La ciudad tendrá el museo al aire libre a fines de 2025 con 5 de las 25 esculturas
El Ayuntamiento de València impulsará la creación de una ruta de esculturas, a tamaño natural, de personajes de películas y obras literarias ambientadas en la ciudad de València que pasa por convertirse en un referente a nivel nacional tal como reconocieron los autores de la misma durante la presentación del proyecto, que es ni más ni menos que un compromiso electoral de la actual alcaldesa, María José Catalá.
El proyecto se presentó esta semana en el Centro Cultural Nave 3 Ribes por el Delegado de Acción Cultural, Patrimonio y Recursos Culturales, José Luis Moreno, acompañado de la Directora General de Patrimonio Cultural en la Generalitat, Marta Alonso, de descendientes de Vicente Blasco Ibáñez, así como de numerosos representantes del arte, el audiovisual y del sector del libro además de directores de museos como los de Blasco Ibáñez o el de La Almoina, entre otros.
Ahora, una vez presentado el proyecto con boato y lujo e invitados como los citados toca lograr que la delegada de Hacienda, María José Ferrer, ponga una partida para desarrollarlo contratando a los escultores y ubicando, al menos las primeras esculturas que, en caso de ser 5, pues deberá decidirse cuáles del mundo de la literatura o del cine. La iniciativa es toda una apuesta que como se suele decir en el argot municipal si tienes proyecto ya has dado un paso para habilitarte partida presupuestaria.
Desde el Gobierno municipal, queremos poner en valor València como escenario de ficción y rendir homenaje a todos aquellos personajes que han contribuido a popularizar nuestra ciudad en el imaginario literario y cinematográfico, a fin de perpetuar su memoria en el tiempo y de que se integren en el paisaje urbano y en la vida cotidiana de los valencianos. En este sentido, el objetivo de esta iniciativa no es otro que facilitar el acceso a la ciudadanía a una pequeña muestra del amplio universo de ficción del Cap i casal e invitarle a adoptar con naturalidad la presencia viva y eterna de dichos personajes. ha explicado el concejal José Luis Moreno
Las distintas esculturas se harán en bronce y de carácter figurativo se situarán en los lugares donde transcurre la trama de la acción, a la misma altura de los peatones, e incluirán códigos QR para el visionado de la escena en cuestión, solicitándose, para aquellas obras que no sean aún de dominio público, la correspondiente cesión de derecho de reproducción. Unas esculturas que aspiran a ser no sólo una obra artística en sí misma, sino también un recurso didáctico y un atractivo turístico que se sume a la oferta cultural de nuestra ciudad y que permita acercar, de una manera atractiva, a la población en general y a nuestros más jóvenes en particular los títulos de ficción más destacados de cuantos han tenido a la capital del Turia entre sus localizaciones, ha declarado Moreno.
Los encargados de dar forma a este proyecto han sido el filólogo y escritor Francisco López Porcal, cuya tesis doctoral giró precisamente en torno a València en el imaginario del discurso ficcional, y el periodista Carlos Aimeur, ganador del Premio Ciudad de Valencia en 2007 y ex jefe de prensa del Instituto Valenciano del Audiovisual y la Cinematografía bajo el diseño de Juanjo Cholbi, uno de los más reputados diseñadores y maquetadores valencianos.
Entre los títulos escogidos, se encuentran, L’Espill (ca. 1460), de Jaume Roig; Flor de mayo (1895) y Cañas de barro (1902), de Vicente Blasco Ibáñez; El faba de Ramonet (1933), de Joan Andreu; El chico que robó un millón (1960), de Charles Crichton; La maldición de la pantera rosa (1983), de Blake Edwards; Todos a la cárcel (1993), de Luis García Berlanga; Gràcies per la propina (1994), de Ferran Torrent; Tranvía a la Malvarrosa (1997), de Manuel Vicent; La gran aventura de Mortadelo y Filemón (2003), de Javier Fesser; La mala educación (2004), de Pedro Almodóvar; o Tomorrowland (2015), de Brad Bird. Una de las primeras obras en ser representadas será precisamente Arroz y Tartana (1894), también de Blasco Ibáñez y de cuya publicación se cumplen ya 130 años.
En el marco de esta iniciativa, el Gobierno municipal impulsará igualmente la reedición de obras actualmente descatalogadas como Los locos de Valencia (1620), de Lope de Vega; o El río viene crecido (1960), de María Beneyto, con ocasión del cumplimiento el año que viene del centenario del nacimiento de esta última.
