Una pasarela de moda descontrolada con una mofa a la última cena, dejó entre otros, mal sabor de boca en un merecido reconocimiento a Nadal y una actuación estelar de Celine Dion entre otros muchos.
Así fue esta ceremonia, comme ci comme ça! o sea regular, fluyendo de lo espectacular a lo bochornoso.
El hermetismo de estos juegos ha sido absoluto, una ceremonia de casi cuatro horas que a todos se les antojó demasiado pesada y cuyos puntos más interesantes comentamos.
Rusia ni Bielorrusia estarán en presentes en estos JJOO tras la invasión de Ucrania.
Vaya por delante que el despliegue televisivo de la organización ha sido titánico, pero para el espectador desde casa, no parecía la ceremonia de unas olimpiadas sino algo parecido a un “show de Truman” dónde Truman era Francia y dónde lo importante no se tuvo en cuenta, todo el elenco de países que son los verdaderos actores de esta historia.
Trazos de escenas que intentaron tener un hilo conductor, un personaje misterioso ataviado con traje del medievo sin mostrar su rostro en ningún momento, recorría la ciudad en sus diferentes épocas en las que había una escena cuidadosamente preparada al detalle.
En esta ceremonia París ha sacado músculo cultural, ha contado su historia pero ha dejado de lado al realmente importante, el deportista
Con la llegada en lancha de la antorcha portada por unos niños y la pirotecnia mostrando una majestuosa bandera francesa, se inició el desfile.
Las barcas de las selecciones lo más comentado, los abanderados pasaron desapercibidos
Al inicio hicieron acto de presencia las casi 100 barcas que acogían todas las selecciones de cada país, lo llamativo fue que algunas selecciones estaban en lanchas, otras compartían un barco más grande, pero lo más llamativo fue que los máximos representantes de cada una de ellas, los abanderados, pasaron totalmente desapercibidos cuando en las ceremonias anteriores, siempre se les ha dado el máximo protagonismo.
Listado completo por países de los abanderados y abanderadas
Los comentaristas iban como locos para poder contar en 10 segundos literales cada expedición, algo totalmente imposible.
Los atletas no disfrutaron realmente porque el público estaba lejos, algo esencial en una ceremonia de tal magnitud, el calor del público fue la gran ausencia.
España
El espíritu de equipo gobernaba la embarcación española que pese a la lluvia sonrió en todo momento, compartió junto a Estonia el viaje.
Un total de 382 deportistas de nuestra selección nacional surcaron el Sena con Támara Echegoyen y Marcus Cooper como abanderados.
El listado completo con cada deportista distribuido en los diversos deportes puede consultarse en este enlace:
Listado deportistas España – París 2024
Otra de las cuestiones más comentadas fue que los mandatarios de cada país allí presentes no tuvieron ninguna relevancia, con suerte sacaban un plano de uno o dos segundos mostrando alguno, un país lo representa su bandera, sus deportistas y los mandatarios, eso estuvo totalmente deslucido.
El despliegue televisivo visual un espectáculo total
Bajo una lluvia incesante que duró toda la ceremonia, se puso a prueba la capacidad para cubrir este evento.
El agua no mermó los cientos de cambios de planos, el sonido y las luces de un espectáculo que tuvo sus toques galos, como no podía ser de otra manera.
Cientos de cámaras recogían los momentos más importantes así como drones que utilizaron para ofrecernos imágenes al detalle así como una vistas de la ciudad impresionantes.
De lo mejor, los bailarines
Lo que sí hubo, fue mucha puesta en escena de unos bailarines que llevan ensayando meses sus elaboradas coreografías realizando una labor impecable.
Cada una de las partes en las que se dividía el “gran espectáculo mundial” tenía un baile que captaba toda la atención, con jóvenes que se movían al unísono en perfecta sincronía.
Guiños constantes a la cultura musical francesa
Actuaciones estelares
En este apartado mencionamos las más destacadas:
Lady Gaga, interpretando “Mon truc en plumes” de Zizi Jeanmaire, una canción emblemática del music-hall francés.
