Pedro Sánchez huyó del campo de batalla del barro dejando sólo al Rey ante la justa furia y la cólera de quienes lo están pasando mal y no se ven ayudados por los sobrados medios que el Estado tiene para ayudarles a salir del penoso trance por el que atraviesan.
El de la chulería “si quieren ayuda que la pidan”, no se quedó a repetir la frase ante quienes llevan día sin luz, sin agua, sin pan, con el agua y el barro hasta el cuello. Huyó como las ratas cuando ven peligrar el barco, dejando sólo al Rey que se comiera el marrón que sólo a él correspondía.
La excusa, que los de su seguridad lo evacuaron del lugar, porque peligraba su vida. Y no peligraba la vida del Rey? Huyó cobardemente perdiendo toda dignidad y hombría, si es que le queda alguna a estas alturas de su vida política.
El Rey, que reina y no gobierna, aguantó, tragó, se bajó al nivel de su pueblo, escuchó lo que debía haber oído el que gobierna, mal gobierna la Nación, cada día más ultrajada y despedazada por los andares chulescos del si quieren algo que lo pidan. El monarca salvó la dignidad del Estado, porque el jefe de gobierno se cagó encima y desapareció, lo dejó al pairo de la tormenta.
Cacique total, impresentable dueño de cortijo, individuo feudal que se debe creer hasta con derecho de pernada. En Paiporta no se quedó a escuchar los gritos que le pedían pan y agua para soportar el infierno de barro en el que llevan sumidos todos los pueblos afectados por las riadas de la dana.
No tuvo los cojones, de los que tanto presume, de escuchar a las mujeres que no tenían nada, ni potitos para sus bebés. Ni la hombría para entender y anotarse las carencias de sus ciudadanos.
No quiso ni enfrentarse cara a cara con los mozalbetes que aún no habían llegado aún a la generación zeta y le hablaron de tú a tú, gritando, cansados, asqueados, al Rey, que si estuvo en su sitio, no abandonó la trinchera.
Paiporta es un feudo socialista, toda la vida ha mandado ahí el socialismo, y Pedro Sánchez no supo estar siquiera con los suyos. Agazapado luego lejos de la línea de barro quiso quitarse las vergüenzas de encima diciendo que aquello total había sido obra de unos radicales, que el pueblo valenciano no era así.
Lo que no quiere saber es cómo está el pueblo valenciano. Tiene miedo a saberlo y vive enroscado con sus sueños de fantasías y aviones Falcon, creyéndose tal vez eterno, un Maduro de pacotilla.
¿Se atreverá el Psoe valenciano a convocar el 9 de noviembre, como parece que pretende, una manifestación contra Mazón por la gestión de la catástrofe de la Dana? ¿Si se hace va a venir Pedro Sánchez a encabezarla?
La puntilla política
La fuga de Pedro Sánchez va a ser la puntilla que él mismo ha asestado a su carrera política. Después de Paiporta ya nada será igual para él. Lo de Paiporta le va a perseguir toda su vida, le ha retratado perfectamente. La gente ya le ha perdido el poco respeto que le tenía, si es que últimamente le tenía alguno.
Y ha demostrado, entre otras cosas, que es un personaje para nada de fiar, dejando al Rey y a la Reina en medio de la marabunta de gente cabreada por lo que le pasa y por la malísima gestión de su gobierno que los tiene allí tirados como el primer día.
No creo que la fiel Paiporta vuelva a votar nunca más en su historia ene socialista, al menos no al socialismo rampante de Pedro Sánchez. Su jefe les ha vendido por completo, ha huido a las primeras de cambio en su Falcón, llamándoles además radicales violentos extremistas.
Y al Rey y a la Reina los ha dejado abandonados en la cuneta, en la máquina de los fangos de la riada. Los ha quemado y puesto a los pies de los caballos. Ellos al menos han hecho lo que tenía que hacer Pedro Sánchez dar la cara, ponerla, escuchar, anotarse las peticiones del pueblo y resolver en justicia.
No lo hará, lo suyo es volar a Venezuela o a la India, pasearse por Europa, pero no ha aguantado cinco minutos en Paiporta, donde debe estar, pueblo que indudablemente va a ser el tanatorio, la capilla ardiente de su carrera política. Al tiempo, porque él no lo hará, es un incapaz, pero el pueblo sí, el pueblo salva al pueblo, como dicen acertadamente los de la generación zeta.
Ahora los cutres impresentables desvergonzados de Moncloa le echan la culpa a los Reyes de lo sucedido, porque “se empeñaron en ir a Valencia”. Ahí se les ve la calidad humana a estos sujetos que gobiernan el país. Y no me digan de ese cerebro privilegiado de la Ministra de Defensa que ha dicho que el Ejército no está para solucionarlo todo.
La Ley de Defensa artículo 15 dice que las Fuerzas Armadas deben preservar la seguridad de los ciudadanos, del país. Y el gobierno ha estado regateándolo al pueblo, diciéndolo que no está para atender la catástrofe de Valencia. No está según el gobierno socialista para hacer puentes, desescombrar calles, rescatar personas y cadáveres, llevar alimentos los aislados por el agua el lodo, apoyar a los desesperados,… Menuda elementa la Ministra de Defensa, pobres militares bajo su desmanotado mando.
Baltasar Bueno