Curiosidades, un 29 de enero nació y un 28 de enero falleció
Nacido en Valencia, fue hijo del comerciante Gaspar Blasco y de Ramona Ibáñez, ambos de origen aragonés.Fue un 29 de enero de 1.867 en la Ciudad de Valencia. Nació en pleno barrio de Velluters, en el corazón del Carmen, junto a lo que hoy es el Mercado Central.
Cuando estaba empezando una nueva novela que iba a ser el relato de su vida y que llevaría por título La juventud del mundo, murió en su residencia Fontana Rosa en Menton (Francia) el 28 de enero de 1928, un día antes de cumplir sesenta y un años, a causa de las complicaciones de una neumonía.Ironñias del destino que ha hecho casi coincidir la fecha de su nacimineto y de su defunción.
Blasco Ibañez como escritor
Blasco Ibañez como político de la República Española
En la dictadura de Primo de Rivera primero Blasco Ibáñez asegura que ya no está en la primera línea de la política activa, pero finalmente está decidido a combatir a la dictadura y declara: «Tengo energías suficientes para luchar otra vez». En este cambio parece que influyeron los contactos que mantuvo con el político liberal exiliado Santiago Alba, que le explicó lo que estaba pasando en España y refiriéndole especialmente el confinamiento que había sufrido Miguel de Unamuno en Fuerteventura y el papel que estaba desempeñando este de oposición a la Dictadura desde París. Su vuelta a la vida política la prepara cuidadosamente, con filtraciones a la prensa sobre sus intenciones incluidas, y escoge el homenaje a Émile Zola que se celebraba cada año ante su tumba en París.23 Allí pronuncia unas palabras que serán recogidas por los diarios de Europa y América:
Nació en un tiempo en que era preciso defender la libertad y la verdad, y las defendió ofreciendo bienestar, fama y vida… A ningún hombre que pueda tener eco en España y en el mundo entero le es lícito callar en estos momentos.
Blasco Ibañez como periodista
A lo largo de su carrera, utilizó el periodismo como una plataforma para expresar sus ideas y defender sus convicciones, especialmente en temas como la justicia social y la política.
Blasco Ibáñez trabajó en varios periódicos y revistas, donde sus artículos reflejaban su visión crítica de la sociedad de su tiempo. Su enfoque directo y su habilidad para conectar con el público lo convirtieron en una figura influyente en el ámbito periodístico. Además, su experiencia como periodista también enriqueció su obra literaria, aportando un sentido de realismo y profundidad a sus novelas.
En su faceta como director del diario «El Pueblo», que fundó en 1891, se destacó por su enfoque en temas de actualidad y su defensa de los derechos de los trabajadores y las clases más desfavorecidas. A través de sus artículos, Blasco Ibáñez buscaba concienciar a la sociedad sobre las injusticias y promover un cambio social. Su labor en el periódico fue una extensión de su compromiso literario y político, reflejando su deseo de influir en la opinión pública y contribuir al progreso de la sociedad.
Blasco Ibañez siguió vivo en la conciencia de los valencianos más allá de su muerte
Sus restos fueron trasladados a Valencia después de la proclamación de la Segunda República Española, cumpliéndose así un deseo expresado por el propio Blasco Ibañez en 1921 en su última visita a su ciudad: «Quiero descansar en el más modesto cementerio valenciano, junto al Mare Nostrum que llenó de idea mi espíritu». El 29 de octubre de 1933 el pueblo republicano de Valencia se echó a la calle para recibir en procesión cívica, encabezada por el gobierno de la República, el féretro de Blasco Ibáñez, que fue llevado a hombros por los pescadores del Grao. «Miles de personas, todos sus personajes, ocupaban las aceras para decirle adiós. En la tapa del féretro, diseñado por su amigo y genial escultor valenciano Mariano Benlliure, se había tallado un libro abierto y la leyenda Los muertos mandan, título de uno de sus libros».
Hoy este féretro que ha sido guardado durante décadas en un almacén municipal está expuesto en la entrada del Cementerio General, no cumpliendo su función, y los restos de Blasco Ibáñez descansan en una tumba en una segunda tramada con una simple losa de mármol con su nombre. Igual es momento de honrar a este gran valenciano y que su féretro se coloque en lugar destacado en el Cementerio General y sus restos puedan descansar para la eternidad en su interior, junto a paneles que indiquen su importancia.
Blasco Ibañez, republicano y valencianista
Una de las cosas que hoy noe s entendible por las manipulaciones históricas es su amor por Valencia a pesar de ser republicano. Así, Blasco Ibañez siempre se declaró valencianista, amante de la Senyera Valenciana con sus tres colores, azul, dorado y rojo. Los republicanos además a pesar de ser contrarios a la monarquía defendían la Real senyera, hasta tal punto que se confeccionó una a imagen y semejanza de la Real Senyera custodiada por el Ajuntament de Valencia para que cubrieses su féretro en su visita a Valencia, se hizo siguiendo los patrones de un telar del siglo XVIII.