Aya Nakamura interpretó sus éxitos ‘Pookie’ y ‘Djadja’ en el Puente de las Artes, acompañada por la Guardia Republicana, que se encargó de abrir el número musical
El himno de paz de estos juegos sonó con la canción de John Lennon “Imagine”, de la mano de la cantante francesa Juliette Armanet y del pianista Sofian Pamart a bordo de una especie de lancha y con el piano envuelto en llamas.
Celine Dion hizo un triunfal regreso tras dos años lejos de los escenarios interpretando desde la Torre Eiffel, “L’Hymne à l’amour” de Edith Piaf en un riguroso directo con una actuación estelar que puso el broche de oro.
El escándalo estuvo servido
Un puesta en escena bochornosa de ” la última cena” de Leonardo da Vinci, estuvo totalmente fuera de lugar.
Si el respeto es uno de los pilares de los JJOO, desde luego se lo han pasado por el Arco el Triunfo y nunca mejor dicho.
El espíritu olímpico atravesó el Sena
Un caballo mecánico, fabricado expresamente para la ocasión, simulaba trotar por las aguas del Sena montado por la misma figura que recorría todas y cada una de las estancias parisinas con el rostro tapado.
Emula el espíritu olímpico y porta la bandera olímpica creada por Pierre de Coubertin cuyos anillos representan cada uno de los continentes.
Posteriormente se izó la bandera (por error se izó al revés), y sonó el himno olímpico:
Nadal, el príncipe de París
El país galo que siempre ha sido fan de Nadal, le ha dado la relevancia merecida al tenista español. De la mano de Zidane recogió la antorcha olímpica para continuar el recorrido:
Leyendas del deporte mundial
Faltaron carteles y subtítulos ya que aparecieron personas que ni los comentaristas sabían quienes eran, se hubiera agradecido algún cartel para saber quien era quien, darle de ese modo su reconocimiento y su lugar, también hubiera sido muy interesante algún subtítulo en el espectáculo.
Uno de los casos más sonados fue la aparición de la lancha en la que Nadal se subió, pocas imágenes, mucha lluvia e intentado averiguar quienes eran sus acompañantes.
Pues nada más y nada menos que la tenista estadounidense Serena Williams, la gimnasta rumana Nadia Comaneci y el atleta norteamericano Carl Lewis, los máximos exponentes del deporte de todo el planeta.
Espectáculo de luces y sonido con gran ausencia de fuegos artificiales
Llamó poderosamente la atención que no hubiera al finalizar unos fuegos artificiales a la altura de la circunstancia, de hecho no hubo ninguno.
Lo que sí tuvo mucha presencia fue un larguísimo y sonoro espectáculo de luces sobre la torre Eiffel.
No hubo integración real de la discapacidad
El que hubiera una canción en lengua de signos, unos portadores de antorcha paralímpicos y algún bailarín con discapacidad no hizo inclusiva esta ceremonia para las personas que la vieron desde casa.
Para empezar, toda la ceremonia debería haber tenido en la pantalla un intérprete en lengua de signos además, tanta tecnología y tanta modernidad y a estas alturas siguen sin saber tampoco subtitular, con lo que dejaron fuera a muchas personas con discapacidad para disfrutar bien de este evento, tomen nota para las paralimpiadas.
El pebetero un homenaje a los hermanos Montgolfier
Mathieu Lehanneur, el diseñador del pebetero olímpico, se inspiró en los hermanos Montgolfier, pioneros franceses del globo aerostático.
Marie-José Perec y Teddy Riner encendieron el pebetero con la misma llama que salió de Grecia meses atras, el globo posteriormente se elevó en el cielo 60 metros, para poder ser visto desde toda París y quedar prendido todos estos días en señal de unión.
Hubo muchas cuestiones a mejorar, pero no todo puede salir a gusto de cada uno.
Lo que sí está claro que estos días olímpicos son una muestra de la voluntad el mundo por ser uno solo, ojalá el espíritu olímpico perdurara por siempre.
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