El exceso de calor vuelve a hacer de las suyas en el Lago de l’Albufera, esta vez la laguna del Racó de l’Olla se ha vuelto rosa…
Según informa el Servicio de Devesa Albufera de l’Ajuntament de Valencia, se trata de un fenómeno natural que ocurre cada cierto tiempo, producido por la proliferación, con las altas temperaturas, de unas bacterias típicas de aguas muy salinas que liberan un pigmento rosado.
este procesos e ha dado en otros humedales parecidos de la costa mediterránea y aunque un fenómeno inusual y exótico, es natural. Así, todo parece indicar que son artemias, La acumulación de artemias y algas se produce por un aumento de la salinidad y temperatura del agua. De hecho, pueden verse diferentes aves alimentándose en el lugar y, como curiosidad, los flamencos deben su coloración rosada a que se alimentan de estos crustáceos.
Son alimento para las aves y no reviste de gravedad, sino que las fuertes temperaturas han hecho que la salinidad del agua aumente en algunos puntos por evaporación del agua dulce y ello ha hecho aumentar las artemias, microorganismos y algas que dan este color peculiar a la laguna del Racó de l’Olla.
Los colores del agua de la Albufera
El año pasado fue noticia este humedal por el color marrón de sus aguas, que se producía por la acumulación de microorganismos y fuerte calor, que dan como consecuencia un aumento de algas que tiznaban las aguas de color marrón.
De normal, las aguas tampoco son transparentes ni azules, si no más bien verdosas y es que la acumulación de nutrientes y el fondo de lodo hacen que el agua esté llena de nutrientes que tiñen el agua de verde.
Así, en pocos meses hemos pasado del color verdoso al marrón y otra vez al verdoso al aportarse más cantidad de agua al lago y renovarse parte de su agua, y ahora parte se ha vuelto rosa… Toda una curiosidad natural.
La Albufera pendiente de que las administraciones quieran invertir en ella
desde hace unos meses, este importante humedal, Paraje Natural de la Comunitat Valenciana está siendo el centro de una intensa bronca política entra distintas administraciones públicas, se ha convertido en la excusa de la bronca política entre partidos políticos, pero la realidad es que necesita que la conservemos y cuidemos.
En los años 70-90 los vertidos incontrolados de muchos campos e industrias han acabado en el fondo del lago, que acumula sedimentos, y es preciso actuar de manera artificial para eliminar esos sedimentos con presencia de metales pesados. Hasta el Ajuntament de Albal vertía las aguas del Campo Polideportivo santa Ana directamente a sus acequias acabando en la Albufera y aún hay partes sin canalizar aguas pluviales y residuales hacia las depuradoras.
El Ministerio gastó más de 50 millones a través de Acuamed para evitar que las aguas pluviales de la zona de la Autopista de Silla, contaminadas de metales pesados y aceites acabaran en La Albufera, hizo hasta 9 depósitos primarios pero aún está pendiente su conexión con la depuradora de Pinedo.
Pinedo lanza sus aguas ahora a la Acequia de Favara para renovar las aguas del lago, pero el exceso de nitratos de las mismas hace que se tengan de lanzar aguas arriba para que los campos de arroz hagan de filtro natural y las aguas acaben en el lago sin ese exceso de nitratos.
Son muchos los problemas por resolver en un lago que pide a gritos un acuerdo político y social para su conservación y mejora, pero que sólo ha conseguido ser la excusa de la bronca política. La Albufera se merece una amplitud de miras que hoy pocos tienen en el panorama político valenciano.