Algunos usuarios esperan a los autobuses más llenos para entrar por la puerta trasera y evitar abonar el billete, generando preocupación entre conductores y pasajeros.
En las últimas semanas, varios usuarios de la EMT de València han denunciado una práctica creciente: personas que suben a los autobuses de línea sin pagar, aprovechando la afluencia de pasajeros en las horas punta. Estos individuos esperan a que los autobuses estén llenos para acceder directamente por la puerta trasera, eludiendo el control de pago que habitualmente realiza el conductor.
Un problema que afecta al servicio público
Esta situación no solo genera un perjuicio económico para la empresa municipal, sino también tensiones entre los pasajeros que pagan su billete y quienes optan por eludirlo. Este comportamiento se ha vuelto más frecuente en líneas concurridas así como en las rutas hacia barrios periféricos y zonas universitarias.
“Es imposible controlar a todos cuando el autobús va lleno y las puertas traseras están abiertas para que los pasajeros bajen. Hay quienes aprovechan la confusión para colarse sin pagar”, comenta un conductor que prefiere mantenerse en el anonimato.
¿Cómo evitan el pago?
- Identificación de autobuses llenos: Los infractores esperan en las paradas más transitadas hasta que llega un autobús abarrotado.
- Acceso por la puerta trasera: Suben por la puerta destinada a la bajada de pasajeros, aprovechando que el conductor no puede supervisar el acceso.
- Simulación de ticket válido: Algunos incluso llevan tarjetas o billetes caducados para aparentar haber pagado si son confrontados.
Opiniones de los pasajeros
Los pasajeros habituales muestran opiniones divididas. Mientras algunos consideran que se trata de una falta de civismo que debe sancionarse con firmeza, otros opinan que estas prácticas reflejan problemas sociales más profundos, como la precariedad económica.
“Es frustrante ver cómo suben sin pagar, mientras nosotros gastamos dinero todos los días en billetes o abonos mensuales”, comenta Laura, una usuaria frecuente de la línea 90. Por otro lado, algunos pasajeros apuntan que los precios del transporte público pueden ser inasequibles para ciertos colectivos.
¿Qué se puede hacer?
La EMT y las autoridades locales tienen el reto de equilibrar la accesibilidad del transporte público con la necesidad de mantener la sostenibilidad económica del servicio. Implementar sistemas más efectivos de control, aumentar la vigilancia en las líneas más problemáticas y fomentar el respeto por las normas son claves para solucionar este problema.
¿Crees que estas prácticas deben sancionarse de forma más estricta o deberían abordarse desde una perspectiva social?
¿Qué soluciones propondrías para garantizar un uso responsable del transporte público en València?