Se trata de un proyecto de futuro, con voluntad de continuidad y abierto a nuevas ediciones si la iniciativa goza, como esperamos que así sea, del suficiente refrendo popular, a fin de incluir, pasado un tiempo prudencial, nuevos títulos de más reciente creación, así como de alcanzar la paridad de género, tanto en la nómina de autores como en las representaciones escultóricas. Un objetivo más factible de conseguir en futuras ediciones gracias a la incorporación de un número cada vez mayor de mujeres a la industria del libro y del séptimo arte, y a la mayor sensibilidad hacia los caracteres femeninos mostrada por parte de nuestros narradores y profesionales del cine actuales, ha aseverado el edil Moreno.
Ruta de personajes literarios de ficción
Francisco López Porcal, autor de la primera de las asistencias encargadas por el Consistorio (Cuando el personaje de ficción se convierte en icono urbano), ha explicado que el propio título del estudio condensa el espíritu del proyecto: llevar al espacio público las figuras más características de nuestra literatura para que sean adoptadas por el ciudadano, paseantes y transeúntes, y cuya efigie forme parte de la naturalidad cotidiana. En España, dos de esos casos aislados de asimilación urbana lo constituyen la imagen en bronce de Ana Ozores, protagonista indiscutible de La Regenta, de Leopoldo Alas Clarín, frente a la catedral de Oviedo; y la estatua del Lazarillo de Tormes, junto al puente romano de Salamanca, no existiendo más precedentes. Una circunstancia que convierte en pionera a nivel nacional la iniciativa promovida por el Ayuntamiento de València”.
Ruta de personajes cinematográficos de ficción
En el caso de la segunda de las rutas proyectadas, se ha procurado que, además de ser un listado representativo de las películas que han tenido a València como escenario, en él tuvieran una presencia destacada nuestros cineastas locales y que todas las obras seleccionadas tuvieran, al menos, una década de existencia. Partiendo de estas premisas, se han elegido diez largometrajes y sus correspondientes figuras escultóricas, cuya colocación permitirá ofrecer un itinerario iconográfico a ciudadanos y visitantes. Estas 10 propuestas se suman a las 15 vinculadas a la iconografía literaria, conformando 25 obras, a las que se podrían y deberían añadir otras más en el futuro, en el caso de que la iniciativa sea bien recibida por la ciudadanía ha explicado Carlos Aimeur.
Carlos Aimeur ha manifestado que, de la misma manera que se ha pretendido distribuir las obras por todo el ámbito urbano, se ha aspirado a que la selección abarcara igualmente todas las décadas. Así, se ha incluido una película de los años 30, otra de los 60 y dos films de las décadas de los 80, 90, ‘00 y ’10. El límite se ha puesto en Tomorrowland, al cumplir dicho largometraje en 2025 su décimo aniversario y al existir ya, por tanto, una cierta distancia para estimarlo como merece. Por el contrario, se han excluido las series de televisión para esta primera propuesta. No obstante, dada su creciente popularidad en los últimos años, cabría plantearse para un futuro la realización de una tercera ruta dedicada a este tipo de producciones audiovisuales, tan propias de nuestro tiempo.
Como películas valencianas, se han incluido dos largometrajes de Luis García Berlanga, el gran cineasta valenciano del siglo XX [Todos a la cárcel (1993) y París-Tombuctú (1999)]; la única película valenciana ganadora de un festival de serie A, Las olas (2011), de Alberto Morais; y el largometraje pionero del cine en valenciano, El faba de Ramonet (1933). Como películas españolas, se han seleccionado tres films de muy distinto signo, pero todos ellos relevantes por diferentes motivos: así, está la primera película basada en una novela de Ferran Torrent, Un negre amb un saxo (1989), de Francesc Bellmunt; el gran éxito La gran aventura de Mortadelo y Filemón (2003), dirigida por Javier Fesser y producida por el castellonense Fernando Bovaira; así como una de las películas rodadas por Pedro Almodóvar en la ciudad de València, La mala educación (2004).
Finalmente, se han incorporado tres películas extranjeras al listado: la hasta hace bien poco desconocida El niño que robó un millón (1960); la fallida La maldición de la Pantera Rosa (1983), que seleccionó nuestra ciudad como escenario y la ha convertido en parte de una de las grandes franquicias de la comedia estadounidense; y, por último, la superproducción de Disney Tomorrowland (2015), largometraje de Brad Bird, de gran presupuesto y cuya espectacular taquilla no fue, sin embargo, suficiente para hacerla rentable, pero a la que está reivindicando cada vez más el paso de los años y que supuso el lanzamiento definitivo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias como icono turístico mundial.
Paco Varea