¿Qué estamos comiendo?. La UE con mínimos estándares sanitarios a productos frescos de terceros países

¿Qué estamos comiendo?. La UE con mínimos estándares sanitarios a productos frescos de terceros países

¿Qué nos estamos comiendo? Es la pregunta que se hacen miles de europeos al llevarse a la boca un producto fresco de fuera de la Unión Europea y es que los estándares de calidad no son iguales para productos europeos que para productos procedentes de terceros países. Mientras que muchas sustancias fitosanitarias están prohibidas en la UE y los agricultores no las pueden aplicar por el bien de la salud de los ciudadanos y por el Medio Ambiente sí se permite su presencia en fruta y verdura de países de fuera de la Unión Europea.

Los niveles de restos de productos fitosanitarios en los productos que comemos tienen unos estándares mucho más restrictivos en la zona europea que los que se exigen a terceros países, por lo que con toda seguridad podemos afirmar que los productos europeos que consumimos tienen mucha más seguridad sanitaria que los importados de terceros países.

Los controles de los productos provinentes de terceros países

 

La mayoría de productos frescos entran a Europa por el Puerto de Rotterdam, el puerto ma´s grande de la UE y dodne más difícil es por tanto controlar lo que entra en la UE. ¡Será casualidad o no?. La realidad es que los controles han aumentado y por tanto han aumentado las interceptaciones de productos frescos con sustancias directamente dañinas para la salud que han sido retirados de circulación y prohibida su entrada en la Unión Europea.

AVA-ASAJA alerta de la entrada de pomelos “ecológicos” de Sudáfrica contaminados con una materia activa prohibida en la UE

La realidad es que se importa todo tipo de producto alimentario y los controles brillas por su ausencia, como denuncian agricultores y organizaciones agrarias españolas y europeas.

El Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (Rapid Alert System for Food and Feed, RASFF) ha realizado una notificación oficial esta misma semana, por la entrada ilegal a través de las fronteras danesas de una partida de naranjas procedentes de Egipto, sin que se haya realizado control alguno sobre la fruta.

La notificación del RASFF número 2023.5345 se ha emitido a instancias de las autoridades de Dinamarca, que detectaron ese envío de naranjas egipcias en un control oficial de mercado realizado en la empresa importadora.

El control se realizó el lunes 7 de agosto y la cadena de supermercados de Dinamarca Metro ha procedido a retirarlas con fecha del martes día 8 de agosto. Con esa retirada, las naranjas no han llegado a los lineales de los supermercados de Suecia a donde estaban destinadas, ni se han distribuido a otros países miembros de la Unión Europea (UE).

Pero este tipo de noticias detectadas por los propios países miembros se dan cada semana. ¿Y las que nos e detectan?.

Los productos ¿ecológicos?

 

En una entrada anterior de esta mima noticia veíamos “pomelos ecológicos” con una sustancia prohibida en la UE. ¿Ecológicos?. Sí, ¿Cómo podemos decir que un producto es ecológico cuando lleva una sustancia prohibida y en un porcentaje muy superior al permitido?. Pues eran de Sudáfrica. Justo el mismo país donde se ha detectado esta semana y denunciado por parte de AVA ASAJA una partida con falsa polilla en su interior.

De primeras, algo ecológico se supone no dañino para la salud y natural, con lo cual no puede llevar química artificial, pero ¿podemos calificar de ecológico algo que viene de más de 5.000 kilómetros de distancia?. ¿Y la huella de carbono que produce su transporte en avión o en barco?. ¿Realmente lo podemos calificar como ecológico?.

Por otra parte, el tratamiento en frío que aplica Sudáfrica no es efectivo, ya que el exigido por la UE a las naranjas sudafricanas no es el indicado por las autoridades sanitarias mundiales, más temperatura y menos días, lo que ha demostrado que deja los huevos de la falsa polilla que luego eclosionan dentro de la fruta.

Detecciones de falsa polilla en naranjas y pomelos sudafricanas

Sin entrar a valorar el perjuicio para nuestras explotaciones por la entrada de plagas importadas de terceros países, esto pone en peligro la supervivencia de la agricultura europea.

Restricciones desde la UE a los agricultores europeos

 

A ello hemos de añadir unas autoridades europeas que en la marco del pacto Verde Europeo han aprobado la restricción en un 50% de los productos fitosanitarios para 2030, o la aplicación del cuaderno digital en 2035, pero que España va a aplicar desde el 1 de enero de 2024 tras dos prórrogas y aplazamientos. Un cuaderno digital que obligará al agricultor a llevar una agenda electrónica con un asesor medioambiental, un técnico que examinará el campo y evaluará sus riesgos sanitarios y los tratamientos a aplicar y en qué porcentaje, convirtiendo a los agricultores en nuevos oficinistas. Todo mientras quiere rebajar los estandares de calidad por ejemplo para el arroz de Myanmar, que desde España denuncian es un país donde nos e respetan los derechos humanos y existe explotación infantil. pero aquí la UE mira para otro lado.

Convenios con terceros países

 

Otro asunto a parte son los convenios de libre mercado o que aplican una fiscalidad ventajosa sin aranceles a productos provinentes de países terceros, como con Marruecos o el arroz de Myanmar. Mención a parte es la intención del gobierno de Sánchez bajo la presidencia de la UE de impulsar un nuevo convenio de libre Mercado con MercoSur, la organización de estados iberoamericanos, que dejaría en muy mala posición a los agricultores españoles.

Las imposiciones desde dentro de España

 

Por otra parte, desde dentro del propio estado parece se ha iniciado una guerra sin cuartel a la agricultura española, donde hay comunidades como la Comunitat Valenciana donde ya un 35% de la superfície cultivable está abandonada, y donde se hace muy difícil sobrevivir del campo.

En el sur de la Comunitat Valenciana ya se han perdido más de 2.000 empleos y en Murcia y Anadalucía Oriental más de lo mismo, ya que un tercer recorte en el trasvase Tajo-Segura ha dejado a miles de hectáreas sin poder regarse.

Un nuevo recorte en el trasvase Tajo-Segura secará los campos y arruinará a miles de familias

 

La política errática de España, lejos de proteger a sus agricultores fomenta el cultivo fuera de españa, como los 115 millones de euros aprobados por el gobierno de Pedro Sánchez para fomentar la agricultura en Marruecos, y que han servido para plantar 600.000 olivos, y de paso hacer la competencia directa a España.

Caída de la producción de aceite de oliva en España y 600.000 olivos más en Marruecos con dinero del gobierno español

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