La alcaldesa de Valencia ha recordado “la preocupación del Ayuntamiento por la regresión de las playas del sur de la ciudad, tras el proyecto de regeneración del ministerio que ha costado 29 millones de euros”. Así lo ha declarado María José Catalá tras la reunión mantenida con un equipo de la Universitat Politècnica de Valéncia (UPV), sobre la instalación de un arrecife artificial como posible solución al problema.
Además de los catedráticos José Serra, Pedro Serna, José Tena y la coordinadora de la UPV Natividad Domingo, en el encuentro han participado una representante vecinal de la pedanía del Saler, Ana Gradolí, así como los concejales José Gosálbez, Mónica Gil y Carlos Mundina, que coordinan las competencias municipales en Devesa-Albufera, Playas y Mejora Climática. “La asociación de vecinos nos viene diciendo insistentemente que la playa que se consiguió se está revirtiendo de manera rápida”, ha señalado la alcaldesa.
“Sabemos que tendremos que acudir al ministerio para que nos dé una autorización. Y queremos acreditarle que la instalación de un arrecife artificial funciona como recuperación de la biodiversidad. Tenemos el ejemplo del que hay en la Malvarrosa y del que hay dentro del propio puerto de Sagunto. Los dos están funcionando”, ha detallado María José Catalá. “Me gustaría que el ministerio no aplicara un no por respuesta, cuando tiene uno en el puerto de Sagunto y funciona”, ha añadido.
Catalá ha explicado que ha pedido al equipo de la UPV “una evaluación de los resultados de estos dos arrecifes. Llevan mucho tiempo trabajando en esta solución e intentando que se lleve a cabo en la ciudad de Valencia”. “El proyecto contempla una instalación de arrecifes sumergidos, que no se verían, como el de la Malvarrosa. Por un lado recuperaríamos la biodiversidad de toda la parte marina; la posidonia ejerce de barrera natural para minimizar el impacto de la fuerza del agua”, ha proseguido.
La alcaldesa ha anunciado por último la incorporación del proyecto de arrecife artificial “en el marco de las actuaciones de la Capitalidad Verde Europea, porque somos la primera capital verde europea del Mediterráneo y no hay mejor proyecto que éste para la fachada marítima de la ciudad”.
Las playas regeneradas y su regresión por la ausencia de medidas correctoras
En los primeros temporales tras la regeneración del año pasado, los vecinos del Saler ya advirtieron de la regresión de la actuación, que era palpable y visible.
120 metros lineales de arena conseguidos mediante el drenado de la misma de un depósito de arena localizado frente a la costa norte de Cullera en la zona del Dossel y que se utilizó en parte para regenerar esta zona del Saler.
Ahora la preocupación es que esa regresión que es lógica al no existir medida alguna correctora, se minimice, ya aunque se está dando más rápido de lo esperado por expertos. Este año conforme en otoño-invierno vengan los temporales marítimos fuertes veremos la regresión que dejan tras de sí.
La solución más sencilla para minimizar la fuerza del oleaje y con ello disminuir su erosión y arrastre de arena es crear una barrera artificial de bloques de hormigón. Un arrecife artificial a un centenar de metros o dos de la línea de costa que minimice esa fuerza, impidiendo la erosión y el arrastre de arena.
Muchos estudios indican además que conforme se realizan estos hundimientos de bloques de hormigón o de otro tipo que no son visibles desde la línea de costa, lo que se genera es biodiversidad. Ya que los peces colonizan este espacio y pronto se llena de algas y otros microelementos. Así, se regenera también naturalmente la zona con biodiversidad.