Miles de personas llenan las calles exigiendo la dimisión de Carlos Mazón por la gestión de la DANA, mientras el foco político evita a Pedro Sanchez y su gabinete. La rabia social se intensifica dos meses después del desastre.
Una movilización que no cesa
Valencia fue escenario de una nueva protesta masiva este fin de semana, donde aproximadamente 80.000 personas, según cifras oficiales de la Delegación de Gobierno, clamaron contra la gestión del ‘president’ de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, tras la devastadora DANA que golpeó a la región hace dos meses. Sin embargo, lo curioso de esta manifestación es que el enojo ciudadano no alcanzó al presidente del Gobierno, Pedro Sanchez, ni a los ministros competentes, lo que plantea preguntas sobre el enfoque y las motivaciones detrás de estas movilizaciones.
Las razones tras el malestar social
La gota fría que azotó valencia y otras zonas de la Comunidad Valenciana dejó una estela de daños millonarios, con viviendas destruidas, cultivos arrasados y carreteras inutilizables. La lentitud en la respuesta institucional y los retrasos en las ayudas prometidas han sido el combustible para este movimiento ciudadano que, lejos de apagarse, parece ganar intensidad con cada protesta.
Los manifestantes acusan a Mazón de una gestión “ineficaz y tardía”, alegando que la Generalitat no estuvo a la altura de las necesidades del territorio. Carteles con lemas como “Mazón, dimite” y “El pueblo no olvida” inundaron las calles del centro de valencia.
¿Por qué el silencio sobre el Gobierno central?
Resulta llamativo que en una protesta de esta magnitud no se escucharan reclamos dirigidos al Ejecutivo central. Si bien las competencias autonómicas en emergencias son claras, muchos consideran que la gestión de fondos y recursos para enfrentar los desastres naturales debería involucrar al Gobierno de España.
Expertos políticos sugieren que esta omisión podría estar relacionada con el apoyo de algunos sectores organizadores a las políticas de Pedro Sanchez. Sin embargo, este silencio ha generado división en la opinión pública, con voces que señalan un sesgo político en el enfoque de las críticas.
La cronología de un conflicto
La DANA de octubre: un golpe devastador
La DANA que se desató en octubre fue una de las más intensas en los últimos años, con precipitaciones que superaron los 200 litros por metro cuadrado en menos de 24 horas en algunas áreas. Municipios como Ontinyent, Orihuela y Gandia se enfrentaron a escenarios catastróficos, con familias evacuadas y negocios completamente destruidos.
Las promesas incumplidas
El ‘president’ Mazón prometió un paquete de ayudas urgentes para los afectados, pero dos meses después, muchas familias aseguran no haber recibido ni un euro. Además, los agricultores, uno de los sectores más perjudicados, denuncian que las pérdidas millonarias en cultivos cítricos y hortalizas no han sido compensadas, dejando a muchos al borde del colapso económico.
Las primeras protestas
La indignación comenzó a manifestarse en noviembre, con la primera movilización organizada por plataformas vecinales y sindicatos. La segunda protesta, realizada a principios de diciembre, ya mostró una mayor organización, atrayendo a decenas de miles de personas. La última manifestación, este fin de semana, confirma que el malestar ciudadano no ha disminuido.
El papel de la Generalitat frente a las emergencias
La gestión de una crisis como la DANA no es tarea sencilla. Aunque la Generalitat tiene competencias claras, también depende de la colaboración con el Gobierno central para ejecutar planes de emergencia y canalizar recursos. Los críticos argumentan que Mazón ha sido incapaz de coordinarse con Madrid, lo que ha agravado los problemas.
Sin embargo, defensores del ‘president’ aseguran que las críticas son injustas y que las protestas están politizadas, señalando que otros desastres naturales en el pasado no generaron el mismo nivel de escrutinio hacia los líderes autonómicos de entonces.
¿Qué busca realmente esta protesta?
Más allá de las exigencias de dimisión, los organizadores de la protesta tienen una lista de demandas claras:
- Aceleración en el pago de las ayudas prometidas.
- Un plan de reconstrucción integral para las zonas afectadas.
- Mayor transparencia en la gestión de recursos y fondos.
Además, exigen una revisión de los protocolos de emergencia para evitar que futuras DANAs generen una respuesta igual de tardía.
¿Un cambio de rumbo político?
La magnitud de estas movilizaciones podría tener consecuencias políticas. Las elecciones municipales y autonómicas están todavía lejos, pero este clima de descontento podría afectar la percepción pública del liderazgo de Mazón y su equipo. Además, la presión constante podría obligar a la Generalitat a tomar medidas más contundentes en las próximas semanas.
Reflexión final
Las protestas en valencia reflejan no solo el dolor y la frustración de los afectados por la DANA, sino también un descontento más profundo hacia las instituciones. ¿Será capaz el gobierno autonómico de recuperar la confianza ciudadana, o estas movilizaciones marcarán un punto de inflexión en la política valenciana?
¿Qué opinas tú? ¿Deberían las críticas alcanzar también al Gobierno central, o es justo centrar el foco en la Generalitat?