el 5 %, vas a pagar dos veces más en comercio”. No es una broma, es su estilo. Ni siquiera se molestó en disimular; ni “por favor”, ni “por favor podría considerarse”. Directo al estómago.
Mientras tanto, en Madrid, entre café y café, los ministros recordaron que aquí no estamos solos: las negociaciones arancelarias se hacen desde Bruselas, no desde una cuenta personal de Twitter. Eso de “si me pagas más, te doy permiso para comerciar” no va con la diplomacia europea. España no va a picar el anzuelo (ni el doble).
Bélgica, Italia y… todos menos España
Pero no somos los únicos a los que Trump ha decidido ‘amenazar’: Bélgica e Italia también están en el punto de mira, supuestamente por querer seguir sin alcanzar el 5 %. Parece que el expresidente americano estaba practicando tiro a portavoces latino, y aquí ha acertado a los nuestros.
Lo curioso es que, en plan circo diplomático, Madrid respondió más o menos así: “Nosotros seguimos con nuestro 2,1 % —que ya no está mal—, no bloqueamos a la OTAN, pero tampoco nos convertimos en Moscú solo porque un señor se lo pidió”. Vamos, que no somos una banda de pandilleros, pero tampoco vamos a vaciar las arcas por seguir una moda militar.
La UE, como quien viene a poner orden en la fiesta
¿Y la UE qué dice? Pues lo típico: “tranquilos todos, estas cosas se debaten en grupo, no en solitario”. Con una serenidad helada (que ya quisieran muchos), la Comisión dejó claro que no habrá negociación bilateral si no es con todos los miembros. En el fondo, un “si el problema es España, hablad con España; pero si es OTAN, habláis con todos”.
España: cuando el spending militar no debe cargarse la educación
En Madrid se agarran al argumento —ahora sí que sí— de que invertir en bienestar no significa necesariamente invertir en misiles. Educación, salud, pensiones… vamos, lo de siempre. Y remarcan que ahora mismo el 2,1 % ya pesa, así que antes de subir impuestos prefieren no hipotecar el futuro de generaciones que ni han votado a Trump (ni piensan hacerlo, por otro lado).
¿Estamos ante un bluff o una estrategia?
La gran pregunta ahora es si Trump realmente pretende imponer aranceles o está haciendo otra de sus representaciones mediáticas. Una cosa es una administración presidencial, otra muy distinta un estado de guerra comercial en condiciones. Lo probable es que sea un bofetón verbal con plato del show incluido… pero, ojo, puede resonar en la prensa, en los mercados… y en las cabezas de quienes toman decisiones.
Y ahora… ¿qué hacemos con el “5 %”?
El reloj avanza hacia 2035. Y aunque Europa tenga margen para intentarlo, gran parte de los ciudadanos siguen preguntándose: ¿gastar tanto en Defensa es más importante que invertir en innovación, sanidad o educación? ¿O podemos mantenernos en el 2 % y aún así cumplir con nuestra cuota de aliados sin que nos estrujen con aranceles?
Pregunta final para reflexionar:
¿Merece la pena duplicar el gasto en Defensa por presión externa, o deberíamos apostar por invertir en lo que realmente importa aquí y ahora?