Publicidad y cuerpos no normativos: ¿Por qué seguimos usando el sobrepeso como chiste fácil?»
El debate sobre la representación de las personas gordas en los anuncios sigue vigente: cuando la creatividad recurre a viejos estereotipos, la línea entre el humor y la ofensa se vuelve cada vez más fina.
En pleno 2024, la representación de cuerpos en los medios de comunicación y la publicidad sigue siendo un tema candente. Aunque la sociedad ha dado pasos importantes hacia la diversidad y la inclusión, todavía es común ver cómo ciertos anuncios utilizan el sobrepeso como un recurso humorístico. El último ejemplo que ha abierto este debate es el anuncio de El Gordo de la Primitiva, donde la figura de una persona con sobrepeso comiendo en público ha generado opiniones encontradas.
¿Se trata de una simple broma inofensiva o estamos ante otra muestra de cómicos estereotipos que deberían quedar en el pasado? A continuación, analizamos el tema desde todas sus perspectivas.
Los cuerpos gordos en la publicidad: el recurso fácil
Desde hace décadas, los cuerpos gordos han sido un recurso recurrente en el cine, la televisión y la publicidad. Ya sea como motivo de humor, símbolo de pereza o falta de control, la representación suele ser negativa y simplista. Esta tendencia no solo invisibiliza la realidad de millones de personas con cuerpos no normativos, sino que refuerza estereotipos dañinos.
En anuncios como el de El Gordo de la Primitiva, donde el objetivo principal es generar risa y captar la atención, se recurre a fórmulas visuales que resultan familiares:
- Una persona con sobrepeso comiendo, representada como despreocupada o ajena al entorno.
- La incomodidad exagerada del resto de personajes, creando un contraste humorístico.
Aunque la intención del anuncio sea ligera, el mensaje subyacente puede resultar hiriente. ¿Por qué sigue siendo gracioso asociar el sobrepeso con comportamientos negativos? La respuesta está en los prejuicios arraigados en la sociedad.
El problema de los estereotipos: más que una simple broma
El uso de cuerpos gordos como recurso cómico no es inofensivo. Refuerza una serie de ideas preconcebidas que afectan directamente a la percepción social de las personas con sobrepeso:
- Gordofobia normalizada: Al repetir estos estereotipos, se perpetúa la idea de que los cuerpos gordos son motivo de burla o crítica. La publicidad, que llega a millones de personas, juega un papel importante en cómo percibimos la diversidad corporal.
- Asociación con comportamientos negativos: Comer en exceso, la falta de control o el desinterés por el entorno son ideas que, injustamente, se relacionan con las personas con sobrepeso. Esta narrativa simplifica y deshumaniza.
- Impacto emocional y social: Las personas gordas ya enfrentan discriminación en distintos ámbitos: laboral, sanitario y social. Representarlas de manera negativa en los medios no hace más que amplificar estas barreras.
La publicidad debería ser consciente del poder que tiene para influir en las percepciones colectivas. Reírse de los cuerpos no normativos no solo es anticuado, sino que también puede ser dañino.
¿Humor sin estereotipos? Claro que es posible
Defensores del anuncio de la Primitiva argumentan que su intención no es atacar a nadie, sino simplemente exagerar una situación cotidiana con fines cómicos. Sin embargo, este tipo de humor es un atajo creativo que resulta innecesario y perezoso.
La pregunta es simple: ¿sería igual de efectivo el anuncio sin depender de la imagen de una persona gorda comiendo? Probablemente sí. La creatividad publicitaria tiene infinitas herramientas para conectar con la audiencia sin perpetuar clichés dañinos. Situaciones absurdas, humor inteligente y personajes variados pueden generar el mismo impacto sin recurrir a representaciones problemáticas.
Existen campañas publicitarias que han sabido romper moldes y apostar por una representación diversa, logrando no solo el éxito comercial, sino también el reconocimiento por su sensibilidad e innovación. La inclusión no está reñida con la creatividad; más bien, la potencia.
La responsabilidad de las marcas: una cuestión de ética
Las marcas tienen un papel fundamental en la construcción de imaginarios colectivos. En un mundo donde la diversidad y la inclusión son valores cada vez más relevantes, la publicidad no puede quedarse atrás. Los anunciantes deben preguntarse:
- ¿Qué mensaje estamos transmitiendo?
- ¿A quién puede afectar este tipo de representación?
- ¿Existen formas más responsables e innovadoras de contar esta historia?
Campañas como la de El Gordo de la Primitiva demuestran que aún queda trabajo por hacer. No se trata de censurar el humor, sino de replantear cómo lo usamos y hacia quién lo dirigimos. Un anuncio puede ser divertido sin ridiculizar a nadie, y ese debería ser el objetivo de cualquier marca que quiera conectar con un público diverso y consciente.
Conclusión: un cambio necesario
La publicidad tiene el poder de cambiar percepciones, desafiar estereotipos y celebrar la diversidad. Sin embargo, cuando recurre a fórmulas antiguas y problemáticas, como el uso del sobrepeso como chiste fácil, pierde una oportunidad valiosa de conectar con el público de una manera más positiva y respetuosa.
Es hora de dejar atrás los clichés y apostar por una representación que refleje la realidad de todas las personas, sin importar su físico. El humor puede evolucionar, y las marcas tienen la responsabilidad de liderar ese cambio.
¿Qué opinas tú? ¿Es hora de que la publicidad deje de lado los estereotipos o crees que el humor debe seguir siendo libre de interpretaciones?