En Alfafar, uno de los municipios de l’Horta Sur gravemente afectados por la DANA del 29 de octubre, la huerta tuvo un papel clave en la amortiguación de la inundación. Aun así, se prevé un plan urbanístico denominado ‘Font Baixa’ que sacrificará borde 140.000 m² de estos terrenos para la construcción de 36 torres, de entre 8 y 10 alturas, que albergarán 1200 viviendas. De nuevo nos encontramos con un plan que no responde a las necesidades de las vecinas de Alfafar, puesto que en caso de demanda de viviendas hay muchas vacías al término, sino que más bien obedece al corriente especulativo que ha hecho que nuestros pueblos sean extremadamente vulnerables a acontecimientos climatológicos extremos, como lo recientemente vivido.
Desde el colectivo Huerta Sur de Acción Ecologista-Agró, en el cual se ha integrado la plataforma Font Baixa, aseguran que precisamente el último reducto de huerta que desde el consistorio quieren cimentar ha hecho de laminado de las aguas. Esta funcionalidad algunas vecinas ya la conocían por todas las gotas frías que históricamente ha sufrido Alfafar, y precisamente evitó que un gran aparcamiento municipal cerca de la huerta no fuera devastado.
Sellar toda la superficie prevista y, por lo tanto, aumentar el porcentaje de suelo impermeable provocará que, ante futuras lluvias torrenciales o avenidas de grandes magnitudes, que se intensificarán con el paso del tiempo a consecuencia de la emergencia climática, el agua corra con más brutalidad y virulencia por las calles de Alfafar, Sedaví y Llocnou de la Corona. El destrozo será todavía más grande. Las pérdidas, materiales y no materiales, quizás también sean mayores.
Después de la DANA que ha arrasado con decenas de municipios, Acció Ecologista-Agró no entiende como todos estos follones urbanísticos, que nos exponen a revivir este tipo de tragedias, continúan en pie. Es el momento para pararse a reflexionar sobre la ordenación que se ha estado haciendo del territorio y como podemos adaptarlo a las condiciones ambientales y ecológicas cambiantes. Hace falta, ahora más que nunca, poner en el centro de las políticas la vida, ligada indiscutiblemente a la natura, y el bienestar común; dejando atrás el auxilio a la propiedad privada, que tanto defiende a ultranza el Ayuntamiento de Alfafar. El mismo Ayuntamiento que obstaculiza la información y la participación medioambiental del vecindario que se opone firmemente al PAI de la Font Baja, al que pretende anestesiar a base de mentiras, negando tener conocimiento del plan que él mismo promueve como ecobarrio.
Para el colectivo Huerta Sur de Agró, la ‘Font Baixa’ es un plan desfasado y caduco que nunca tendría que ejecutarse. Es por eso que piden la conservación y revitalización de la huerta de Alfafar, su puesta en valor y dinamización para potenciar los servicios ecosistémicos que provee y que, como ha quedado demostrado, salvan vidas. Y añaden: “No vale escudarse en si el PGOU de 1992 ya preveía la urbanización de esos terrenos. Para el que vuelan hacen reclasificaciones, que normalmente apunten en la línea de la desprotección. A la inversa también se pueden hacer y además bajo cimiento. No hay ningún impedimento para convertirlos en suelo no urbanizable más allá de los intereses económicos de unos pocos, como siempre”.