Emoción, gratitud y reconocimiento. Así se podría resumir la visita que la ministra de Defensa, Margarita Robles, realizó este lunes a la Base Militar Jaime I de Bétera, donde rindió un sentido homenaje a los primeros 96 militares de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que intervinieron el 29 de octubre de 2024, cuando la DANA arrasó con fuerza la provincia de Valencia.
“Salvasteis vidas poniendo en riesgo las vuestras”, les dijo Robles con voz firme y agradecida. “Nunca España, ni Valencia, os lo va a poder agradecer lo suficiente”. Las palabras resonaron entre los miembros del BIEM III, el batallón con base en Bétera que actúa en emergencias civiles de gran calado, y que desplegó desde la primera hora de la tarde sus efectivos en zonas como La Torre, Benimàmet, Campanar, Ontinyent y otras localidades severamente afectadas por la catástrofe.
Durante la visita, la ministra asistió a un ejercicio de simulación de extinción de incendios, donde se mostró el despliegue de capacidades de la UME: desde maquinaria pesada hasta drones y helicópteros. Pero el protagonismo no fue la tecnología, sino las personas. Robles quiso saludar personalmente a algunos de los efectivos que estuvieron en primera línea durante aquellas horas de caos y desesperación.
“Ojalá la historia les reserve un lugar destacado porque lo merecen”, dijo con convicción, antes de destacar que la madrugada siguiente a la DANA ya había más de 1.200 militares desplegados en diversos puntos de la Comunitat Valenciana. Su labor fue clave en rescates, achique de agua, reparto de suministros y estabilización de infraestructuras.
Los soldados escuchaban con respeto. Muchos de ellos, jóvenes, con la mirada firme pero visiblemente conmovidos. “Fue una noche que no se olvida”, comentaba uno de los veteranos que participó en el operativo. “El agua llegaba por encima del pecho, había familias atrapadas en casas, ancianos en sillas de ruedas, niños llorando… y nosotros, haciendo todo lo posible por llegar a todos”.
Robles aprovechó también para subrayar la preparación de la UME ante la inminente campaña de incendios. “Están completamente preparados. Se entrenan todo el año para responder ante lo que sea: fuego, nieve, inundaciones. Y lo hacen con una humildad que conmueve”. En ese sentido, puso en valor el uso de las últimas tecnologías que refuerzan el ya sobresaliente trabajo humano de esta unidad de élite.
La delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, acompañó a la ministra en su recorrido por la base y también compartió palabras de elogio para los efectivos, recordando el papel esencial que jugaron durante las primeras 48 horas de la emergencia, cuando muchas infraestructuras colapsaron y las comunicaciones eran prácticamente imposibles.
La visita no solo fue un reconocimiento institucional, sino también un acto simbólico de memoria. Porque, como insistió Robles, “la labor de estos hombres y mujeres no puede quedar en el olvido”. Y en una comunidad autónoma marcada por fenómenos extremos cada vez más frecuentes, su labor se convierte en un pilar de la protección civil.
En un momento donde la ciudadanía reclama responsabilidad y cercanía de sus representantes, el gesto de Robles —sin grandes escenografías ni declaraciones altisonantes— fue directo al corazón de quienes conocen el valor real del servicio público: salvar vidas.
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