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El presupuesto municipal de 2024 incluye una partida de 500.000 euros para iniciar estas obras de adecuación del nuevo albergue que dispondrá de un lugar específico para familias necesitadas, que permita generar un itinerario social más largo que les conecte con viviendas en condiciones de habitabilidad adecuadas.
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El objetivo de este nuevo proyecto de albergue es que preste atención de manera permanente, junto con el CAES que ya funciona.
Una realidad incómoda en sinhogarismo que en la Ciudad de Valencia afecta a más de 1.000 personas
La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, tras mantener este lunes una reunión con representantes de la orden de San Joan de Déu, ha anunciado el inicio de las obras de adecuación de un nuevo albergue para personas que pernoctan en la calle. Este albergue se ubicará en unas naves municipales en la calle Santa Cruz de Tenerife, junto al CAES que atiende en la actualidad Cruz Roja.
Según ha destacado Catalá, la atención a las familias sin hogar y a las personas que duermen en la calle ha sido uno de los temas prioritarios que ha abordado desde que es alcaldesa. En este sentido, ha explicado que “se ha puesto en funcionamiento un equipo de atención de la Policía Local y un equipo de atención específica de Servicios Social para atender a las personas que duermen en la calle”.
Recursos disponibles en la actualidad
Actualmente el principal recurso con el que cuentan las personas sin hogar en Valencia es privado, La Casa caridad, con sus dos instalaciones de la Pechina y de Benicalap. En estos recursos y en el de pisos tutelados de casi una decena de asociaciones y colectivos de Valencia, el Ayuntamiento dispone de más de 150 plazas, pero siguen siendo recursos privados.
El Ayuntamiento sólo dispone de una pequeño albergue de 12 plazas en el edificio de la Policía Local y los Bomberos de la Calle Alta en pleno barrio del Carmen, un recurso que sólo se utiliza en casos de emergencia. Igualmente el Ayuntamiento en casos como en invierno la operación frío, o causas excepcionales, se abren para las personas sin techos los Casales d’Esplai del Saler y Rocafort, unos recursos a los que los usuarios no quieren ir al estar bastante alejados del núcleo urbano de Valencia.
Otro de los grandes problemas es que la mayoría de las personas sin hogar para combatir su soledad suelen tener algún perrito de pequeño tamaño, que en la mayoría de estos recursos no son permitidos, por lo que han de elegir entre dormir bajo techo o dormir con su mascota que es su compañero siempre.
Muchas de estas personas son personas con problemas de adicciones que han derivado en un sinhogarismo o con problemas mentales no tratados. Otro de los grandes problemas es que son recursos de emergencia, donde los afectados sólo están de paso días, semanas o como máximo tres meses, se necesitan lugares donde se les detecten problemas, se les trate y les ayude a reincorporarse a la sociedad, como hacen muchos de los recursos privados en hogares tutelados de larga duración.
El CAST y el CAI
El Ayuntamiento de Valencia directamente dispone de dos unidades de recurso para estas personas, que se clasifican entre el CAST (Centro de Atención a personas sin techo) y el CAI (lo mismo pero dedicado a inmigrantes). Allí tras un análisis psicológico por profesionales son derivados s recursos privados con convenio con el Ayuntamiento.
El último censo de sinhogarismo en la Ciudad de Valencia aumenta estas personas a más de 1.000 personas en la Ciudad con esta situación, muy por encima de los recursos existentes, sumando públicos y privados.
El nuevo albergue municipal
El nuevo albergue dispondrá de un lugar específico para familias necesitadas, que permita generar un itinerario social más largo que les conecte con viviendas en condiciones de habitabilidad adecuadas. Actualmente están atendidas por los Centros de Urgencias Sociales (CUS) de San Joan de Déu, por lo que no hay familias en este momento con menores que están en situación durmiendo en la calle en Valencia.
El objetivo de este nuevo proyecto de albergue es que preste atención de manera permanente, junto con el CAES que ya funciona, y no solo en situaciones de urgencias por olas de frío o calor como se produce en la actualidad.
En esta misma línea de actuación, ha concretado que desde que es alcaldesa ya se ha reunido hasta en tres ocasiones con los representantes de la orden de Sant Joan de Déu, “con el objetivo de atender a estas personas, no solo en situaciones concretas sino durante todo el año”.
Por último, Catalá ha señalado que el Ayuntamiento seguirá colaborando con entidades como Sant Joan de Déu, que trabajan con profesionales de la atención social y que se centran sobre todo en aquellas personas y familias que no tienen un hogar.
Los hogares valencianos, más de un 50% no llega a final de mes
Los hogares valencianos en los últimos 5 años han empeorado económicamente por lo que ya son más de 22% los que se consideran en el umbral de la pobreza y más del 50% los que admiten ya que no llegan a final de mes, un problema que están cubriendo en parte entidades privadas como Cáritas o los Bancos de Alimentos, repartiendo comida, pero que las autoridades han de abordar ante el empobrecimiento de las familias valencianas.
No ayuda el encarecimiento de más de un 50% de la cesta básica de la compra en el último año, o medidas como volver al 21% de IVA los suministros básicos como la luz, el agua o el gas, lo que ha hecho volver a subir el IPC. Así, son muchas las familias las que derivan la mayor parte de sus ingresos a este fin. Esto unido al encarecimiento de los alquileres está asfixiando económicamente a las familias valencianas.
El presupuesto para servicios sociales recortado para dárselo a la discapacidad
Los servicios sociales están más que desfasados en Valencia, y el recorte practicado por la propia alcaldesa María José Catalá para dárselo a la nueva dirección general de la discapacidad ha sido como “desnudar a un santo para vestir a otro”. Los recursos son demasiado limitados para ahora practicar recortes.
Hace falta tanto en servicios sociales que el recorte ha sentado bastante mal, aunque este anuncio es una halo de esperanza. No caben recorten en los más necesitados, y seguro que preguntados, muchos valencianos elegiríamos tener menos asesores ( recordemos que han pasado de 52 a 63), esos más de 800.000€ entenderíamos que se reubicaran en discapacidad y no recortar 1,3 millones en servicios sociales para destinarlos a discapacidad.
Los más de 800.000€ en nuevos asesores, seguro se podrían haber destinado a políticas de discapacidad. Al igual que el incremento de más de un 30% de la publicidad institucional que en el nuevo contrato llegará a más de 2,5 millones al año se podrían desviar en parte a servicios sociales y discapacidad, no hay que recortar en derechos y necesidades básicas, sólo hay que tener amplitud de miras y redistribuir el presupuesto pensando en los más necesitados.