El primer tsunami de las Fallas 2024 pone contra las cuerdas al Ayuntamiento de Valencia
Tal y como viene pasando desde hace años durante los fines de semana previos a las Fallas, llega el descontrol, el abuso y la falta de civismo por parte de algunos individuos, por no utilizar otro adjetivo más contundente, malsonante y adecuado, que no respetan a nada y a nadie. Ni a la ciudad, ni a los vecinos, ni al patrimonio cultural de todos los valencianos.
Este sábado hemos vuelto a vivir algunos episodios vergonzosos que ya fueron noticia y portada en diferentes medios de comunicación de la prensa escrita, en radio y en televisión. Unas imágenes lamentables que muestran a incívicos orinando en las fachadas de los monumentos del Centro Histórico de Valencia, vómitos en las escaleras de nuestro Patrimonio de la Humanidad UNESCO, o un montón de basura, botellas y vasos en las taquillas de los Jardines del Real-Viveros.
https://noticiasciudadanas.com/vomiteras-en-la-puerta-de-la-lonja/
Lamentablemente, la situación que describimos no es nueva y la llevamos sufriendo, con especial virulencia, desde el año 2018, e incluso desde antes. Unos hechos que se repitieron en 2019, en 2021, en 2022 y en 2023, con verbenas multitudinarias, churrerías pegadas a edificios protegidos, monumentos tapados por todo tipo de cachivaches, fachadas y escaleras de iglesias en las que se hacía botellón o se cocinaba, o fuentes usadas como barra de bar, por poner sólo algunos ejemplos.
https://conocevalenciapaseando.blogspot.com/2023/05/las-asignaturas-pendientes-del_28.html
El eco que ha tenido lo sucedido el pasado sábado 9 de marzo, se ha visto reflejado en las redes sociales, especialmente en X, en las que ha habido reproches y se ha tirado de hemeroteca para señalar a los responsables pasados y presentes. Un enfrentamiento que sólo interesa y beneficia a unos partidos políticos que destilan un grado de hipocresía preocupante, pero también demasiado habitual en estos tiempos. Sólo hay que ver algunos de los tuits, tanto de los políticos que ahora están en la oposición, como de los que lo estaban antes y ahora gobiernan.
A raíz de esto, se están generando discusiones en las que no vale la pena ni entrar, pues la mayoría de estos perfiles “troll” y/o de palmeros de manual se están dedicando a posicionarse rápidamente a favor de unos y otros, buscando el enfrentamiento, intoxicando, embarrando el tema con siglas, nombres y partidos políticos con el fin de servir y contentar a su facción ideológica correspondiente.
La realidad, que es lo que nos debería preocupar realmente de lo que sigue pasando en los entornos monumentales y en nuestro patrimonio cultural, es que el próximo fin de semana se puede convertir en un tsunami de basura, suciedad, abusos, ruidos, molestias y orines por toda la ciudad. El Ayuntamiento de Valencia sigue repitiendo los mismos errores del pasado, gobierne quien gobierne, en una nueva muestra de descoordinación entre las correspondientes áreas y servicios municipales.
Por ese motivo, si el consistorio no inspecciona, no vigila y no sanciona a aquellos incívicos desaprensivos que ponen por delante su supuesto “derecho al ocio y a la diversión”, por encima del descanso de los vecinos y el respeto por un patrimonio cultural que es de todos, no se va a conseguir nunca revertir una situación que hace años que es insostenible y que sigue in crescendo. Ya pueden poner las vallas y los urinarios químicos que quieran, que siempre habrá maleducados, irresponsables e irrespetuosos que seguirán comportándose como salvajes y animales de dos patas.
Quizá ha llegado el momento de crear una “Multa turística”, independientemente de la debatida tasa turística, orientada a aquellos individuos que se dejan el civismo, la educación y el respeto en casa, que no saben comportarse en sociedad y que creen que pueden hacer lo que les venga en gana en nuestra ciudad, por el mero hecho de que hasta la fecha se les ha permitido. Sea este local, foráneo o venga de Gallifrey en una bonita cabina azul de madera. Que el gobierno municipal saque cuentas, haga números y reflexione sobre la necesidad de aplicarla.
La alcaldesa de Valencia, MªJosé Catalá ha hecho un llamamiento al civismo y deja como claro titular que “Seremos contundentes y nadie quedará impune”. Esperemos que esta declaración de intenciones sea una realidad y no otro intento más de vendernos humo a los vecinos. A partir del próximo viernes 15 de marzo veremos si esto se cumple o no. En caso contrario, el día 19, después de La Cremà, el gobierno municipal tendrá que rendir cuentas. Ya no valen más excusas.