Cada 8 de septiembre se conmemora a labor que realizan los fisioterapeutas para mejorar el estado de salud de las personas que, por diferentes patologías, sufren de dolor intenso de forma crónica. En este sentido, el equipo del Departamento de Salud del Vinalopó, del grupo sanitario Ribera, trabaja desde hace unos años con el programa de atención integral al paciente con dolor crónico , conocido como PAI musculoesqueletico, con el que tratan a pacientes con dolor persistente lumbar, cervical, rodilla, cadera, fibromialgia y osteoporosis. “Este programa viene realizándose desde hace un tiempo con ejercicio terapéutico individualizado pero, desde hace unos meses lo hemos completado con talleres de educación en neurociencia en el dolor”, explica Javier Valero, supervisor.
Cuando un paciente sufre dolor crónico es importante realizar ejercicio, pero siempre de una forma dirigida, atendiendo a las preferencias del paciente y pautada por un profesional sanitario, en este caso el fisioterapeuta. Pero, además de esto, el PAI incluye la participación en unos talleres mensuales en el que los pacientes reciben información sobre fisiología básica del dolor. “Desde una visión multidisciplinar explicamos la importancia del ejercicio, los hábitos, las conductas y la calidad del sueño, así como poner en conocimiento como funciona nuestro sistema del dolor y la relación que tiene con los factores que influyen en que una persona perciba más o menos dolor”.
Existe la creencia generalizada de que sólo con el ejercicio el dolor va a mejorar inmediatamente pero, si la persona padece dolor durante mucho tiempo, es posible que esta hipoalgesia (disminución del dolor) producida por el ejercicio no suceda, por lo tanto habrá que tener en cuenta los factores bio-psico-sociales de la persona y la dosificación del ejercicio. Es ahí cuando los fisioterapeutas trabajan para generar una educación para que los pacientes puedan entender que existe un periodo de adaptación pero que, superada esa fase, a medio y largo plazo, sin duda, mejorarán.
“Los pacientes son derivados al PAI a través de la propia consulta del médico de Atención Primaria o del médico rehabilitador. Cuando nos llega, realizamos un tratamiento individual y lo incluimos en los talleres formativos. Hemos comprobado que cuanta más información tenga el paciente, mejor maneja su patología y su dolor”.
Javier Valero comenta que con una sola sesión de neurociencia del dolor ya genera un beneficio en el paciente en cuanto al procesamiento del dolor, un beneficio en cuanto a la kinesofobia, es decir el miedo al movimiento, y el catastrofismo respecto a su proceso… “Lo que queremos es dar herramientas al paciente para que vaya eliminando factores de riesgo que producen dolor y generando beneficios modificando sus hábitos y conductas”.