Movilidad colapsada y paciencia al límite: los viajeros de Cercanías enfrentan retrasos, trenes llenos y paros laborales en unas Fallas 2025 que prometen ser históricas por motivos poco festivos.
Fallas 2025: cuando el trayecto en Cercanías se convierte en una prueba de resistencia
Si hay algo que caracteriza a Valencia en marzo, es su capacidad para combinar tradición, pólvora y, en los últimos años, desafíos logísticos dignos de una novela de aventuras. Y este año, las Fallas 2025 no se han quedado atrás. La movilidad se ha convertido en el gran protagonista, aunque no precisamente por buenas razones. Con un escenario en el que convergen los paros laborales de los trabajadores de Metrovalencia, averías inesperadas y una red de Cercanías de Renfe funcionando al límite, viajar hasta el centro de la ciudad o a los Casales Falleros es, para muchos, una auténtica odisea.






Los trenes de Cercanías se han ganado un lugar en el ranking de los temas más comentados en redes sociales, junto con los mejores monumentos falleros y el pronóstico del tiempo. Porque, ¿qué hay más valenciano que quejarse del transporte mientras se apura un buñuelo?
Trenes llenos, andenes atestados y sardinas en lata
Imagina por un momento una lata de sardinas. Ahora multiplica esa imagen por diez y colócala en los vagones de los trenes de Cercanías que llegan y salen de la Estació del Nord. El panorama es tal que algunos usuarios aseguran que solo falta que alguien se suba al techo, como en aquellas viejas películas indias. Y no es exageración.
“Los trenes van literalmente como sardinas en lata”, afirmaba un usuario resignado mientras esperaba un Cercanías con destino a Gandía. “Y no todos son dobles, a pesar de ello, muchos pasajeros se quedan en los andenes sin poder subir”.
Parece una escena sacada de un apocalipsis ferroviario, pero es el pan de cada día durante estas fiestas. La Estació del Nord se convierte en un hervidero de personas que intentan colarse entre la multitud, mientras los altavoces no paran de anunciar retrasos medios de 20 minutos… cuando no cancelaciones.
El efecto dominó: paros, averías y retrasos en cadena
Pero, ¿cómo hemos llegado a este punto? La respuesta es una combinación de factores que haría palidecer al mismísimo Sherlock Holmes. Por un lado, los paros de los trabajadores de Metrovalencia, que han obligado a muchos a buscar alternativas en los trenes de Cercanías. Por otro, una serie de incidencias técnicas y averías que, casualmente (o no), han coincidido con el inicio de la semana grande de las Fallas.
El resultado es una demanda que supera con creces la oferta de plazas disponibles. Y aunque Renfe ha anunciado refuerzos, los hechos demuestran que no son suficientes. Las imágenes de viajeros apretujados y los andenes colapsados lo confirman.
La paciencia de los usuarios, puesta a prueba
“Visto lo visto, los refuerzos no son suficientes y los problemas se acumulan”, comentaba otra usuaria mientras consultaba la aplicación móvil para ver si había alguna alternativa viable. Spoiler: no la había.
La paciencia de los viajeros se pone a prueba en cada trayecto. El calor humano, literal y figuradamente, aumenta a medida que pasan los minutos y el tren sigue sin llegar. Y cuando por fin aparece en el horizonte, muchos deben enfrentarse a la amarga realidad: no podrán subir. O lo harán como en un juego de Tetris, encajándose en el mínimo hueco disponible.
Una historia que se repite cada año (pero peor)
Cualquier habitual del transporte público valenciano sabe que estas situaciones no son nuevas. Sin embargo, en 2025 la situación parece haber tocado fondo. Las previsiones apuntan a que los días grandes de las Fallas, especialmente del 15 al 19 de marzo, verán el mayor número de desplazamientos en lo que va de año. Y si ya estamos así antes de llegar al ecuador, ¿qué nos espera el próximo fin de semana?
“Esto no es sostenible”, afirma un representante de una asociación de usuarios de transporte público. “Cada año pedimos mejoras, más inversión en Cercanías y un refuerzo real en estas fechas, pero seguimos igual… o peor”.






¿Qué soluciones hay sobre la mesa?
El Ministerio de Transportes y Renfe han prometido soluciones a medio plazo. Más trenes, renovaciones de flota, mejoras en infraestructuras… Lo de siempre. Pero los viajeros de hoy no pueden esperar a mañana. Necesitan trenes ahora, y no parece que la cosa vaya a mejorar en los próximos días.
Mientras tanto, el Ayuntamiento de Valencia recomienda a los ciudadanos que utilicen el transporte público para evitar los atascos en el centro. Una recomendación que suena a chiste cuando la propia red pública está al borde del colapso.
¿Qué pasa con los turistas?
Y si la cosa está complicada para los locales, imagina para los turistas. Muchos de ellos se ven atrapados en estaciones abarrotadas sin entender muy bien qué está pasando. Las quejas en redes sociales no tardan en llegar: desde el clásico “España es diferente” hasta algún comentario indignado en alemán o francés que, por respeto, no reproduciremos aquí.
Las Fallas 2025 han atraído a miles de visitantes que buscaban disfrutar de la fiesta, la pólvora y la tradición. Pero, por ahora, lo que se llevan como souvenir es una experiencia digna de un manual de supervivencia urbana.
¿Qué opinan los falleros?
Para los falleros, que necesitan desplazarse entre diferentes Casales, el transporte es clave. Muchos se ven obligados a recurrir al coche particular, con los problemas de tráfico y aparcamiento que eso supone. Otros directamente se resignan a caminar. “De Torrent a Valencia andando no es viable”, ironiza un miembro de una comisión fallera mientras ajusta su blusón.
Las Fallas, entre la fiesta y el caos logístico
Lo cierto es que las Fallas siguen siendo una de las fiestas más espectaculares del mundo, con sus monumentos, sus mascletàs y su ambiente único. Pero cada vez más, la experiencia completa se ve empañada por una gestión de la movilidad que no da la talla.
En un momento en que Valencia aspira a ser un destino turístico internacional de primer orden, este tipo de situaciones no ayudan a mejorar la imagen de la ciudad. Y es que no basta con plantar fallas y tirar petardos, también hay que garantizar que la gente pueda llegar a tiempo para verlas arder.
En resumen: mucha fiesta, poco tren
La combinación de paros, incidencias y una red de transporte insuficiente ha convertido los desplazamientos en Cercanías Renfe en una carrera de obstáculos. Y con el grueso de las fiestas aún por delante, la gran pregunta es: ¿aguantarán los trenes? ¿Y la paciencia de los valencianos?
¿Qué opinas tú? ¿Deberíamos resignarnos al caos en cada Fallas o exigir de una vez una movilidad a la altura de la fiesta?