María Ángeles, vecina afectada por las inundaciones de la DANA en Algemesí, critica duramente la gestión de las ayudas recibidas, señalando que son insuficientes y mal diseñadas. “Ese dinero sirve para bien poco”, asegura.
Las consecuencias de la DANA que golpeó la Comunidad Valenciana hace más de dos meses siguen siendo palpables, especialmente en localidades como Algemesí, donde vecinos como María Ángeles luchan cada día por recuperar una normalidad que parece aún muy lejana. Entre el lodo, la burocracia y la frustración, muchos afectados sienten que las promesas de ayuda han quedado en palabras vacías.
Una vecina en el centro del debate
María Ángeles, cuya historia ha sido visibilizada en el programa Todo es mentira, se ha convertido en la voz de muchos afectados que sienten que las instituciones han fallado. Con una mezcla de indignación y tristeza, relató cómo las ayudas recibidas hasta ahora no han sido suficientes para cubrir las pérdidas ocasionadas por la devastación de la DANA.
“En diciembre me llegaron 6.000 euros, pero ese dinero sirve para bien poco. Es un planteamiento de ayuda que no tiene sentido. ¿Cómo puede ser que una persona que perdió casi todo reciba la misma cantidad que otra que solo tuvo daños menores? Esto es un café para todos”, afirma con una mezcla de incredulidad y enojo.
La realidad de las ayudas: ¿son suficientes?
El caso de María Ángeles refleja una problemática recurrente en la gestión de catástrofes naturales: la percepción de inequidad y falta de eficacia en el reparto de ayudas. Según explica, los 6.000 euros recibidos parecen más una solución temporal para “acallar las quejas” que una respuesta real a las necesidades de quienes lo han perdido todo.
“Esta ayuda está mal planteada. Es como si lo hubieran hecho deprisa y corriendo para tranquilizar a la gente, pero la realidad es que no sirve de mucho. Además, el seguro tampoco ha respondido. Un perito vino en noviembre y dijo que tramitaría mi caso como urgente, pero aquí sigo, esperando”, denuncia.
77 días de incertidumbre
Desde que la DANA azotó Algemesí y otras localidades de la Comunidad Valenciana, han pasado 77 días. Durante este tiempo, los afectados han enfrentado no solo la pérdida de bienes materiales, sino también el desgaste emocional de sentirse abandonados por las instituciones.
“Ver cómo nos dicen desde Moncloa que ya se ha solicitado el Fondo de Solidaridad mientras seguimos esperando algo tangible es desesperante”, comenta María Ángeles. Una situación que, según ella, refleja la falta de preparación y compromiso de los responsables gubernamentales.
Críticas generalizadas
El caso de Algemesí no es aislado. Vecinos de otras localidades como Torrent o Paiporta han denunciado problemas similares. Accesos bloqueados, ayudas que no llegan y trámites interminables son solo algunos de los obstáculos a los que se enfrentan.
En Torrent, los vecinos aún lidian con calles inundadas y accesos sin despejar. En Paiporta, la DANA reveló problemas estructurales que estaban ocultos bajo el suelo, añadiendo más incertidumbre a una población ya afectada por la catástrofe.
La pérdida emocional
Más allá de los daños materiales, María Ángeles pone el foco en las pérdidas humanas y emocionales que la DANA ha dejado a su paso. En medio de su lucha, quiso enviar un mensaje de apoyo a quienes perdieron seres queridos durante la tragedia, recordando que la ayuda no solo debe ser económica, sino también humana y psicológica.
“Cuando te quedas sin casa, sin nada, lo último que necesitas es sentirte ignorado. Esto no es solo un problema de dinero; es un problema de dignidad. No se puede tratar a las personas como números”, asegura.
¿Qué se está haciendo desde el gobierno?
A pesar de las críticas, desde las administraciones públicas se insiste en que se están tomando medidas para agilizar los procesos de ayuda. Según fuentes oficiales, el Fondo de Solidaridad solicitado a la Unión Europea está en trámite, pero los afectados, como María Ángeles, consideran que este tipo de respuestas llegan demasiado tarde.
“El tiempo corre en nuestra contra. Cada día que pasa sin soluciones reales es un día más que nos hundimos en la desesperación”, concluye.
Reflexión final
La DANA dejó un rastro de destrucción y desolación en Algemesí y otras localidades valencianas, pero el verdadero desafío parece ser la reconstrucción, tanto material como emocional. ¿Qué más se puede hacer para garantizar que las ayudas lleguen de manera efectiva y justa? ¿Debería haber un sistema mejor diseñado para responder a estas emergencias?
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