El parque valenciano inicia su participación en un programa europeo con la llegada de dos jóvenes ejemplares del singular zorro africano, símbolo de la importancia de proteger incluso a las especies menos conocidas.
Esta primavera, BIOPARC Valéncia ha recibido a Zora y Zinzi, dos jóvenes hembras de zorro orejudo (Otocyon megalotis) procedentes del parque Beekse Bergen en los Países Bajos.
Estos animales, con tan solo ocho meses de edad, han llegado como parte del Programa Europeo de Especies en Peligro (EEP), una estrategia internacional para garantizar la supervivencia de especies amenazadas fuera de su hábitat natural.
Actualmente se encuentran en periodo de adaptación en recintos acondicionados con todas las comodidades, incluyendo fuentes de calor, para asegurar su bienestar antes de que puedan salir al recinto exterior.
En pocos días, está previsto que Zora y Zinzi exploren la zona que compartirán con los oricteropos, también conocidos como cerdos hormigueros, en una instalación que recrea fielmente las madrigueras africanas.
Esta convivencia no es casual, ya que ambas especies comparten hábitats similares en la naturaleza y tienen hábitos que pueden complementarse sin conflictos.
Un pequeño carnívoro con gran importancia ecológica
El zorro orejudo destaca por sus grandes orejas, esenciales para su termorregulación y para detectar a sus presas, principalmente insectos como termitas y hormigas.
Su dieta insectívora no solo le permite obtener el agua necesaria, sino que también lo convierte en un aliado del equilibrio ecológico.
Aunque su estado de conservación está catalogado como “preocupación menor” por la UICN, enfrenta amenazas como las prolongadas sequías agravadas por el cambio climático, enfermedades infecciosas como la rabia y el moquillo, y la caza por su pelaje.
BIOPARC Valéncia, hogar de más de 6.000 animales de 150 especies, continúa así su labor de conservación, educación y concienciación sobre la biodiversidad del planeta.
Esta incorporación refuerza su compromiso no solo con especies emblemáticas, sino también con aquellas menos conocidas, pero igualmente esenciales para preservar los ecosistemas.
La llegada de estas dos zorras orejudas es un paso más en la lucha por proteger la riqueza natural de nuestro mundo.