La rápida actuación de la familia y la coordinación del CICU evitaron una tragedia
Un nuevo episodio de ahogamiento infantil ha estado a punto de terminar en tragedia en la localidad valenciana de Benaguasil, pero la combinación de sangre fría, rapidez y la eficaz coordinación de los servicios de emergencias han permitido salvar la vida de un bebé de tan solo siete meses que sufrió un episodio de ahogamiento en una piscina privada.
El suceso, ocurrido este lunes a mediodía, vuelve a poner el foco sobre los riesgos del baño en menores de corta edad y la importancia de conocer las técnicas básicas de reanimación cardiopulmonar (RCP).
Emergencia crítica y actuación inmediata
Todo ocurrió cuando el bebé, que se encontraba en una piscina privada bajo supervisión familiar, tragó agua y perdió la conciencia. En cuestión de segundos, el pequeño quedó inconsciente, iniciando así una carrera contrarreloj. Inmediatamente, los familiares activaron la llamada al Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU), que movilizó un dispositivo sanitario de emergencia:
- Una unidad del SAMU (Servicio de Asistencia Médica de Urgencia).
- Una ambulancia de Soporte Vital Básico (SVB).
- Personal médico de Atención Primaria de la zona.
Sin embargo, el verdadero factor decisivo fue la intervención telefónica en tiempo real de los profesionales del CICU, quienes guiaron a los familiares en la realización de maniobras de reanimación mientras las ambulancias llegaban al lugar.
Maniobras de reanimación dirigidas por teléfono
Desde el primer momento, los operadores de emergencias instruyeron a los familiares sobre cómo realizar las maniobras correctas de RCP adaptadas a un bebé tan pequeño:
- Insuflaciones suaves para introducir aire en los pulmones.
- Compresiones torácicas específicas para lactantes, con la técnica correcta de presión y frecuencia.
Gracias a estas indicaciones y a la rápida aplicación de las maniobras por parte de los familiares, el bebé recuperó la conciencia antes de la llegada de los servicios sanitarios. Según fuentes del CICU, el pequeño rompió a llorar, lo que constituye un signo positivo tras un episodio de ahogamiento, indicando que volvió a respirar de forma autónoma.
Estabilizado y trasladado al hospital
A su llegada, el equipo del SAMU se hizo cargo de la asistencia avanzada, estabilizó al menor y procedió a su traslado en ambulancia de soporte vital avanzado a un centro hospitalario de Valencia, donde permanece ingresado con pronóstico estable bajo vigilancia médica.
El rápido desenlace de este suceso, que podría haber tenido consecuencias fatales, es un ejemplo de la importancia de la formación básica en primeros auxilios, especialmente en contextos familiares donde los bebés están expuestos a riesgos cotidianos como el agua.
El ahogamiento infantil: un peligro silencioso en piscinas
El caso de Benaguasil es un dramático recordatorio de lo vulnerables que son los niños pequeños ante los peligros del agua. Las piscinas privadas, incluso bajo vigilancia de adultos, siguen siendo escenario frecuente de accidentes de ahogamiento:
- El 80% de los ahogamientos infantiles en España se producen en piscinas privadas o domésticas.
- Los niños menores de 5 años son el grupo de mayor riesgo.
- Basta con apenas 20-30 segundos de descuido para que ocurra un ahogamiento silencioso.
Organizaciones como la Asociación Española de Pediatría insisten en la necesidad de:
- Supervisión constante y activa (sin distracciones visuales ni móviles).
- Aprendizaje temprano de técnicas de primeros auxilios por parte de los cuidadores.
- Instalación de barreras físicas de protección en piscinas privadas.
- Formación básica en RCP en la población general.
La importancia de la RCP telefónica: un recurso vital
Este caso ejemplifica también el valor crucial de la RCP guiada por teléfono, un protocolo cada vez más extendido en los servicios de emergencias. Los operadores del CICU están específicamente entrenados para dar instrucciones claras, simples y eficaces a personas sin experiencia sanitaria, maximizando así las posibilidades de supervivencia mientras llegan los equipos profesionales.
Según los expertos, el margen de actuación en un paro respiratorio infantil es muy estrecho: cada minuto sin reanimación disminuye en un 10% las probabilidades de supervivencia sin secuelas neurológicas. Gracias a la intervención inmediata de los familiares guiados desde el CICU, en este caso se logró revertir la situación en los primeros minutos críticos.
Un final feliz que pudo haber sido muy distinto
Aunque el bebé permanece en observación hospitalaria, los médicos han confirmado que el pronóstico es favorable y estable, gracias a la cadena de actuación rápida y coordinada entre los familiares y los servicios de emergencias.
El incidente deja un valioso aprendizaje: el conocimiento de las técnicas básicas de reanimación puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, especialmente en accidentes domésticos que, como este, ocurren en cuestión de segundos.