El Centro Cívico del Cabanyal debería estar acabado en diciembre de 2023
Entramos en el año 1 de la era Catalá y desde ahora es cuando le van a empezar a salir los enanos. Las herencias son malas y dependiendo como las gestiones ya veremos como te salpican. Así es el caso del Centro Cívico de la calle San Pedro, el destinado para colectivos sociales y culturales del Cabanyal y el Canyamelar, que lleva dos licitaciones y varias paralizaciones de obras.
Aún recuerdo como, en varias ocasiones, he pasado por delante y durante semanas y semanas nadie ha estado trabajando salvo un obrero dando vueltas para evitar la rescisión del contrato y como quien escribe lo han visto los miles de vecinos del barrio, calificado ahora de turístico, vaya ahora odiamos a los turistas que cosas tiene el tiempo y la vida.
Lo de pasar delante de las obras no ha sido en estas últimas semanas y meses, que también, sino durante 2022, en la etapa anterior, con la anterior empresa a quien al equipo del Rialto le salió la rana y son ellos, en concreto su correcta y medida profesional Elisa Valía quien haciendo buena oposición ha denunciado que se va a producir un nuevo sobrecoste de casi un 18%. En mi opinión eso sería algo habitual lo anormal es que las obras terminarán para final de año ya verán aunque la empresa ha pedido para el 30 de septiembre cuando debían estar acabadas para el 31 de diciembre de 2023, si de 2023 porque forman parte del llamado Plan EDUSI, sufragadas con fondos europeos.
Muestro mi desacuerdo en que los socialistas le dejaron un proyecto hecho la teniente de alcalde, María José Ferrer Sansegundo. Si esto fuera así los trabajos hubiesen acabado en tiempo y forma con la primera licitación y ya deberían estar con la segunda en diciembre de 2023. Lo correcto es la denuncia hecha por los socialistas donde, además, revelan el incumplimiento de la empresa de cubrir el techo de madera para impedir su deterioro por el paso del tiempo y las lluvias, si esas tan rara avis caídas en la mañana de ayer. La calle San Pedro se convirtió durante meses y meses en una calle maldita con dos obras paralizadas la del Matadero y la del Centro Cívico. La primera acabada a trozos y cuando se terminó sin uso durante años desde la delegación de Patrimonio Histórico, con Gloria Tello al frente, salvo para anunciar que iban a acabar obras luego prorrogadas y el centro cívico que sigue y sigue.
Por cierto, espero cubra la parte superior en forma de barraca señores adjudicatarios de una empresa gallega, como gallegos fueron los de las piscinas que cerraron unilateralmente las puertas de las de Ayora y de Abastos sin castigo alguno, los usuarios si claro.
Dice algo la concejala socialista Valía que me llama la atención que fue ella, con su firma, quien inició los trámites para sancionar a la empresa y ahora Catalá la premia aprobando un sobrecoste. Valía revela que En el informe de la dirección facultativa advierten de que las vigas han quedado a la intemperie por incumplimiento de la empresa constructora sin haberles dado ningún tratamiento para evitar el deterioro.
Pues bien espero que la concejala Valía haga la pregunta pertinente en la comisión municipal para conocer la postura oficial del equipo de gobierno, porque respuesta oficial a la denuncia publica no ha habido, y pida la situación de las inversiones de los fondos Edusi, de los que se sacó el proyecto del Museo de la Semana Santa Marinera sin que nadie nadie se quejara. Y eso que me lo han explicado y sigo sin entender de porque unos proyectos si fueron prioritarios y éste, el de la segunda fiesta de la ciudad no lo es. Ojo que será el equipo de gobierno quien pague los daños en los facsímiles y originales, como el del Benlliure, cuya hermandad sí celebra el centenario de su fundación este año.