La posibilidad de una repetición electoral se vislumbra cada día más cercana, ya que este fin de semana, el PNV celebraba su fiesta anual, a la que acudía más debilitado que nunca y con una encrucijada que puede dirimir su propio futuro.
Parte de su electorado sigue pensando que sería mejor una repetición electoral ( más de un 18%) según sus propias encuestas, y han de convencer que es mejor apoyar a Pedro Sánchez que acudir a unas nuevas elecciones, pero ahí viene su encrucijada propia.
La mayoría del PNV es nacionalista, pero también se definen como de centro derecha, y de nuevo apoyar a un presidente que gobernará con su socio de extrema izquierda y con apoyo de Bildu entre otros puede tener un encaje difícil para el PNV.
Lo que han constatado es la pérdida del poder del propio PNV en Madrid estos últimos años, a pesar del apoyo a Pedro Sánchez. Así sólo le queda una huida hacia adelante y subir sus condiciones ante un hipotético apoyo a Sánchez. Ha podido más su vena nacionalista que su ideología política en un partido que por otra parte está siendo perseguido por su competidos directo: EH Bildu.
Los problemas internos del PNV en Euskadi
Dos formaciones se disputan hoy el nacionalismo vasco, PNV y EH Bildu, unos provienen de la industria y los empresarios vascos y otros de la extrema izquierda que precisamente extorsionaba a esos mismos empresarios, pero con las armas en silencio parece que el pasado se difumina en una sociedad vasca donde ambos son ya competencia.
El PNV además deberá explicar a los suyos ante un hipotético acuerdo de gobernabilidad con el PSOE qué saca a cambio, porque Bildu también lo apoyaría. Quizá por eso se metieron en el tremendo barrizal de Waterloo, acudiendo desde el PNV para hablar con Puigdemont, y lanzándole un nuevo acuerdo de estrechar su colaboración.
Tienen una elecciones autonómicas a la puerta de la esquina y se juegan las propias instituciones vascas con Bildu, así que han de jugar a ver quién es más nacionalista en un juego sinsentido que de fondo mira a sus propias elecciones.
Así han tenido que subir sus exigencias de apoyo al PSOE para votar sí en la investidura de Pedro Sánchez tras el esperado fracaso de la investidura de Feijóo. la política española y vasca está más revuelta que nunca y los partidos han de evolucionar para protegerse y asegurar su futuro, mirando finalmente más por sus propios intereses que por los de su propio electorado.
Desde el PNV quieren asegurar un nuevo modelo territorial que les de más competencias y más dinero, ya no les vale con seguir fomentando la desigualdad entre españoles con el «cupo vasco» y su total insolidaridad a aportar a los que menos tienen y más necesitan. Quieren pactar un nuevo modelo de financiación que les beneficie aún más, y quieren tener más poder y más dinero, ¿y quién no?. Viven en su propia utopía mientras siguen en su encrucijada de a dónde ir y a quién apoyar.