Las casas, dañadas de forma irreversible, serán demolidas en 15 días, dejando a los afectados con deudas pendientes y sin recursos para reconstruir sus vidas.
Introducción
La devastadora DANA que afectó a la Comunidad Valenciana en noviembre de 2024 sigue causando estragos en las vidas de los vecinos de Catarroja. Cinco familias de la urbanización de la calle Tribunal de las Aguas se enfrentan al derribo de sus viviendas debido a graves daños estructurales provocados por las inundaciones.
Las casas, situadas a escasos metros del barranco del Poyo, quedaron anegadas y presentan grietas profundas que las hacen inhabitables. El coste de derribo y retirada de escombros asciende a 120.000 euros, de los cuales el Ayuntamiento cubrirá 50.000 euros, dejando el resto a cargo de los propietarios. Los afectados claman por ayudas directas para reconstruir sus hogares y superar la incertidumbre económica que enfrentan.
Familias devastadas por la pérdida de sus hogares
Los testimonios de los vecinos reflejan la desesperación y el desgaste emocional tras casi tres meses de lucha. Juan Ángel, uno de los afectados, explica:
“Solo tengo ganas de llorar y que no me vean mis hijas porque no sé para dónde tirar. Perdimos nuestra casa, nuestro coche, y ahora vivimos en una vivienda prestada por mi jefe”.
Desde que fueron desalojados el 4 de noviembre, estas familias han buscado refugio temporal mientras esperaban informes técnicos que finalmente confirmaron que las viviendas deben ser demolidas. La incertidumbre sobre el futuro es una constante:
“Aún no sabemos cómo vamos a pagar la demolición, mucho menos la reconstrucción. Todavía tengo que pagar 85.000 euros de hipoteca por una casa que ya no existe”, lamenta Juan Ángel.
Un derribo inminente
Las cinco viviendas afectadas serán demolidas en las próximas dos semanas, un proceso que también implica la retirada de escombros. El coste total, cifrado en 120.000 euros, supone un desafío económico para las familias, que ya han perdido prácticamente todo.
Aunque el Ayuntamiento se ha comprometido a cubrir 50.000 euros del desescombro, los vecinos deben asumir el resto del coste:
- 70.000 euros restantes, divididos entre las familias.
- Hipotecas pendientes y gastos adicionales de reconstrucción.
“No hemos recibido indemnizaciones del Consorcio ni ayudas específicas. Necesitamos apoyo para empezar de nuevo”, explica Víctor, otro de los afectados.
La urbanización y sus retos estructurales
La urbanización, compuesta por 40 adosados de tres plantas, sufrió daños considerables durante la DANA. Aunque 35 viviendas permanecen en pie, los vecinos han señalado problemas estructurales en las zonas comunes:
- Muros y aceras destrozadas.
- Sedimentos y barro que han afectado a la estabilidad del terreno.
- Un entorno problemático debido a la cercanía con el barranco del Poyo, cuyos sedimentos aumentan la vulnerabilidad de la zona.
Un vecino resume la situación:
“La construcción aquí no era la más adecuada. Este terreno es sedimento del barranco, y con la DANA, todo se vino abajo”.
Falta de ayudas y apoyo institucional
A pesar de las promesas de asistencia, los afectados denuncian la falta de ayudas específicas para quienes han perdido sus hogares. Las familias, muchas con hijos pequeños, reclaman soluciones más rápidas y directas:
“Las ayudas para coches y garajes están bien, pero ¿qué pasa con los que nos quedamos sin casa? Queremos reconstruir nuestras vidas, no dinero en el banco”, enfatiza Juan Ángel.
El Gobierno español ha solicitado al Fondo Europeo de Solidaridad financiación para cubrir los gastos derivados de la DANA, una cifra que asciende a 4.404 millones de euros. Sin embargo, los afectados temen que estas ayudas lleguen tarde o no incluyan apoyo suficiente para la reconstrucción de viviendas.
Una comunidad en pie de lucha
El desafío no termina con las cinco viviendas que serán demolidas. La comunidad de propietarios también deberá hacer frente a otros gastos importantes para reparar las zonas comunes y garantizar la seguridad de las 35 viviendas restantes.
“Estamos unidos como comunidad, pero el esfuerzo económico que nos piden es enorme. No sabemos si podremos afrontarlo sin más apoyo”, comenta un vecino.
Además, los afectados insisten en la necesidad de revisar las normativas de construcción y evitar que situaciones como esta se repitan en áreas vulnerables.
Conclusión
Las familias de Catarroja no solo han perdido sus hogares, sino también la estabilidad que les permitía mirar al futuro con esperanza. Ahora, enfrentan un proceso largo y costoso para reconstruir lo que la DANA les arrebató.
¿Deberían las administraciones priorizar ayudas específicas para quienes pierden sus viviendas en catástrofes naturales? ¿Qué medidas podrían tomarse para evitar que construcciones en zonas de riesgo terminen en tragedias? ¡Déjanos tu opinión!